La oposición a la guerra se cobra víctimas en Hollywood
Sean Penn denuncia que sus ideas pacifistas le han dejado sin papel en una importante película
La tensión ante un eventual conflicto en Irak ha llegado también a Hollywood, donde Sean Penn, que se opone a la guerra abiertamente, ha denunciado que sus ideas le han dejado sin papel en una importante película. Penn ha presentado una demanda civil que ha sorprendido a una industria acostumbrada a las denuncias por supuesto incumplimiento de contrato, dados los argumentos utilizados en esta ocasión.
Las referencias a "los años tenebrosos de Hollywood", en los que la "caza de brujas" dejó sin trabajo a los sospechosos de ser comunistas, y a la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, que defiende la libertad de expresión, destacan de manera prominente en este caso. Por contra, el productor Steve Bing, importante figura demócrata y objeto de la demanda, ha contraatacado tildando a Penn de "irracional e irresponsable". "Amenazó con convertir una disputa laboral sobre un contrato no existente en una cruzada personal y política contra Bing sobre un conflicto inexistente de libertad de expresión", han señalado los abogados del productor, quien también ha presentado una demanda.
En medio de este cruce de acusaciones, en el que Penn solicita unos 9,2 millones de euros por incumplimiento de contrato mientras que Bing ha subido la demanda a 13,8 millones, se encuentra no sólo el futuro de la película en cuestión, Why Men Shouldn't Marry?, sino las tensiones crecientes en Hollywood ante una posible guerra. Según la versión de Penn, su viaje a Irak de diciembre fue el desencadenante de esta disputa con Bing, después de que el productor, autor y director de la cinta le pidiera que se "abstuviera de hacer declaraciones públicas" sobre ese país. "A corto plazo, el público puede cansarse de tanta propaganda y tomarla contra ti y contra mí no acudiendo a ver la película", comentó Bing en un mensaje telefónico que le dejó al actor al anunciarle la cancelación de esta comedia, en la que Woody Allen también iba a participar.
Madonna, también contra la guerra
Al menos esta es la versión del actor presentada ante los tribunales y que refleja las preocupaciones de aquellos que elevan su voz contra la posible guerra dentro de la comunidad de Hollywood. De hecho, la ex esposa de Penn, la estrella del pop Madonna, ha dado esta semana a conocer que su primer vídeo musical con motivo de su próximo álbum American Life es un alegato contra la guerra. "Me gustaría implicarme más en la consecución de la paz mundial, algo que puede sonar altruista pero es la realidad", afirmó recientemente la artista. Sus palabras se suman a otras declaraciones similares de Susan Sarandon, Robert Redford y Martin Sheen, entre otros, todos ellos rostros populares en las manifestaciones contra un posible conflicto bélico.
Como ha confesado Penn durante esta batalla legal que se está desarrollando en Los Ángeles, su posición destacada como figura pública le confiere "una responsabilidad añadida" para promover el debate sobre la guerra. Claro que, como demuestra este cruce de denuncias, esta
responsabilidad añadida tiene un precio. La polémica está asegurada en torno al vídeo de Madonna, sobre el
que la portavoz de la cantante se ha apresurado a aclarar que no se trata de una canción pacifista y que el alegato es "contra la guerra", no "contra [el presidente de EE UU George W.] Bush".
Sarandon ha expresado su cansancio por ser constantemente juzgada por sus críticas sociales, que durante tres años la mantuvieron vetada de la ceremonia de los Oscar tras aprovechar, junto con su marido Tim Robbins, su momento ante el micrófono para recordar entonces la detención de inmigrantes haitianos infectados con el virus del sida. Y respecto a Sheen, su hijo Emilio Estevez afirma que su padre "siempre se asegura de estar cubierto antes de ser detenido". "Nos turnamos a la hora de sacarlo de la cárcel", ha añadido.
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