11-M: basta de paranoia
El Ejecutivo no debe desmoralizar a la sociedad alentando la especulación sobre un caso cerrado
El fiscal del Estado, Eduardo Torres-Dulce, aclaró ayer que la del 11-M es una sentencia “incontestable” y que él no pretende reabrir el sumario, 10 días después de anunciar una investigación sobre algunos restos ferroviarios que se supone corresponden a uno de los trenes atacados el 11 de marzo de 2004. Los vaivenes del fiscal y su aclaración posterior alimentan el enésimo episodio de contestación a una investigación policial y judicial que se prolongó durante años; a un juicio celebrado ante cámaras de televisión; a una sentencia de la Audiencia Nacional, confirmada por el Tribunal Supremo; y a varias resoluciones judiciales posteriores, que han denegado la reapertura del sumario frente a diversos intentos.
El Gobierno debería poner coto de una vez y por todas al intento de utilización de las víctimas del terrorismo para finalidades políticas, porque no se trata de otra cosa. La derecha extrema y su clientela mediática siguen empeñadas en sostener la teoría de una conspiración destinada a ocultar que el explosivo utilizado en los atentados era el usado habitualmente por ETA; y que, por tanto, los autores de la matanza fueron distintos de los condenados, o bien estos se vieron manipulados por aquella. Aún siguen disgustados porque en el juicio no se demostrara la participación de ETA en el 11-M, como había sostenido inicialmente el Gobierno de Aznar. Pero este sector parece mantener la esperanza de oscurecer el asunto lo suficiente como para agitarlo en la fase de liquidación de esta banda. Así, hace aparecer como dato preñado de futuro la existencia de unos restos de los trenes, ignorando la pericia practicada en su día por la Guardia Civil y la policía sobre los convoyes atacados, e incorporada al sumario.
De momento, lo que se ha conseguido con este clima de sospechas y con la nueva iniciativa investigadora —aunque matizada ahora por el fiscal del Estado— es acentuar una lamentable división entre los familiares de las 192 personas muertas por las bombas, evidenciada en las conmemoraciones de recuerdo a las víctimas de la matanza de Atocha. La presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, asegura que hay que seguir investigando el 11-M porque “no se ha hecho justicia”. Por el contrario, la presidenta de la asociación mayoritaria entre las víctimas del 11-M, Pilar Manjón, pide al fiscal que no se sume a “la tesis repugnante de los conspiranoicos”, y se ha visto duramente contestada por quienes atacan a los que no les siguen.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a quien se supone un hombre serio y pragmático, y también su partido prestarían un mal servicio a los intereses generales si siguieran la senda de congraciarse con la derecha extrema a base de dar pábulo a esas campañas polarizadoras y a esos bulos extremistas, contribuyendo así a la división y a la desmoralización de una sociedad gravemente afectada por la crisis económica y social.
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