El poder de la banca
El sistema financiero español es el tercero en Europa que más ayudas públicas ha recibido
El Banco de España acaba de cifrar en 61.500 los millones de euros que ha costado reflotar a la banca española durante la Gran Recesión (51.300 millones son dinero público). Todos ellos, en capital. A esa cantidad hay que sumar 168.000 millones en avales, garantías y capital para el banco malo. A ello habría que añadir la inmensa liquidez barata del Banco Central Europeo. Con esos datos, nuestro país posee el tercer sistema financiero de la Unión Europea que ha consumido más ayudas públicas y, según las encuestas, el que tiene la peor valoración por parte de sus clientes, exceptuando a Irlanda.
¿Por qué se producen tantas sospechas sobre la sanidad del sistema financiero español y sobre su funcionamiento ortodoxo? Por multitud de malas prácticas muy documentadas. Por ejemplo, existen abundantes circulares, correos internos, argumentarios de las entidades, etcétera, que reflejan la tensión a la que sometieron a sus empleados para colocar entre sus confiados clientes ese producto de alto riesgo que fueron las participaciones preferentes.
La de las preferentes es la mayor estafa financiera de la historia en España y ha afectado nada menos que a un millón de ciudadanos. Mientras en otros países se multiplicaron las multas millonarias a los bancos por esas prácticas irregulares (los 10 principales bancos estadounidenses y europeos han recibido 150.000 millones de euros en multas por mala praxis, entre 2009 y 2015), en el nuestro, las sanciones impuestas por la Comisión Nacional del Mercado de valores (CNMV) en los años 2014 y 2015 no llegaron a 23 millones en cada ejercicio para el conjunto del sistema, a pesar de que algunas de las infracciones cometidas fueron calificadas como “muy graves”.
“La realidad es que los bancos españoles, especialmente los más grandes, gozan de un poder extraordinario que les ha permitido siempre mirar por encima del hombro a los supervisores”. Esta conclusión y los datos anteriores están extraídos del extraordinario libro La gran estafa de las preferentes (editorial Alternativas Económicas) del periodista Andreu Missé, que disecciona la naturaleza y las prácticas de los bancos y las cajas de ahorros durante la larga crisis económica.
Uno de los puntos clave desarrollados es aquel por el que a Joseph Stiglitz le dieron el Premio Nobel de Economía: la información asimétrica, el desequilibrio desproporcionado entre la información que manejan las entidades y la que reciben los ciudadanos: las cláusulas suelo, las permutas financieras, los desorbitados intereses de demora, los desahucios,… La letra pequeña de los contratos ha sido un instrumento que ha jugado siempre en contra de los ciudadanos corrientes. Cuando los bancos tuvieron conocimiento de que bajarían los tipos de interés corrieron a poner cláusulas suelo a las hipotecas para protegerse de un fenómeno que conocían por informes oficiales, pero del que eran inconscientes los ciudadanos.
En el año 1970 una pequeña editorial (Zyx) publicó el libro El poder de la banca en España, del inolvidable catedrático de Estructura Económica, Juan Muñoz, que llegaría a ser vicepresidente del Congreso de los Diputados. Aquel libro supuso una revolución en el discernimiento de las relaciones entre el poder financiero y el poder político. El de Missé actualiza aquel texto y cartografía con exactitud los hábitos, la ortodoxia y la heterodoxia practicada por la aristocracia financiera de nuestro país en los malos tiempos para casi todos.
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