Economía cree que el auditor no comprobó los valores de Bankia
El ministerio señala a la auditora de no haber sido independiente por los honorarios que cobraba por otros trabajos
El Ministerio de Economía acusa a Deloitte, firma auditora de Bankia, de no haber sido independiente por los honorarios que cobraba por otros trabajos y de no haber hecho todas las comprobaciones necesarias sobre el valor de los activos y pasivos y los estados financieros a 31 de marzo y 30 de junio de 2011 de la entidad fusionada, antes de salir a Bolsa. Economía concluye que Deloitte no podía —no debía— auditar Bankia tras haber elaborado trabajos anteriores para el grupo.
El Ministerio de Economía desestimó el pasado 27 de junio de 2016 el recurso de alzada de la auditora contra la resolución del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) por la cual se sancionó a Deloitte por su actuación en Bankia.
El ICAC impuso una sanción por infracción continuada muy grave y dos infracciones graves, lo que se tradujo en una multa de 12,3 millones de euros. El Ministerio ha rebajado la multa a 10,4 millones por ausencia de antecedentes. La empresa ha anunciado recurso por la vía contencioso-administrativa.
Salida a Bolsa
El informe al que ha tenido acceso EL PAÍS lleva la firma del secretario general técnico Alfredo González-Panizo Tamargo y supera los 200 folios. No se limita a ratificar la ya contundente resolución de la presidencia del ICAC, a cargo de Ana María Martínez-Pina, de 17 de noviembre de 2014, sino que abunda en una parte de la realidad que condujo a la salida a Bolsa de Bankia tras la fusión.
Uno de los puntos de los que parte la resolución es el triple trabajo realizado por Deloitte para el grupo BFA-Bankia en los meses de febrero y abril de 2011, y otros antes de proceder a la auditoría. "No existe constancia documental de que los auditores hayan tenido en consideración y evaluado las amenazas a la independencia por interés propio o intimidación que se desprenden de la desproporción de lo facturado por trabajos distintos de auditoría simultáneamente en el periodo considerado", señala la resolución.
El que ello minaba potencialmente la independencia lleva a Economía a una tajante conclusión: "La atención y cuidado exigidos por su condición debió llevarles a no realizar las auditorías, por no estar en condiciones de realizarlas de forma objetiva e independiente siendo la independencia el pilar fundamental en que se basa la confianza en la opinión emitida por los auditores, dada su absoluta implicación en la elaboración de la información auditada". Es decir: si hacían los trabajos de asistencia a BFA-Bankia no podían técnicamente auditar, según la tesis de Economía.
Antonio Belmonte, director de comunicación de Deloitte, explicó ayer a este diario que "los tres trabajos de auditoría cuestionados fueron realizados en BFA Bankia a requerimiento del Banco de España y la CNMV algo que suele ocurrir en los procesos de salida a Bolsa. Las autoridades son las más capacitadas para hacer estos encargos". Deloitte recurrirá la resolución ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.
Variación de los activos
Y, según la resolución, ¿cómo actuaron? "En suma: no hay constancia en los papeles de trabajo de las pruebas de auditoría realizadas sobre la valoración del patrimonio a 1 de enero de 2011 que dan origen a la creación del grupo y a la operación de emisión de capital mediante aportaciones no dinerarias. Como asimismo, no hay constancia, al cierre de los estados financieros de marzo y junio de 2011 de las pruebas realizadas, que permitiera concluir que no se hubiesen producido variaciones del valor asignado a los activos y pasivos por la evolución general de las variables económicas que determinan las hipótesis de valoración", apunta.
En la descripción, ya en las páginas finales, se recalca: "Las deficiencias manifestadas en las pruebas practicadas por los auditores afectarían tanto a la información a 31 de marzo de 2011 como al registro de las operaciones efectuadas y registradas en los estados financieros cerrados a 30 de junio de 2011". Esta es, pues, la calidad del trabajo que precede a la salida de Bankia a Bolsa el 20 de julio de 2011.
"El trabajo de los auditores", subraya la resolución, "no queda soportado en la obtención de evidencia adecuada y suficiente sobre aspectos muy relevantes correspondientes a las revisiones realizadas sobre los estados financieros auditados, por lo que los informes de auditoría, emitidos carecen significativamente de la fundamentación necesaria que debería haberse obtenido para su emisión, siendo dichas faltas de evidencia susceptibles potencialmente de tener un efecto significativo sobre el informe emitido al afectar a áreas y magnitudes de las cuentas auditadas".
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