El Parlament salva los 'correbous'
Cataluña blinda los encierros dos meses después de prohibir las corridas de toros
El Parlament de Cataluña aprobó en julio abolir las corridas de toros a partir de 2012 y esta tarde ha dado luz verde a la ley de regulación de los correbous con un resultado de 114 votos a favor, 14 en contra y cinco abstenciones. La mayoría del arco parlamentario se ha sumado a la proposición de ley promovida por Convergència i Unió (CiU), que rechazó en su día las corridas apelando al maltrato de los animales, para blindar los encierros tan tradicionales en las Tierras del Ebro. La decisión ha sido muy discutida tanto desde el sector taurino como desde algunos grupos animalistas que en su caso consideran que los animales sufren en los encierros.
Iniciativa per Catalunya (ICV-EUIA), que ha deplorado la falta de coherencia de la cámara al no aceptar que el debate era tan identitario, se ha quedado sola con su rechazo a la ley y sus 12 diputados han votado en bloque. El blindaje ha gozado con los votos de los 48 diputados de CiU, los 14 del PP y 21 de Esquerra (tiene 22 escaños pero el presidente del Parlament, Ernest Benach, se ausentó de la cámara tras el fallecimiento de su padre). Los socialistas han dadon libertad de voto y la mayoría ha respaldado el blindaje (31) y cuatro de sus parlamentarios han votado en sentido distinto: dos se han sumado a la postura de Iniciativa (Balsells y Nuria Carreras) y otros han ido a la abstención (Joan Ferran y Rosa Maria Farré) junto a los tres de Ciutadans.
El blindaje ha sido recibido con aplausos desde la tribuna del Parlament, llena de alcaldes y regidores de las Tierras del Ebro que llevaban en sus camisetas una leyenda en la que se leía: "Soy catalán. Me gustan los toros". El debate, de apenas hora y media, ha sido seguido al principio por menos de la mitad de los diputados a diferencia de la tensión que rodeó al de los toros. El presidente de la Generalitat, José Montilla, no ha estado en la sesión -igual que en julio- pero tampoco Artur Mas, líder de CiU, y Joan Puigcercós, de ERC.
Los convergentes y los republicanos han cambiado el sentido de su voto respecto a las corridas al argumentar que en los correbous no se mata al animal mientras Iniciativa y Ciutadans han coincidido en denunciar el interés electoral que hay detrás de la iniciativa. "Quieren hacerse perdonar su oposición a las corridas. Resulta que en el debate de los toros decían que no era indentitario y que era solo animalista. Y la ley de los correbous está llena de elementos identitartios en defensa de una tradición", ha dicho Daniel Pi, de Iniciativa. La republicana Marta Cid ha defendido sin ambages el derecho identitario de la fiesta y su adecuación a la modernidad.
Josep Bartomeu, del PP, ha denunciado que la nueva ley restringirá los correbous a una treintena de municipios y ha lamentado la "hipocresia" de muchos animalistas por estar más preocupados por la muerte de los animales ("un toro cada tres días en Cataluña") que de los "57 abortos que hay cada día". Nadie ha invertido en el debate apenas tiempo en hablar de si es tortura colocar astas de fuego en los cuernos del animal o arrastrarlos con una soga.
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