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COMPARATIVA

Entre la economía del Focus y la calidad del Civic

Ford Focus 1.0 Ecoboost, Hyundai i30 1.6 GDi, Honda Civic 2.2 i-CDTi y Mazda 3 CRTD. Dos familiares con motores de gasolina de bajo consumo y dos con mecánicas turbodiésel más potentes

De izquierda a derecha, Mazda 3, Honda Civic, Ford Focus y Hyundai i30.
De izquierda a derecha, Mazda 3, Honda Civic, Ford Focus y Hyundai i30.

La elección entre gasolina y turbodiésel es un dilema habitual al cambiar de coche. Y aunque los motores de gasóleo han dominado en España y gran parte de Europa durante los últimos años, su reinado está en entredicho. Por un lado, los precios de ambos combustibles están cada vez más igualados. Por otro, las nuevas normas anticontaminación van a penalizar más las emisiones de óxidos de nitrógeno y partículas de los diésel y elevarán su precio. Y por último, los nuevos minimotores turbo de gasolina están reduciendo mucho las diferencias de consumo y prestaciones y se han convertido en la alternativa del futuro.

En esta prueba se enfrentan cuatro familiares compactos, dos de gasolina y dos turbodiésel. Entre los primeros destaca el Hyundai i30, un modelo de última generación que confirma la madurez de la marca coreana. Su rival es el nuevo Focus, que acaba de estrenar un revolucionario minimotor turbo de gasolina con solo tres cilindros y 999 centímetros cúbicos que impresiona por su alto rendimiento y bajo consumo. Del lado de los turbodiésel destaca el nuevo Honda Civic, que acaba de llegar. Frente a él, el Mazda 3, que ha recibido una puesta al día hace unos meses. Los dos tienen motores 2.2 litros, más grandes y potentes (150 CV) que los de gasolina (de 125 a 135 CV), y no son del todo comparables. Pero el desequilibrio viene por el Honda, que no estrenará el nuevo 1.6 turbodiésel de la marca hasta final de año. Sin embargo, unos y otros permiten apreciar las diferencias de estas mecánicas.

Los minimotores turbo de gasolina son la alternativa a los turbodiésel

Entre los modelos de gasolina se impone el Focus, que ofrece una respuesta contundente y viaja con más nervio y soltura, aunque es menos amplio y tiene un maletero más justo. Se vende con tres motores Ecoboost (turbo) de gasolina: 1.0 de 100 CV (17.900 euros), el 1.0 de 125 CV de la prueba (19.750) y 1.6 de 150 y 180 CV (21.950 y 22.050). Y hay tres TDCi turbodiésel: 1.6 de 95 y 115 CV (19.200 y 20.200) y 2.0 de 163 CV (23.050).

El Hyundai i30, la última novedad, destaca por su calidad de conjunto. Es atractivo por fuera y por dentro, tiene un interior amplio y estrena un motor 1.6 GDi con start & stop y consumos ajustados. Se vende con dos motores de gasolina: 1.4 de 100 CV (desde 15.590 euros) y 1.6 GDi de 135 CV (desde 19.190). Y hay tres CRDi turbodiésel: 1.4 de 90 CV (17.990) y 1.6 de 110 y 126 CV (20.290 y 21.890).

Entre los turbodiésel se impone el Honda Civic, que destaca por su calidad y refinamiento y tiene el mejor maletero. Se vende con dos motores i-VTEC de gasolina: 1.4 de 100 CV (desde 18.900 euros) y 1.8 de 142 CV (22.700). Y con el 2.2 ­

i-CDTi turbodiésel de la prueba, ahora con 150 CV (desde 22.500).

El Mazda 3 es el más veterano, pero lo compensa con las mejores prestaciones y un equipo de serie superior. Se ofrece con tres motores de gasolina: 1.6 de 105 CV (desde 17.850 euros), 2.0 de 150 CV (22.250) y 2.3 de 260 CV (32.200). Y hay tres turbodiésel: 1.6 de 115 CV (19.950) y 2.2 de 150 CV, el de la prueba, y de 185 CV (desde 23.800 y 26.500). Los precios de todos estos modelos no incluyen los descuentos del mes.

Gasolina frente a diésel. Dos pequeños motores de gasolina de última generación y dos turbodiésel más grandes y potentes, todos con consumos similares. Los primeros son más suaves y asequibles, pero corren menos. Los otros tienen una respuesta más contundente y viajan mejor. Pero todos ofrecen prestaciones correctas y satisfactorias para el uso diario en ciudad y carretera.

El Focus tiene el motor con la tecnología más avanzada: solo tres cilindros y 999cc, pero con turbo y 125 CV. Funciona de maravilla e impacta por su poderío: responde al instante al acelerador, empuja desde 2.000 vueltas casi como un turbodiésel, tiene nervio y no vibra nada. Y con el cambio de seis marchas ofrece unas prestaciones sorprendentes para su cilindrada. El Hyundai lleva un nuevo motor 1.6 GDi de 135 CV que recuerda a los primeros GTi. Es elástico, pero va ganando potencia según sube de revoluciones y exige llevarlo más alegre para que corra. Y es que tiene las marchas largas para gastar menos, lo que penaliza el brío.

