Los asesores fiscales critican el alza del impuesto de sociedades
Sostienen que unas pocas empresas soportan el grueso de la recaudación y que hay que poco margen para ingresar más
El Registro de Economistas y Asesores Fiscales (Reaf-Regaf) critica el alza del impuesto de sociedades aprobada por el Gobierno y alerta de sus efectos negativos sobre la economía y la recaudación. En opinión de este colegio que engloba a más de 6.000 asesores de toda España, la figura de sociedades ya presenta “una potencia recaudatoria aceptable”. Y, por tanto, se está intentando sacar más de dónde ya existe poco margen.
“Si pretende utilizarse el Impuesto de Sociedades para cubrir la totalidad o la mayor parte de los ajustes para cumplir con los compromisos de déficit público por un valor de 6.000 millones o más, habrá de tenerse en cuenta que ello supone un incremento no inferior al 30% de su recaudación estándar, lo cual —aparte de resultar difícil de lograr— tendrá sin duda efectos económicos y, por lo tanto, también recaudatorios negativos”, sostiene el Reaf-Regaf en su estudio sobre la reforma de la tributación empresarial.
Estos economistas incluso plantean que la estrategia adoptada de exprimir sociedades está suponiendo una suerte de tiro en el pie: a su juicio, cabría preguntarse “si la reciente tendencia a dotar de progresividad al Impuesto de Sociedades español, buscando rentabilidad política con bajo coste recaudatorio, no está desembocando en un incentivo al fraude fiscal y a la economía sumergida”, reza el documento.
¿Y cuáles son las razones que esgrimen? El Reaf-Regaf concluye que la recaudación por esta figura no está muy por debajo de la media europea: un 2% en España frente a un 2,5%, si bien en 2015 la española se aproxima al 2,4%. Y hay que tener en cuenta ciertas particularidades que explican estos niveles más bajos. La primera es que abunda la empresa pequeña, entre las que muchas todavía arrojan pérdidas. En 2014, sólo el 30% del total de declarantes presentó bases positivas. En definitiva, unas pocas aguantan gran parte de la recaudación.
Además, las grandes se internacionalizaron y reciben buena parte de sus beneficios del exterior, donde ya abonaron impuestos. Y un buen número acumula pérdidas que se compensan y que lastran los ingresos. En parte, eso explica la diferencia existente entre los resultados contables y las bases imponibles que se declaran. Volver a los 40.000 millones que se ingresaron en 2007 se antoja algo impensable, afirman.
¿Y qué cabe hacer para subir la recaudación? “Aunque se han dado muchos pasos en este sentido, hay que seguir reduciendo deducciones, permitiendo sólo aquellas que incentivan el verdadero I+D y la creación de empleo. Lo demás habría que sacarlo del tributo”, comenta Jesús Sanmartín, presidente del Reaf-Regaf.
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