Los inspectores critican a los supervisores por no atajar antes los problemas del Popular

La Asociación de Inspectores y Auditores Informáticos del Banco de España (IBE) ha emitido un duro comunicado tras la intervención del Banco Popular en el que critica el método de la supervisión utilizado en este caso, la valoración que se hizo de la entidad la noche del martes 6 de junio y censura el sistema de control de las entidades porque cree que es más complejo pero no más riguroso.

Según la Asociación, tras la crisis del Popular, "posteriormente se determinará si el fallecimiento era inevitable o no, pero en cualquier caso la pérdida es irreparable. Especialmente triste si, tras mostrar los primeros síntomas hace tiempo, en lugar de proceder a una intervención terapéutica de restablecimiento de la salud se decidió permitir que la enfermedad siguiera su curso hasta convertirse en incurable".

Dicen los inspectores, que mantienen un enfrentamiento abierto con la cúpula supervisora sobre todo desde la crisis de Bankia, que no pueden dejar de sorprenderse "por un conjunto de afirmaciones con relación a que se ha tratado de una crisis de liquidez, no de solvencia. A menudo, una conduce a la otra, pero si se adoptan las medidas adecuadas resulta difícil de aceptar que hoy en día cualquier entidad financiera, por grande que sea, pueda verse abocada a la quiebra por un problema estrictamente de liquidez. Y si así llega a ocurrir, sería un indicio sólido de que los garantes de la estabilidad financiera no han procedido de la manera más adecuada".

Esta posición llega después de que el propio ministro de Economía, Luis de Guindos, admitiera el lunes 12 de junio que se debía revisar el mecanismo de actuación en crisis bancarias por problemas de liquidez, dejando ver que no ha funcionado correctamente.

Los inspectores atacan también, como ha ocurrido en ocasiones anteriores, la intervención de una consultora en la crisis, en este caso Deloitte. "Resulta también llamativo que la valoración de un “experto independiente” establezca un rango de entre 2.000 y 8.000 millones de pérdidas, en función de los escenarios que se contemplen. Esto lleva a pensar que o los “escenarios” son de una diversidad extrema, o el “experto” no lo es tanto, o no lo es su independencia".

"Se confunde complejidad con rigor"

Al margen de los problemas ocurridos en el proceso de crisis del Popular, los inspectores dedican una buena parte de su comunicado a mostrar su desacuerdo con el nuevo método de supervisión establecido con la llegada del BCE como máximo controlador de los bancos europeos. Y lanza una acusación: ahora es más difícil saber quién es el responsable de los fracasos. "Se confunde, creemos que de manera intencionada, la complejidad con el rigor. Toda esta enorme maraña regulatoria de los últimos años, y el empeño en establecer en un plazo exageradamente breve una supervisión bancaria conjunta europea sin detenerse lo suficiente en cómo hacerlo de manera eficaz, conlleva una consecuencia de dudosa utilidad: establecer la responsabilidad de supervisores y reguladores resulta ahora mucho más difícil que antes".

Y atacan que se haya terminado con un sistema que fue característico del Banco de España en tiempos pasados, las denominadas "inspecciones in situ", es decir, con los empotrados en las entidades. "En ocasiones terminan en el plazo tasado correspondiente, sin admitir que durante el desarrollo de la misma puedan existir infinidad de causas que recomienden ampliar no solo el plazo sino también el alcance. Se supervisan grandes entidades financieras en idioma inglés, sin tener en cuenta lo importante de utilizar el mismo idioma de la entidad por parte del supervisor y del supervisado", añaden.

Admite mejoras en los controles, "solo faltaría que tras crear esta mastodóntica estructura de regulación y supervisión no se hubiera mejorado al menos en algunos aspectos", pero recuerdan que "siguen quebrando bancos. Y los que quedan, cada vez más grandes y concentrados. La banca europea sigue en crisis. Y el diagnóstico y el tratamiento propuestos no son en absoluto acertados".

La Asociación de Inspectores cree que será muy difícil determinar si las crisis bancarias, presentes o futuras, serán consecuencia de una deficiente actuación de los bancos centrales nacionales, el BCE, los expertos independientes contratados, la normativa de la Autoridad Bancaria Europea (ABE), o el Mecanismo Único de Resolución (MUR). Lass eventuales responsabilidades quedan así diluidas, y la prevención de futuras crisis en función de la determinación de las causas que han provocado las anteriores resulta imposible", afirman.

Según los inspectores, todos estos problemas ya los han tratado con sus superiores. "Venimos alertando de forma explícita desde hace más de diez años, como es nuestra obligación, tanto a la dirección del Banco de España (en primer lugar) como fuera del mismo". También dicen haber hablado con todos los grupos políticos: "Todos nuestros interlocutores han mostrado en mayor o menor medida preocupación e interés, si bien desafortunadamente y hasta la fecha estas inquietudes no se han concretado en medidas legislativas y administrativas que creemos que son más urgentes que nunca", concluyen.