Fin del misterio de la muerte de Whitney Houston
Los resultados de la autopsia revelan que la cantante falleció a causa de la combinación de un fallo cardíaco y el abuso de cocaína
La muerte de Whitney Houston por fin pierde el calificativo de misteriosa. Los resultados definitivos de la autopsia a la que se sometió el cuerpo de la cantante han salido a la luz a través de un informe policial que revela que junto al cadáver se encontró “polvo blanco”, un pequeño trozo de papel enrollado, una cucharilla y un espejo manchado con una sustancia también blanca.
A pesar de que se mantiene la hipótesis de que la reina del soul pop de los ochenta se ahogó en la bañera, el departamento de policía de Beverly Hills publica en su informe que Houston "posiblemente fue víctima de la sobredosis de una sustancia narcótica, medicamentos recetados, una mezcla de otros fármacos y alcohol".
La autopsia apunta a que Houston, de 48 años al momento de su deceso, sufrió un fallo cardiaco y, a pesar de que se encontraron también restos de cocaína en su organismo, la droga no fue el detonante de su muerte.
El nuevo informe de la policía, firmado por la agente Kristy McCracken, sostiene que el cuerpo de la cantante fue encontrado boca abajo en la bañera, que estaba llena de agua caliente, y destaca que “un hilo de sangre” salía de su nariz al momento de ser volteado. Houston tenía una pequeña perforación en el tabique nasal, producto de su “largo historial de abuso de drogas”.
En la habitación del hotel Beverly Hilton, donde estaba hospedada la artista, se encontró también “una colección de fármacos” desperdigados. De hecho, el informe toxicológico dado a conocer el pasado 22 de marzo reveló que en el organismo de la cantante se encontraron restos de cocaína, marihuana, xanax, flexeril y benadryl. Ninguna de estas sustancias, sin embargo, influyó en la muerte de la diva.
El informe también detalla que la cantante se quejaba de dolor de garganta el mismo día de su muerte. A raíz de eso, sus colaboradores le recomendaron que se diera un baño.
Whitney Houston murió el pasado 11 de febrero en Los Ángeles, adonde se encontraba para asistir a una fiesta previa a la entrega de los Grammy en la que iba a actuar. Su asistente la dejó a solas un momento, salió del hotel y, a su regreso, encontró a su jefa boca abajo en la bañera.
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