“La gente ya empieza a notar la recuperación”
Cristóbal Montoro, responsable de las cuentas del Estado, considera que buena parte de la población ya percibe los efectos del inicio de la recuperación y asegura que en 2015 el crecimiento dará margen para una bajada de impuestos
Cristóbal Montoro (Jaén, 1950) es uno de los políticos que más ha defendido bajar los impuestos y que más los ha subido. Asegura que no había otro remedio y que eso ha permitido lograr la estabilidad y confianza para que comience una recuperación que, según dice, ya se empieza a notar en la calle. Cuando la economía crezca, promete bajar impuestos, aunque admite que el recargo sobre el IRPF no se retirará sin más.
Pregunta. El Banco de España cree que la economía ha vuelto a crecer. El martes usted dijo en el Congreso que estábamos al final del túnel. ¿Ve brotes verdes?
Respuesta. La expresión no me parece apropiada. Como metáfora cabe todo. En España lo que vivimos es una inflexión, un cambio nuevo, pero no es un brote verde. Nunca habíamos hecho una devaluación sin cambiar el tipo de cambio de nuestra moneda. Recuerdo que las últimas devaluaciones de los noventa supusieron una pérdida del 30% del valor de nuestra moneda. Ahora hemos hecho el equivalente a eso sin una devaluación del tipo de cambio, sino a través de lo que denominamos una devaluación interna. Esto no son brotes. Este fenómeno inédito del cambio de signo de nuestra balanza por cuenta corriente nos está permitiendo acceder a los mercados. Los mercados leen cifras, no discursos políticos. Además, es una devaluación sin inflación. Es extraordinario. Eso hace que España esté recuperando la credibilidad y la confianza.
P. La sensación en la calle es diferente. ¿Cuándo empezará la gente a notar la recuperación?
Hemos hecho una devaluación interna sin inflación, algo extraordinario”
R. Dicen que los datos macro no son la economía real. Pero claro que son la economía real. Se están sentando las bases del crecimiento económico. Claro que la gente lo está percibiendo. No todos, porque no hemos entrado en el crecimiento, pero la gente ya está notando la recuperación. No toda, pero sí una parte. Por ejemplo, la que trabaja en la industria del automóvil. También en el sector agroalimentario, que está vendiendo tomates, fresas, aceitunas de mesa... O en el turismo. España es una potencia turística y este verano, ¿no ha habido gente que ha participado de este síntoma de la recuperación? ¿No han estado esos hoteles llenos en esas zonas, esos restaurantes y bares o el comercio? Lo que no ha llegado aún es a toda la población, pero ya hay una gran parte de la población que lo está notando. Y la mayoría de la gente lo va a vivir. La base más solida, la de la competitividad, la estabilidad de precios y la estabilidad presupuestaria, está asentada por el esfuerzo de toda la sociedad.
P. Pero hay otras cifras. Seis millones de parados, bajadas de sueldos, deuda pública. ¿Es eso asombrar al mundo, como dijo?
R. Asombrar en el sentido de reaccionar, no de que se hayan resuelto los problemas. Los problemas económicos no se resuelven nunca. Hay una capacidad de reacción. ¿Alguno de los pronósticos de comienzos de año decía que se iba a producir este pequeño punto de crecimiento? Estamos superando los pronósticos.
P. El pronóstico del Gobierno hace un año era que la economía cayera un 0,5% y va a caer un 1,3%
R. Ese era el objetivo que yo marcaba. Pero sabíamos que no lo íbamos a conseguir. Cuando lo lanzamos vivíamos una circunstancia totalmente diferente. No hacíamos un pronóstico con las claves de racionalidad que podemos tener ahora. La situación de España entonces era que se pusiera fecha para el rescate. Nosotros nos preguntábamos a qué le llamaban el rescate. ¿Qué es el rescate de un país de este tamaño? Estábamos al borde del colapso.
P. También el Gobierno estuvo analizando si pedirlo o incluso preparándolo.
R. La posibilidad siempre estuvo ahí. Pero no existió esa preparación. Lo que aprendes en la vida pública es que si no quieres que ocurra una cosa, no pienses en ella. No existen los planes B. Si existen, se convierten en A. La única manera de refugiarse en un planteamiento así es ni pensarlo. Sí había la disposición de estar abierto a lo que le convenga al país en un momento dado y teníamos la convicción de que no le convenía eso. Hubiéramos arrastrado a Italia y hubiéramos destruido el euro. No somos, por tamaño, comparable con los países que se han intervenido.
