_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Guindos

En esta situación de desgobierno absoluto, mientras tus ministros se quedan alelados mirando las gráficas de la Bolsa, la alusión de Merkel a la herencia es la guinda

Almudena Grandes

Rajoy no discrimina. Como sus ministros hablan idiomas, pueden ir largando por el mundo el mismo rollo que sueltan en casa. Así, hasta Merkel se ha mostrado comprensiva con “la difícil herencia” del pobre Mariano. Mientras el políglota De Windows vuelve a quedarse en De Guindos, conservando a duras penas la distinguida preposición que muy bien puede caerse —del guindo— en cuanto que Draghi le pegue otro meneo, Angela protege a su colega de los catastróficos resultados de la gestión de Bankia intentando echarle la culpa a Zapatero, que para eso está. Y nuestro presidente respira aliviado, como si todos sus compatriotas fuéramos tontos.

No somos tontos, Mariano. Yo comprendo que a veces lo parecemos. Ahora que una diputada de Coalición Canaria ha explicado con qué argumento la presionó Montoro para que votara contra el gobierno socialista en 2010 —“deja caer a España, nosotros la levantaremos”—, es comprensible, por ejemplo, que tu ministro de Hacienda piense que hay millones de españoles idiotas. Tendría sus razones, porque muchos votantes del PP creyeron honestamente en su diagnóstico, y al caerse del guindo, se han hundido en la sima más honda que hemos conocido en décadas.

En esta situación de desgobierno absoluto, mientras tus ministros se quedan alelados mirando las gráficas de la Bolsa como si fueran el único idioma que no conocen, la alusión de Merkel a la herencia es la guinda, y nunca mejor dicho. Quizás, Mariano, podrías enviar a alguien que dominara el alemán para explicarle a tu socorrista a qué partido pertenece Rato, y quiénes gobernaban en Madrid y Valencia para poner y quitar consejeros en Cajamadrid y Bancaja, mientras alardeaban de la modélica gestión de ambas cajas y de la pujanza de sus respectivas economías. No vaya a ser que, al final, en Europa acaben opinando que el más tonto de todos eres tú.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_