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Buckingham es un coladero

Scotland Yard, abochornado por confundir al príncipe Andrés con un intruso

El príncipe Andrés, duque de York.
El príncipe Andrés, duque de York.CORDON PRESS

El mundo al revés. En el palacio de Buckingham, los ladrones campan por sus respetos y se detiene a los príncipes. La semana pasada, un supuesto ladrón fue arrestado en su interior. Había trepado por una verja de más de tres metros de altura, sorteado a varios guardias armados, derribado una puerta de una patada para caminar tranquilamente entre rembrandts y canalettos por los salones de Estado, donde actualmente se exponen las joyas de la coronación de la reina. Un sensor alertó a un guardia que halló al DJ Victor Miller, quien dice haber trabajado con Amy Winehouse, intentando romper una de las vitrinas con un extintor. El intruso permanecerá 28 días en un hospital mental. Su supuesto cómplice, que esperaba fuera, está en libertad bajo fianza.

La reina no se encontraba en palacio, ya que sigue de vacaciones en el castillo de Balmoral, Escocia. Pero la casa real no gana para sustos. Dos días después del incidente, unos policías confundieron al príncipe Andrés con un extraño y le dieron el alto a punta de pistola mientras caminaba a solas por el jardín. Según Sunday Express, el duque de York, que nació en palacio y trabaja en una de sus dependencias, montó en cólera. La policía pidió disculpas y el duque se mostró agradecido por el gesto. “La policía a veces se equivoca. Estoy deseando pasear por el jardín de forma segura”, añadió sarcásticamente.

Buckingham, despacho y residencia de la reina, es uno de los pocos palacios reales que quedan en activo. Está vigilado por cámaras de seguridad y decenas de oficiales armados repartidos por el perímetro de la finca en varios cordones policiales.

El palacio no comenta en público asuntos relacionados con la seguridad, pero ambas fisuras han causado preocupación. Dai Davies, antiguo jefe de la brigada policial de protección real, ha dicho que el intento de robo demuestra que se podría haber llevado a cabo un ataque terrorista. Scotland Yard está abochornado y deberá explicar al Ministerio del Interior cómo un aficionado pudo irrumpir tan alegremente en uno de los edificios más vigilados del país. El incidente se está tratando con la máxima seriedad. Se han puesto en marcha una investigación y una revisión de la seguridad de la residencia real.

Cambio de guardia real en el palacio de Buckingham.
Cambio de guardia real en el palacio de Buckingham.CORDON PRESS

La irrupción de Miller en los salones de Estado es la mayor violación de la seguridad palaciega en los últimos 30 años, desde que en 1982 Michael Fagan subió por una cañería hasta el dormitorio de la reina. Esta se despertó y se encontró a este hombre de entonces 31 años sentado en la cama. Estuvo conversando con él 10 minutos hasta que Fagan le pidió un cigarrillo y la reina pudo alertar de lo que sucedía.

Las residencias de la familia real británica tienen una larga historia de intrusiones. Un paciente de un hospital psiquiátrico entró sin esfuerzo en el palacio de Buckingham y en otra ocasión un grupo organizó una sentada antinuclear en el césped. El reportero del Daily Mirror Ryan Parry estuvo dos meses infiltrado como sirviente y en 2004 un activista disfrazado de Batman se subió al balcón del palacio para protestar sobre los derechos de los padres divorciados. Un año antes, el cómico Aaron Barschak logró entrar en la fiesta del 21º cumpleaños del príncipe Guillermo en el castillo de Windsor. Para colmo, lo hizo disfrazado de Osama bin Laden. Barschak pasó la boda de Carlos y Camilla en una comisaría y la de Guillermo y Catalina encerrado en casa. No es complicado colarse en sus residencias, pero la familia real británica no olvida tan fácilmente a los visitantes indeseados.

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