Entre los turbodiésel, los dos equipan motores 2.2 de 150 CV y cambios de seis marchas, y corren más que los de gasolina: tienen más fuerza a bajo régimen y permiten afrontar las subidas a punta de gas y sin reducir. Pero el Honda es más suave y agradable, tiene fuerza desde apenas 1.800 vueltas y se muestra muy alegre. El Mazda también va muy bien y es elástico en ciudad, pero no resulta tan redondo en su respuesta, aunque después, como lleva las marchas más cortas, se recupera y sube mejor, y ofrece unas prestaciones algo superiores al Civic en carretera.

Los modelos de gasolina tienen menos peso sobre el tren delantero y resultan más fáciles y eficaces en zonas viradas. Domina el Focus, que ofrece un equilibrio muy logrado entre suspensiones y ruedas: es fácil de conducir, obedece con precisión al volante y resulta muy ágil en trazados sinuosos. El i30 tiene un buen chasis y va muy sujeto en las curvas, sin apenas balancear. Pero, una vez se apoya, le penaliza el mal agarre de sus neumáticos Hankook, que restan precisión a las trazadas. Los dos turbodiésel acusan el peso y tienen más tendencia a deslizar de delante. El Mazda va un poco mejor: es el que más balancea en las curvas, pero, una vez apoya lateralmente, se agarra mucho y es más ágil y preciso que el Civic. El Honda va muy bien y tiene una dirección muy lograda que da seguridad, pero desliza más de delante y hay que forzarle más a la entrada de las curvas. En autopista, los cuatro viajan con aplomo y transmiten seguridad.

Todos frenan bien, con consistencia, pero el menor agarre de los neumáticos del Hyundai hace que alargue algo más las distancias. La calidad de conducción es muy similar en los cuatro, con unos mandos suaves y precisos que hacen disfrutar al volante. Los de gasolina son más refinados, pero los turbodiésel tienen más fuerza y exigen reducir menos a menudo.

Vida a bordo

El Honda está mejor resuelto por dentro y resulta más práctico. Delante tiene unos asientos más grandes que sujetan bien y detrás, aunque es más justo en altura para estaturas grandes, ofrece más espacio para las rodillas que los demás, junto con el Hyundai. Solo la quinta plaza, estrecha y con un respaldo poco envolvente, está peor resuelta. Pero destaca su modularidad: las banquetas traseras se levantan y se pliegan en vertical contra los respaldos para llevar bultos grandes de pie. Y el maletero es mayor que los de sus rivales e incluye un doble fondo para no dejar objetos a la vista. Además, tiene buenos huecos para objetos, con bolsas grandes en las puertas, posavasos…

El Mazda 3 ofrece unos asientos delanteros con banquetas más cortas que recogen menos las piernas, pero las plazas traseras están mejor diseñadas. El espacio para las piernas es suficiente, aunque algo menor que en los demás, pero tiene más altura que el Honda y puede alojar adultos de más de 1,90 metros. Y, sobre todo, cuenta con la quinta plaza más utilizable. Los huecos para objetos son apropiados y tiene un maletero como el del i30.

El Hyundai aprovecha bien el espacio y es el más amplio de todos. Tiene unos asientos delanteros correctos y unas plazas traseras prácticas, porque no lleva túnel de transmisión en el centro del piso y molesta menos en los pies. Y atrás hay altura suficiente para pasajeros de más de 1,85 metros y un espacio para las piernas similar al del Civic, pero con una quinta plaza poco ergonómica poco apta para adultos. En cambio, tiene el acceso más fácil para personas mayores y buenos huecos, con repisas junto al cambio, posavasos, bolsas en las puertas…

El Ford es menos amplio por dentro. Los asientos delanteros están bien resueltos y sujetan bien en las curvas. Pero los respaldos traseros son cortos en altura, ofrece menos espacio para las piernas que los demás y la quinta plaza resulta incómoda. Y, sobre todo, tiene el maletero más pequeño.

El i30 y el Civic están mejor acabados. El primero presenta un ambiente moderno y vistoso, con una consola central y unos mandos modernos, adornos metalizados y materiales de calidad. El Honda es más discreto, pero tiene buenos ajustes y transmite consistencia. El Focus resulta más llamativo y colorista por dentro y aporta detalles muy aparentes, como la consola lacada o la instrumentación. Pero los ajustes entre piezas no son tan precisos. El Mazda refleja la funcionalidad japonesa con plásticos más austeros y es el más discreto y apagado.

Todos tienen unas suspensiones cómodas que filtran bien y permiten viajar con comodidad. Los dos modelos de gasolina, el Focus y el i30, aportan un tacto muy fino, y el Civic lo compensa con una buena insonorización. El Mazda está menos aislado y deja oír más el rumor del motor y los ruidos de rodadura.

