El Refugio denuncia a Metro de Madrid por maltrato animal
La asociación sostiene que están explotados, bajos de peso y no 'libran' aunque estén enfermos
Son un centenar y vigilan los vagones del suburbano madrileño desde 2006. Aunque no tienen firmado un contrato laboral porque son perros, trabajan ocho horas al día y según El Refugio, a muchos de ellos se les maltrata. Están explotados, bajos de peso y no libran aunque estén enfermos. La asociación de defensa de los animales ha denunciado esta mañana ante la Justicia a Metro de Madrid, a la empresa Eulen encargada de la seguridad y a la empresa Juper para el adiestramiento de los perros de vigilancia que a su vez les alquila los canes. Según la denuncia, los animales están sufriendo "una evidente sobreexplotación" porque no tienen cubiertas sus necesidades más básicas -agua y comida, higiene, atención veterinaria, luz y descanso-. Frente a esta acusación, Metro de Madrid ha asegurado que no le consta ningún caso de maltrato a los perros.
La protectora ha acudido esta mañana a los juzgados de Plaza de Castilla para formalizar la denuncia donde se detalla que las necesidades de agua, comida, higiene, atención veterinaria, luz y descanso de los animales no están cubiertas, según han podido constatar después de recibir quejas de los propios vigilantes. Además, sostienen que cuando los animales enferman no reciben cuidados ni se les permite descansar y son obligados a continuar con su actividad habitual. Según explica El Refugio en una nota de prensa, un "gran número de animales están heridos y otros sufren importantes infecciones". Según Paunero, dos empleados de Eulen contaron a El Refugio que los perros sufren un exceso de horas de trabajo, están bajos de peso, trabajan con enfermedades y que Metro no sabe lo que pasa con los perros en sus propias instalaciones.
A este respecto, una portavoz de Metro ha asegurado a esta web que no les consta ningún caso de maltrato y que, cuando los animales entran y salen del suburbano, los examina un vigilante de seguridad, acompañado de su responsable, que comprueban que "están bien y pueden realizar sus labores". La portavoz ha precisado que los perros de seguridad hacen turnos de ocho horas -hay dos, uno por la mañana y otro por la tarde- y que "cada dos horas como mínimo" se les saca fuera para que "paseen, descansen, hagan sus necesidades y beban agua". "Cada vigilante lleva una mochila con la documentación del perro y agua y si los ven cansados o inquietos los sacan aunque no hayan pasado las dos horas", ha agregado.
Quiénes son y para quién 'trabajan'
Según Nacho Paunero, presidente de El Refugio, llevan "un año recibiendo numerosas llamadas y avisos del estado en el que se encuentran los perros" y "hay un supuesto caso de maltrato animal constatado a través de un informe policial". Se trata de Lobo, un perro utilizado para la vigilancia que "salvó la vida de milagro". Fue rescatado por la Policía Local y un veterinario de los servicios del Ayuntamiento el pasado 20 julio en las cocheras asignadas a Eulen por Metro Madrid, tras recibir una llamada de auxilio de los vigilantes. En el informe policial consta que el perro tenía "heridas sangrantes, al parecer por collar punzante de castigo", provocadas supuestamente por el uso prolongado de una herramienta del centro de adiestramiento Juper, ha detallado El Refugio. En el comunicado, El Refugio, que cita "fuentes internas", detalla que en el metro se utilizan para seguridad cerca de 100 perros repartidos en cinco empresas de seguridad: Eulen, Falcon, Prosegur, Securitas y Casesa.
El alquiler de los perros de seguridad está repartido entre tres empresas: Juper (alquila unos 60 perros a Eulen, Falcon y Prosegur), Auxidog (entre 12 y 15 para Securitas) y Goofy (entre 12 y 15 a Casesa). La mayoría de los animales tienen entre dos y cinco años y son de raza pastor alemán y algunos pastor belga mallinois. La organización ha anunciado que pedirán a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que prescinda de los perros en el suburbano porque, además de sufrir maltrato, no disminuyen el número de incidentes y únicamente inspiran seguridad en el viajero. Para hacer esta afirmación se basan en la opinión de los vigilantes que denunciaron los hechos, las estadísticas de sucesos desde que se utilizan los perros y "algunas encuestas elaboradas por Metro".
Por otro lado, han comunicado el inicio de una campaña informativa dentro del metro para que los usuarios conozcan las condiciones en las que, a su juicio, malviven los perros. En la campaña, varios voluntarios reparten por los trenes comunicados que explican a los usuarios lo que está pasando con los perros. Los voluntarios van acompañados de Rocco un gran perro de peluche de color negro que es llevado por la correa con su bozal de hierro por un supuesto vigilante ante la sorpresa de los viajeros. "Desde El Refugio queremos alertar a todos los madrileños que cuando viajen en metro y vean a alguno de estos perros piensen que posiblemente esté sufriendo algún tipo de maltrato. Sólo deberían tener perros los cuerpos de seguridad del estado con personal especializado", dice Paunero.
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