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“Hay riesgo de nuevas crisis de deuda externa”

El economista francés defiende la capacidad de las autoridades chinas para cambiar de modelo económico

Alejandro Bolaños
Michel Camdessus, en la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE.
Michel Camdessus, en la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE.Samuel Sánchez.

Estuvo al frente del Fondo Monetario Internacional —13 años, hasta 2000— en una etapa en la que países de América Latina, África y Asia enlazaron crisis de deuda externa que les forzaron a pedir el auxilio del FMI. “Hubo también muchas críticas”, asume Michel Camdessus (Bayona, Francia, 1933), en referencia a los drásticos ajustes exigidos. Camdessus los defiende, lo que no quita para que la semana pasada, en la conferencia que dio en la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE (Madrid), se definiera como “tecnócrata arrepentido”. Al poco tiempo de dejar el FMI cargó contra los gobernantes de países rescatados; ahora critica “la deficiencia en la vigilancia”, mucho más severa con los países pobres que con las economías occidentales donde nació la Gran Recesión.

Pregunta. ¿Hay ahora deficiencia en la vigilancia de China?

Respuesta. Visito frecuentemente China y discuto con ellos del sistema monetario internacional. El presidente de su banco central propone que se otorguen más recursos al FMI para que este pueda desempeñar su papel de forma multilateral. Un día u otro China estará de igual a igual con Estados Unidos, ¿tendremos entonces un choque de superpoderes en el sistema monetario o habrá cooperación? Es muy importante que en los años que nos separan hasta ese momento se ponga en marcha una nueva institución monetaria mundial, que puede ser el FMI reformado, que trabaje para que los flujos monetarios y financieros estén en armonía con el desarrollo económico del mundo.

P. Pero ¿será capaz Pekín de gestionar el cambio de modelo?

"Los pueblos no tienen memoria. Y los que menos tienen, son los banqueros"

R. Me arriesgaré a parecer un poco ingenuo. Pero he trabajado con ellos desde los años ochenta, y, contrariamente a muchos, tengo confianza en lo que nos dicen. Y, sí, lo que hacen, cambiar de motor económico, es extremadamente difícil: antes se basaban en exportar y acumular reservas, y ahora utilizan reservas y recursos del presupuesto para animar la demanda interna. Pero no hay por qué ser escéptico con China.

P. ¿Puede volver a haber crisis de deuda externa como las que vivió en su mandato?

R. Sí, el riesgo existe, porque los pueblos no tienen memoria. Y, en los pueblos, los que menos memoria tienen son los banqueros. Es increíble que los banqueros que tuvieron que absorber la deuda de los países emergentes durante los años ochenta y noventa, en cuanto se limpiaron los balances facilitaran endeudamiento en divisas. Sí, tenemos un problema en Brasil, en Ghana, en África del Sur… No son todavía tan acuciantes como aquellos, pero están ahí.

P. ¿Diría que los sucesivos programas de ajuste exigidos a Grecia han sido un fracaso?

"Los países que cumplen los programas de ajuste, aciertan. Los que no, retroceden"

R. El fracaso empieza cuando Grecia entra en la UE, continúa cuando se cierra los ojos sobre unos abusos espectaculares y se profundiza cuando entra en el euro, sin estadísticas, sin Tesoro, sin los instrumentos para un manejo macroeconómico y financiero. También hay que preguntarse si la troika [BCE, FMI y Comsión Europea] en particular hizo o no un buen trabajo ¿Tenían que insistir de esa manera en un contexto de recesión en un ajuste tan fuerte de Grecia? Aún no tengo una respuesta clara ¿Habría sido mejor dejar solo al FMI hacer su trabajo? Lo cierto es que se integraron muchos actores políticos en un rescate financiero.

P. En su mandato, hubo críticas...

R. Hubo muchas, sí.

P. ...porque se exigían ajustes muy drásticos a países en situaciones críticas, porque se plateaban siempre las mismas medidas. Olivier Blanchard, economista jefe del FMI hasta 2015, asumió que la austeridad era excesiva...

R. Blanchard no dijo eso así. En un contexto de recesión total reaccionó como un keynesiano, y uno, en una situación así, habría hecho cosas similares. Diría mil cosas a esas críticas, pero sí, claro, los programas de ajuste se parecen, porque los problemas son los mismos, porque hay países que mantienen durante años y años políticas relajadas, de desajuste presupuestario. Entonces, ¡hay que ajustar el presupuesto! Y eso se hace reduciendo gasto y subiendo impuestos. No hay más remedio. Pero si mira atentamente a cada programa, encuentra soluciones muy diferentes. Y los que cumplen los programas, aciertan y salen del problema. Los que no lo hacen, retroceden.

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