La indemnización de Carlos Dívar
Hay personajes en la vida española que son increíbles. Uno de ellos es Carlos Dívar. El señor Dívar, que ha gastado dinero público en múltiples viajes privados que en ningún caso ha justificado, se permite ahora reclamar, por el cese en su cargo, la insignificante indemnización de 208.000 euros. Si el Ministerio de Justicia y el Consejo General del Poder Judicial acceden a esta petición, nos demostrarán a todos los españoles la pervivencia de prácticas inmorales de saqueo del dinero de todos.
Ya está bien de que algunas instituciones se adjudiquen sueldos, indemnizaciones y blindajes multimillonarios. Los altos cargos del Estado ya cobran unos sueldos muy dignos, y sus pensiones también lo son. Una persona como el señor Dívar, que ha tenido que dimitir por falta de transparencia en sus gastos y que ha dejado el cargo no por iniciativa propia, sino por la tremenda presión de la opinión pública y de muchos de sus compañeros del CGPJ, tendría que estar avergonzado y no reclamar ni un solo euro de indemnización. La ciudadanía española no puede tolerar que estos comportamientos sigan quedando impunes.
Si esto no cambia ya, ¿cómo se puede pedir austeridad y sacrificios personales y colectivos a la población?— Agustín Arroyo Carro.