P. Pero no se estaba hablando de pedir dinero prestado, sino de pedir al BCE que comprase bonos para bajar el coste de financiación de la economía.
Dicen que los datos macro no son la economía real, pero sí que lo son”
R. El BCE, que serena mucho con sus mensajes, no llegó a proponer un sistema de rescate concreto. A principios de septiembre lanza un sistema que nunca hemos sabido en qué consistía. Afortunadamente. Nunca se pusieron sobre la mesa unas condiciones y unas alternativas. Podíamos caminar por nosotros mismos y, además, mantener nuestra soberanía en materia económica, que es importantísimo en una crisis, dentro del procedimiento de corrección de déficit excesivo.
P. ¿Cómo le explicaría al millón de personas que han perdido el empleo desde que gobiernan que ahora estamos mejor?
R. Estamos a las puertas de un crecimiento económico. Y eso nos tiene que devolver la oportunidad de que haya empleo para todos. Estamos atravesando una etapa muy dura, de mucho esfuerzo y con una segunda recesión que no estaba en los pronósticos. Llevamos prácticamente cinco años seguidos de crisis. A la opinión pública lo que tengo que explicar es que hay unas bases económicas solidas para la recuperación. Si no hubiera ocurrido el fin de la recesión estaríamos hablando de otras cosas.
P. De los hombres de negro.
R. No me lo inventé yo. Fue en una entrevista en la radio en la que me preguntaron por eso. Me pareció un símil magnífico. Quiero decir a la gente que la responsabilidad de un político no es acertar en un pronóstico sino acertar en un diagnóstico. Es como ir al médico. Si no sabemos qué enfermedad estamos tratando, difícilmente la vamos a curar. Si el médico confunde el constipado con otra enfermedad, estamos perdidos.
P. Decía que el -0,5% que habían proyectado para este año era difícil de alcanzar, ¿el 0,7% para 2014 es un objetivo real?
R. Es superable.
P. ¿Y será suficiente el crecimiento para crear empleo?
R. Tiene que venir la recuperación de la demanda interna. Pero todo eso está concatenado. Ya está empezando. La cartera de pedidos de inversión en bienes de equipo está aumentando. Es el primer signo. El consumo no llega y explota. En los noventa tardamos tres años en que se recuperara la demanda interna. Ahora parece que España se puso a construir casas desde 1996. La economía tiene unas reglas, unas pautas y unos riesgos. Si usted se endeuda, el prestamista tiene que tener la expectativa de que el prestatario va a pagar. Hay que cuidar la inflación, la inflación moderada es una gran ventaja, y hay que luchar por mantener el equilibrio presupuestario.
P. ¿Mantiene que no han bajado los sueldos?
Tuvimos que subir el IVA. Si no, el país se nos iba de las manos”
R. El esfuerzo de los trabajadores está muy claro. El peor esfuerzo es la perdida de puestos de trabajo. Y además en muchos sectores ha habido ajustes de salarios para acomodarlos a la realidad empresarial y que han sido decididos por los trabajadores y sus representantes sindicales.
P. La reforma laboral ha permitido las rebajas sin acuerdo.
R. Pero para no destruir empleo. Para no hacer desaparecer la empresa. Pero coja los grandes acuerdos que están llevando a las grandes multinacionales a invertir en España y vuelvo al sector del automóvil. ¿Han hecho reducciones de salario? No, no es así. Han hecho acuerdos de flexibilidad. Uno ve en las noticias a los representantes de CC OO y UGT maldiciendo la reforma laboral, pero luego ve a esos mismos sindicatos que llegan a unos acuerdos que son los mejores de Europa y que permiten que esas empresas no cierren, sino que vayan adelante y atraigan inversiones. Son los mismos sindicatos. Lo que yo dije es que según los datos de salarios se ha producido una moderación salarial, y eso es un hecho y es lo que dije.
