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El acusado de matar a Nagore declara que quiso ganar tiempo para suicidarse

El joven responde al jurado que no recuerda haber golpeado a Laffage

José Diego Yllanes aseguró ayer en el juicio que se está celebrando en su contra en Pamplona por la muerte de la joven irunesa Nagore Laffage en los sanfermines de 2008 que nunca intentó esconder los indicios del crimen, a pesar de que cortó un dedo de la joven y arrojó el cadáver en el paraje de Oianburu de Orondritz, despojado de cualquier elemento que pudiese identificarle. Durante su testimonio en la vista oral sostuvo que quiso "dejarlo apartado para que no se lo encontrara cualquiera", un niño por ejemplo.

Entonces ¿por qué tomarse la molestia de envolver el cadáver en bolsas y transportarlo en coche, volver a casa y limpiarlo todo con lejía y amoniaco? "Quería tener margen para suicidarme", aseguró. El acusado sostuvo que hizo un amago en el balcón de su casa, pero desistió porque no quería dejar "otro cadáver" al alcance de sus padres. Pasaron 14 horas entre el crimen y su detención.

El relato de lo ocurrido en el piso donde el acusado supuestamente mató a la joven seguía ayer lleno de lagunas de meomoria. Sólo él sabe lo que sucedió realmente en el piso de Pamplona donde supuestamente mató a Nagore a golpes. Las cosas se torcieron probablemente cuando le causó algunas lesiones leves al arrancarle el tanga. La muchacha le dijo entonces que no quería mantener relaciones sexuales -tuvo una experiencia mala anterior-, y el acusado no quiso dejarla marchar porque podría contar lo ocurrido. "Te voy a arruinar la vida, no puedo creer que un médico haga esto", dijo aproximadamente Nagore, según el relato del propio Yllanes en sus declaraciones anteriores, ratificadas ayer.

Aunque sostuvo que no recordaba si impidió que la joven se marchase del piso en que se hallaban, Yllanes insistió en que "quería que las cosas acabaran con cordialidad". "No me gusta irme enfadado con nadie", añadió, con tono pausado. Poco antes, bajó la cabeza cuando se proyectaron las imágenes del cadáver de la joven: "No me acuerdo ni de su voz ni de su cara", dijo.

La jornada de ayer de la vista oral permitió también hacerse una idea de lo que piensan las seis mujeres y tres hombres, jóvenes en su mayoría, que conforman el jurado. El tribunal popular pudo formular sus propias preguntas al acusado. ¿Cortó el dedo por la huella digital?; ¿si otras veces no hizo esto con otras chicas, por qué pasó esto con Nagore?, apuntaron. "No puedo contestar", respondió el acusado. ¿Le pegó a Nagore porque le dijo que iba a contarle lo ocurrido? "No recuerdo haberla golpeado", replicó. ¿Considera que el alcohol es una sustancia depresiva o estimulante?

Por su parte, la defensa de Yllanes quiso recalcar que, en algunos de los comas etílicos que sufrió en el pasado, el joven psiquiatra dio positivo por consumo de anfetaminas, a pesar de que no consume drogas de forma habitual.

José Diego Yllanes, durante el juicio celebrado en Pamplona por la muerte de Nagore Laffage.
José Diego Yllanes, durante el juicio celebrado en Pamplona por la muerte de Nagore Laffage.EFE

"¿Has visto 'Very Bad Things'?"

Tras quedar su móvil dañado en el forcejeo que supuestamente mantuvo con Nagore Laffage, José Diego Yllanes acudió a la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra, donde ejercía como psiquiatra -estaba en cuarto año de la especialidad- para buscar el teléfono de un amigo a quien pidió ayuda.

El acusado recurrió a un filme norteamericano para explicarle a su amigo, quien testificará hoy, la situación en la que estaba. "¿Has visto Very Bad Things?", le preguntó. La película de Peter Berg es una comedia negra en que un grupo de amigos tiene que deshacerse de los cuerpos de dos personas a las que ha matado. El comentario figura en el sumario, según fuentes de la acusación, aunque ayer no se precisó en la vista.

El acusado ofreció a su amigo que subiese con él al piso a ver el cadáver, pero éste último se negó. Yllanes le pidió después que no le denunciase a la policía, porque sino se suicidaba.

El policía que instruyó las investigaciones testificó ayer que creía que el acusado "estaba influenciado por el alcohol, pero no iba haciendo eses ni balbuceando". Agregó que en su primera declaración ante la policía, no lo contó todo: "Hay información que no dice, pero lo que dice es cierto". Esa vez sostuvo que la joven estaba enfurecida con él, que ella creía que él iba a intentar forzarla a mantener relaciones y que él sólo intentaba calmarla. Reconoció haberle tapado la boca para que no gritase y que intentó trocear el cuerpo, pero desistió tras cortar el primer dedo.

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