Emergencia
¿Quién es responsable de esta ruina moral? ¡La dictadura de lo malo!
¿Por qué Rato y compañía no se van con 20 días de indemnización? Se habla mucho de crear un banco malo. Bueno, malos, lo que se dice malos, parece que ya tenemos algunos. Si nos fijamos bien, lo malo es una auténtica moda. Tenemos malos políticos. Según las encuestas, el tercer problema. Tenemos una monarquía que se ha puesto mala. Y tenemos una mala Justicia, tal vez el peor de los males. Vean al jefe de jueces, de turismo de lujo escoltado, mientras Garzón, el justo más amenazado, es expuesto con jactancia a la intemperie por quien está al cargo de la Seguridad de todos. ¿Y qué decir de esa peregrinación de vivos y de almas para dar testimonio ante una jueza federal argentina del desamparo en que la Justicia española ha dejado a las miles de víctimas de la dictadura? ¿Quién es responsable de esta ruina moral? ¡La dictadura de lo malo! Dicen algunos ignorantes que el Gobierno no comunica bien. ¿Cómo explicar el cuento de Bankia? Cualquier intervención debería anunciarse antes o al tiempo que el cese de Rato, y no despilfarrar en incertidumbre. Pero si el Gobierno comunicase bien, perdería el prestigio de hacerlo mal. Un fracaso. Para que una historia funcione bien es imprescindible un buen malo. Incluso el mal hay que hacerlo bien: con austeridad. El problema es cuando hay tanta desmesura, tanto malo haciéndolo mal. España no da para tanto. Los miles de millones para sanear el pufo bancario son justos los birlados a Sanidad o Educación. Se han escamoteado hasta los fondos para el VIH-sida. Y en la desatención a los inmigrantes, podrían haber creado un hospital malo para los enfermos invisibles o desechables. Miles de personas desesperadas intentan recuperar sus ahorros preferentes, pero han descubierto que habían invertido en un eufemismo inalcanzable. Se habla mucho de “vergüenza”. Lo que pasa no es una vergüenza. Es un crimen.
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