P. Eso es un eufemismo, ¿no?
R. No. Estás hablando de unas reducciones medias del 0,1%, del 0,2%, pero son medias. Es como lo que ocurría en los impuestos con el tipo efectivo del gravamen. Si los grandes contribuyentes pagaban un 5% de media, eso quiere decir que hay contribuyentes que estaban al 0% y otros al 20%. Pues lo mismo con la estadística de los salarios. ¿Por qué pide el FMI una reducción del 10% de salarios? Si se hubiera producido ya, ¿por qué lo pide? El ajuste ya se está haciendo, pero no hay reducción del 10%. Y aclaro que yo creo que la solicitud del FMI no procede. No hace falta.
P. En los descuelgues de convenio se está produciendo esa rebaja de sueldos…
R. Los descuelgues están fundamentados en la situación de la empresa. Ahora, con la reforma laboral, hay más margen para negociar los salarios y eso ha salvado mucho empleo. La reforma laboral que hace que las relaciones laborales y en concreto la negociación colectiva se acerque más a la realidad de las empresas. En España, en 2009, los salarios crecían más del 3% y ¿cuántos empleos se perdieron ese año? Nadie sabía que había crisis. Es fantástico. Se sentaban los negociadores colectivos y decían que no había crisis porque el Gobierno decía que no había crisis. Las empresas decían que no había crisis. Y luego cierran y echan a los trabajadores a calle. Ese es el modelo que teníamos. ¿Y en la Administración? ¿Cuánto crecieron los salarios en 2009? Para luego bajarlos al día siguiente. Es una magnífica política de confianza y de estabilidad. Nuestro país es realmente interesante. Alguien dictamina que no hay crisis y ya está.
P. Ahora ustedes dicen que ya no hay crisis.
R. No. ¿Cómo voy a decir que no hay crisis? Lo que he dicho es que estamos al final del túnel, pero no hemos salido del túnel. Para salir del túnel y salir de verdad he dicho lo que tenemos que hacer: la estabilidad. Si nos olvidamos de la estabilidad volveremos a las andadas, es inexorable.
“El objetivo de la amnistía fiscal se hizo un poco a ciegas”
P. ¿Cómo pueden los ciudadanos confiar en que se cumplan los presupuestos cuando no se han cumplido ni 2012 ni en 2013?
R. ¿Cómo que no se han cumplido? Se han cumplido los objetivos de déficit
P. Porque se cambiaron los objetivos. Pero los presupuestos no se han cumplido.
R. ¿Cómo valoran los mercados la situación económica de España? Claro que se han cumplido.
P. El objetivo de déficit del presupuesto en 2012 era del 5,3% del PIB y fue del 6,8%...
R. No muera usted por la décima. Muera por lo que significan esas cifras en términos de su efecto económico.
P. …Y eso a pesar de que dos semanas después de aprobar el presupuesto se aprobó una gran subida del IVA y otros ajustes.
R. La crisis iba a peor. Las instituciones europeas no se movían y había que tomar decisiones drásticas y dramáticas. Se lo explicamos a la opinión pública.
P. Pero eso dejó el presupuesto en papel mojado.
R. No, papel mojado no. Lo había aprobado el Congreso. A lo que se había programado se añaden unas medidas duras y que a nadie le gusta tomar y menos a este Gobierno, y menos a mí, como es subir el IVA. Si no, el país se nos iba de las manos. Las instituciones europeas no habían reaccionado. Todos vamos aprendiendo. Empezamos 2012 con unos objetivos que eran del 4,4% porque se había aceptado que la economía española iba a crecer un 1,7% y caímos cerca de un 1,7%.
P. En parte porque las medidas tuvieron un efecto contractivo. La subida de impuestos, la reforma laboral que abarató el despido, los recortes de gasto….
R. Si no hubiéramos hecho eso no hubiera habido superávit por cuenta corriente a final de año. Es un planteamiento extraordinario para una situación extraordinaria y con unas consecuencias inéditas. Todos estamos aprendiendo sobre la marcha. Si no hacemos ese ajuste, no se hubiera dado la vuelta a la situación financiera de España. Ha sido muy duro de hacer. Es un ajuste de una reducción del déficit que en términos en esfuerzo estructural estamos hablando de más de tres puntos de PIB en plena recesión. Es algo que no se había hecho nunca en la historia de España. Ha sido muy útil para ser creíbles y que hoy seamos admirados y ganar confianza a gran velocidad.
