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Un juzgado investiga la muerte a tiros del perro confundido con una leona

La Generalitat asumió que era una leona y desplegó un dispositivo de cuatro días para capturarla

El abatimiento a tiros del perro que los vecinos de La Sénia (Tarragona) confundieron con una leona pudo constituir un delito de maltrato de animales domésticos. Así lo estima el juzgado de Instrucción número 3 de Amposta, que ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias en las que falleció el animal el pasado octubre.

La Generalitat asumió que el perro asilvestrado era una leona y desplegó un dispositivo de cuatro días para capturarlo. Al descubrir que se trataba de un can, el Cuerpo de Agentes Rurales (CAR) lo abatió de dos disparos, suceso que justificaron por la peligrosidad del animal. "Ni era peligroso ni debieron actuar como lo hicieron", ha señalado un portavoz de la asociación El Refugio, cuya denuncia ha motivado la investigación judicial.

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Abatida la supuesta leona, que resultó ser un perro

La jueza ha solicitado un informe al CAR sobre los hechos ocurridos en la noche del 7 de octubre y otro sobre el resultado de la necropsia del perro. El delito puede implicar penas de entre tres meses y un año de cárcel, o en su defecto una falta de maltrato, según el código penal. La captura del animal debía realizarse mediante el empleo de dardos narcóticos pero finalmente fue abatido con armas de fuego.

"La noche estaba cayendo y los dardos tardan en hacer efecto. Corríamos el riesgo de que volviera a escapar", justificó entonces la Generalitat. La entidad El Refugio ha añadido que el dispositivo para capturar con vida a la presunta leona fue en realidad una "gran cacería".

La búsqueda del animal movilizó a dos helicópteros y unas cincuenta personas entre agentes del CAR, Mossos, Policia Nacional, Policia Local y Guardia Civil. El coste para cazarlo alcanzó los 100.000 euros, lamenta la asociación. El ejemplar abatido medía alrededor de 75 centímetros de altura, 1,6 metros de longitud y tenía un pelaje más parduzco de lo habitual. Las orejas recortadas, la cabeza contundente y la cola larga y arqueada lo convierten en un retrato casi idéntico al de una leona. Se trataba de un cruce entre un perro de presa canario y un fila brasileño, según fuentes del CAR.

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