Palabras mágicas
La promesa de intervención de Draghi exige una definición rápida del Mecanismo de Estabilidad
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, pronunció las palabras mágicas (“El BCE hará lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente”) y las tensiones sobre los mercados de acciones y de deuda comenzaron a amainar. La prima de riesgo bajó aceleradamente de los 600 puntos básicos, el Ibex 35 cerró con ganancias superiores al 6% y el euro volvió a remontar posiciones respecto al dólar. Como era evidente, la suposición de que el BCE, con una capacidad financiera ilimitada, respaldará si es necesario las deudas cuestionadas ha bastado para proporcionar el respiro que venían reclamando España e Italia.
Si el mero anuncio de intervención bastaba para frenar el incendio en las deudas española e italiana, ¿por qué el BCE no lo hizo antes? Una hipótesis ampliamente extendida es que el banco ha castigado al Gobierno por la deficiente gestión de la crisis financiera; y cuando el castigo ha afectado a Italia, la autoridad monetaria ha reconducido su política hacia el objetivo que los Gobiernos reclamaban: enfriar la especulación con las deudas soberanas. Otra explicación posible es que Draghi ha hablado cuando ya es irrevocable el rescate bancario español y está perfilado el nuevo Mecanismo de Estabilidad.
Un reflejo elemental de prudencia aconseja demorar la celebración hasta el próximo jueves, momento en el que Draghi podrá precisar el alcance de su intervención verbal y España se examinará con una subasta decisiva de bonos. En función de la demanda de esa subasta podrá comprobarse si el mercado acepta sin reticencias el dictado del BCE y vuelve a creer en los activos del Tesoro o si simplemente se está retirando ordenada y masivamente de las posiciones especulativas cortas.
La aparición de Draghi solo es un primer paso que debe interpretarse como un indicio firme de que la Comisión Europea ha decidido ya la fórmula y el ámbito de actuación del nuevo mecanismo de estabilidad. Es posible que se confiera al mecanismo una ficha bancaria de forma que pueda actuar eficazmente en el mercado de deuda. Pero hay que llamar la atención sobre un punto decisivo: la nueva ficha sería plenamente eficaz solo en la medida en que estuviera respaldada por el BCE.
La presunción de que el BCE está dispuesto a intervenir ha cortado la especulación contra el euro y aleja momentáneamente el riesgo de ruptura de la zona monetaria. Pero no garantiza que España haya conjurado el riesgo de intervención. Un análisis realista indica que la subasta del próximo jueves marcará el grado de confianza de los inversores en España; y la trasposición política y técnica de las directrices contenidas en el memorándum del rescate bancario a la legislación española definirá la eficacia de los ajustes exigidos y la credibilidad que inspiran en Bruselas y en Fráncfort. Cometer errores gruesos en esa trasposición, que debe estar redactada antes de septiembre, significaría convertir a España en candidata a la intervención en otoño.
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