P. Usted que siempre ha abogado por las bajadas de impuestos, ¿cómo ha vivido ser el ministro que más ha subido los impuestos en democracia?
R. Es una cosa temporal. He pedido perdón no sé cuántas veces a la opinión pública. Pero el esfuerzo está sirviendo de mucho. Lo vamos a devolver en cuanto podamos. En política cuando aceptamos estas responsabilidades estamos para hacer lo que hay que hacer…
P. Pero criticó a Zapatero cuando decidió subir el IVA.
La solicitud del FMI de bajar los sueldos no procede. No hace falta”
R. Cuando el presidente Zapatero gira su política económica dice algo así: la recuperación ha empezado, y como ha empezado, voy a pedir un esfuerzo para todos. ¿Qué quiere? ¿Que le apoye? Pero si me está diciendo que hay recuperación. Si España estaba al borde del abismo, que lo diga quien lo tiene que decir. Estaba dando un tratamiento desordenado, desconcertante porque estaba diciendo que estábamos en recuperación. Siempre estábamos en que ya había pasado lo malo. ¿Entonces por qué toma esas medidas? No se entiende. Nosotros les dijimos desde el principio que había más déficit público que el que nos había dicho que había. De hecho, todavía las instituciones europeas siguen investigando ese asunto. Todavía están dándole vueltas a por qué determinada comunidad autónoma había dicho esto o lo otro….
P. Pero la mayor parte de la desviación del déficit fue culpa de las comunidades autónomas y la mayoría eran de su partido.
R. Sí, algunas sí. Aquí no hay patente de corso. A ver si ahora resultará que por tener el carnet de una cosa se van a solucionar los problemas. Lo que hace falta es que haya un director de orquesta. Un político autonómico no tiene la responsabilidad de ver la política económica general de un país. No justifico las trampas. Pero no tiene la obligación de mirar por todo el país. El que tiene la obligación es el que está sentado aquí. No sé por qué yo lo hago y no lo hicieron los anteriores. Decían que no tenían instrumentos. Pero están las Cortes, las leyes. ¿Por qué se hace la programación de una ley de estabilidad presupuestaria que está en vigor desde mayo de 2012?
P. Una ley que no aplica.
R. Eso dicen algunos. Hay diferentes formas de aplicarla. Cuando comenzamos la legislatura surgió el debate de cerrar ayuntamientos. Pero dijimos: vamos a ver si podemos hacer otra cosa. La ley de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera ha permitido que en un año, el total de los 9.140 ayuntamientos y las correspondientes diputaciones y mancomunidades hayan pasado de un déficit del 0,4% a un superávit del 0,2%.
P. El plan de pago a proveedores de 2012 ha contribuido a aflorar déficit oculto por facturas en los cajones que ustedes dijeron.
R. Es como meter un rastrillo. Estabas sacando los fondos. Afloró, sí, sí.
P. Entonces este año que ya no hay esas facturas es más fácil cumplir.
No entiendo que un político asuma que se le pague en negro”
R. No, no más fácil no. Las administraciones están muy forzadas. El escenario económico es peor que el -0,5% inicial. Pero la Comisión Europea ya reconoció una senda nueva de déficit, que no es una relajación, es una adecuación al nuevo escenario económico, de recesión más profunda. Esa recesión hace que todas las administraciones públicas estén sufriendo muchísimo. La ley es muy exigente y a eso le añadimos nuevas leyes como la de deuda comercial que eso limita la posibilidad de que la administración se financie no pagando proveedores. Las siguientes operaciones irán a acortar el periodo de pago. Ya estamos reduciendo la morosidad. Lo que hace el Estado es muy importante. Me quejaba de que hacemos una comparación desafortunada de que el Estado es como una empresa o una familia. Y ni es una empresa, ni una familia. Es mucho más por los efectos que produce.
