Debatir una crisis de los derechos humanos
Este post ha sido escrito por Esteban Beltrán (@_estebanbeltran), director de Amnistía Internacional en España.
Imagen de la Cañada Real -Madrid- antes de un desalojo en 2011. Copy: Amnistía Internacional
¿Alguna buena idea para salir de la crisis?Paren las violaciones de derechos humanos
A menudo escucho testimonios de personas inmigrantes en situación irregular que temen no ser atendidas cuando están enfermas. Conozco casos de familias que se encuentran viviendo en la calle porque han sido desalojadas de sus hogares. Me llegan casos de personas que se manifestaban pacíficamente y han sido injustamente golpeadas cuando protestaban por las medidas de austeridad. Y, recientemente, he sabido que el ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha estado de viaje en Arabia Saudí para vender carros de combate Leopard. ¡A Arabia Saudí! Un país conocido por su oscuro historial de derechos humanos, donde la represión de quienes piden reformas es algo frecuente y el ritmo de ejecuciones, durante los primeros meses de este año, es de dos personas por semana.
Todo esto que describo son violaciones de derechos humanos.
En ningún caso se pueden justificar obstáculos al acceso a derechos reconocidos internacionalmente como el acceso a la salud, que pueden impactar gravemente en la vida familiar de personas, como los enfermos crónicos, cuya única diferencia es ser inmigrantes y estar en situación administrativa irregular. Sin embargo, el Gobierno lo ha regulado en un Real Decreto Ley. ¡Modifíquenlo!
La misma indefensión la sufren también miles de familias en España que pueden ser desalojadas en cualquier momento. Y eso es consecuencia directa de la grave desprotección de la que ha sido objeto el derecho a una vivienda adecuada. Ni este gobierno ni los anteriores lo han tenido en cuenta. ¿Hasta cuándo?
Es obligación del Estado no llevar a cabo desalojos forzosos y garantizar que tampoco los efectúen particulares ni entidades privadas. Bajo ninguna circunstancia, incluida un contexto de crisis económica, se puede vulnerar esta obligación, ya que está recogida en normas internacionales ratificadas por España.
Ninguna persona debe ser desalojada de su vivienda hasta que no se garantice que cuenta con recursos judiciales efectivos que le permitan proteger sus derechos. De la misma manera, ninguna persona que no pueda contar por sus propios medios con una vivienda alternativa debe quedar en la calle. ¿Tan difícil es comprenderlo? ¡Paren los desalojos forzosos ya!
Y ante esta situación, ¿qué puede hacer la gente que ve violados sus derechos humanos? Sin duda, no resignarse, salir a la calle y defenderlos.
Sin embargo, algunas personas que han tratado de hacerlo manifestándose pacíficamente han recibido patadas, golpes o disparos con balas de goma. Y por si fuera poco, cuando han querido denunciar estos abusos, se han encontrado con un manto de impunidad y con agentes que no iban identificados. No, así no se hacen las cosas, señor presidente del Gobierno y miembros de los grupos parlamentarios. ¡Ustedes deben trabajar para acabar con la impunidad!
No quiero terminar sin recordar, una vez más, que los intereses comerciales no pueden estar por encima de los derechos humanos y la crisis no debe servir de excusa para dejar de cumplir la Ley, por ejemplo, sobre Comercio de Armas, como señalé antes en el caso de Arabia Saudí. Pero es que resulta que no es un hecho aislado y por eso queremos que los derechos humanos formen parte de la política exterior del Gobierno, que tengan prioridad en sus relaciones bilaterales y que recuerden que, detrás de todas las políticas, siempre hay personas; y la mejor manera de defenderlas es respetar sus derechos humanos.
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Estas y otras ideas aparecen en el decálogo de medidas frente a la crisis económicas presentado el 18 de febrero en el Congreso de los Diputados por Amnistía Internacional, Greenpeace e Intermón Oxfam.
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