Imagen y diseño

El Hyundai confirma la evolución del diseño coreano con una imagen moderna. Tiene un frontal con estilo, un lateral equilibrado y una zaga sugerente. Y por dentro presenta un salpicadero elegante y un ambiente vistoso. El Ford apuesta por un perfil en cuña y un rostro más afilado que crean una imagen deportiva. El interior mantiene ese estilo, con una instrumentación alegre y mandos vanguardistas. El Honda es el más original por fuera y tiene una línea en cuña con un frontal afilado. Pero los pilotos traseros sobresalen mucho y resultan aparatosos. Por dentro es el más moderno, pero el volante tapa la instrumentación, muy dispersa en el salpicadero. El Maz­da 3 es el más veterano y está más visto. Tiene un capó delantero algo pesado y una toma de aire exagerada. Y el interior es el más austero y convencional.

Seguridad

Todos incluyen un buen equipo de serie en seguridad: seis airbags, ABS y control de estabilidad ESP. El Honda y el Mazda añaden el sensor de presión de ruedas, y el último incluye la alerta de cambio de carril, que avisa en caso de despiste. El comportamiento dinámico es noble y seguro en los cuatro, pero el mal agarre de las ruedas penaliza al Hyundai i30.

Ecología

La menor cilindrada de los motores de gasolina equilibra el menor consumo de los diésel en esta prueba. El Ford, el Hyundai y el Honda llevan start & stop y han gastado casi igual. El i30 y el Focus consumen unos siete litros en ciudad y a ritmos suaves en carretera. Pero mientras el i30 apenas pasa de ocho si se estiran las marchas, el Ford puede rozar los nueve. El Honda gasta seis litros a ritmos tranquilos, algo más de siete en ciudad y ocho apurando más las revoluciones. Al Mazda le penaliza no llevar start & stop (en ciudad) y tener las velocidades más cortas (viajes). Gasta más de siete litros en conducción suave, pasa de ocho en tráfico urbano y sube de nueve si se estiran las marchas.

Las emisiones de CO2 son muy ajustadas en el Focus (114 g/km), el Civic (115 g/km) y el i30 (118 g/km)). Y suben un poco en el Mazda (139 g/km).

Economía

Las versiones de gasolina de esta prueba son menos potentes que las turbodiésel, y se refleja en los precios. El Ford y el Hyundai cuestan igual: 17.850 y 17.990 euros, con descuentos incluidos. El Mazda y el Honda salen 6.000 euros más caros: 24.150 y 24.200.

Los cuatro incluyen de serie todo lo importante. Aparte del equipo de seguridad, vienen con climatizador, ordenador de viaje, radio-CD con mandos en el volante y toma USB. Salvo el Ford, añaden también elevalunas eléctricos traseros, control de velocidad y retrovisores plegables eléctricamente, opcionales en el Focus, y llantas de aleación de 17 pulgadas (15 en el Hyundai). Además, incluyen start & stop (menos el Mazda) y sensores de lluvia y faros (menos el i30). Y el Hyundai y el Civic tienen cinco años de garantía. Pero el Mazda es más completo, porque suma navegador, acceso y arranque con llave inteligente y sensores de aparcamiento traseros (cámara de visión trasera en el Civic).

Los rivales del Golf

Los familiares compactos han sido los más vendidos en España en los últimos años. Miden ya entre 4,2 y 4,5 metros de largo y son los rivales del Golf, coches polivalentes que sirven para todo: cumplen bien a diario en ciudad y tienen el tamaño justo y un interior correcto para viajar sin agobios. La oferta es variada y casi todos los modelos son muy populares.

Desde 15.000. Los modelos más asequibles se venden desde unos 15.000 euros, aunque son versiones muy básicas. La excepción es el Kia Cee’d, que está en liquidación porque llega ya el nuevo (desde 12.686 euros). Además, destaca el Skoda Roomster (14.790), de línea muy peculiar; el Citroën C4 (15.000 euros), más moderno, y los Peugeot 308 (15.030), Chevrolet Cruze (15.650) y Fiat Bravo (16.050).

Los populares. Aparte de estos modelos populares, hay auténticos clásicos, como los Renault Mégane (16.310), líder de ventas en España, y Opel Astra (17.340). Pero el líder europeo desde hace muchos años es el VW Golf (18.820), que también recibirá pronto el relevo. Con un estilo más deportivo destacan los Seat León y Alfa Romeo Giulietta (21.070). La oferta se completa con el Volvo S40 (25.990) y los modelos japoneses Toyota Auris (18.950) y Subaru Imprezza (24.090). Y en un plano superior están los modelos de prestigio, como el nuevo BMW Serie 1 (desde 24.550) y los Audi A3 (25.430) y Lexus CT 200h (28.850), el único híbrido, junto con el Auris HSD.

Los que vienen. Renovación a fondo. Los nuevos Kia Cee’d y Volvo V40 saldrán hacia el verano, y en otoño llegarán los nuevos Mercedes Clase A y Audi A3. Además, algo más tarde, hacia final de año, saldrá el nuevo VW Golf, y un poco más adelante, el próximo Seat León.

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