P. Ustedes mismos han puesto ese ejemplo muchas veces.
R. Si, la verdad es que sí. Pero me he arrepentido. Me he arrepentido de muchas cosas de las que he hecho.
P. ¿De qué se ha arrepentido?
R. Ufff… Si les contara.
P. ¿De la amnistía fiscal?
R. No, de eso no. Eso ha permitido el mayor afloramiento de bases imponibles. Hasta yo mismo me he sorprendido.
P. Si no se cumplió ni de lejos el objetivo de recaudación.
R. El objetivo se hizo un poco a ciegas. Por la experiencia de otros países como el de Italia. Era una estimación. Era una circunstancia extraordinaria para un año extraordinario donde el verdadero objetivo era que afloraran bases para el futuro. Y han aflorado... Una magnitud asombrosa.
P. ¿Y no cree que ha tenido un efecto contraproducente en la conciencia fiscal?
R. La conciencia fiscal es importante y he tratado de estimularla, pero no he encontrado mucho apoyo. Me han criticado porque he utilizado las técnicas normales de un ministro de Hacienda en un país en crisis. La conciencia fiscal habría que enseñarla en los colegios, en la educación. Y no está normalidad que se ha vuelto a instalar en España: como hay crisis, pregunto si con IVA o sin IVA.
P. Entonces ha aumentado el fraude con la crisis.
R. Claro. Parece que le han dado patente de corso. Y les digo que no la hay.
P. ¿Qué pensó cuando Bárcenas dijo que se había beneficiado con la amnistía?
R. Ya dijo la Agencia Tributaria en un informe remitido a la Audiencia Nacional que no era así. Bárcenas no se benefició de la amnistía fiscal.
Vamos a redefinir todo el IRPF. No se trata de retirar el recargo temporal”
P. El hecho de que el ex tesorero del PP durante muchos años haya dicho que ha pagado dinero negro a la cúpula del partido, ¿no hace daño a la conciencia fiscal?
R. Si fuera verdad, claro que sí. Pero es que eso tiene que demostrarse. No entiendo cómo alguien que está en política en un determinado nivel pueda admitir que se le pague en negro. No lo puedo entender. Sencillamente me parece un disparate. Tampoco lo entiendo en otras actividades económicas. Pero en política, que es un servicio público, y en ese nivel, me parece inadmisible desde cualquier punto. Si alguien hace esto y lo acepta se ha equivocado de oficio.
P. ¿Usted ha visto esos pagos en b?
R. No. Y llevo tiempo en esto. Por supuesto que no lo he visto. No se me ha planteado nunca. Mi opinión es que no es tolerable. El fraude no es tolerable para nadie, pero en las celebridades menos. El efecto reputacional es muy importante. El efecto ejemplarizante es básico. En ese sentido no ha sido un tiempo nada fácil para mí. Porque el discurso que hago no ha sido bien recibido. Pero los resultados son espectaculares. Pero aparte de la conciencia, está el cumplimiento de la ley. El pago de un impuesto no es voluntario, no es un acto de solidaridad, de caridad. Usted tiene que cumplir una ley y si no la cumple tienes unas consecuencias. Los impuestos son obligatorios. Y, además, como decía Franklin son, como la muerte, lo único seguro.
P. Entre las cosas de las que se arrepiente, ¿está haber participado en unas elecciones diciendo que no iban a subir impuestos o piensa que los programas electorales no se cumplen?
R. Los programas electorales son compromisos públicos y lo que hay que hacer es cumplirlos.Lo que espero es tener la oportunidad de bajar los impuestos en la segunda parte de la legislatura cuando la situación económica lo permita y tengamos más margen de maniobra. Cuando estás dentro tienes más información que cuando estás fuera. ¿Qué le pasa al impuesto de sociedades? Cuándo estás dentro ves que le pasa algo y tienes que tomar decisiones.
P. Muchas de las deducciones de las que se benefician las empresas y ahora critican las crearon ustedes en el Gobierno.
R. Las creábamos para quien hiciese buen uso de ellas y así se hizo en el caso de la internacionalización. El fondo de comercio financiero es para internacionalizar, para estimular ese proceso. Pero, si estoy sentado en este despacho y veo que una desgravación de este tipo está produciendo el efecto que está produciendo en la recaudación del impuesto, la cambio. No es admisible que tus grandes empresas no estén financiando al país. Cuando propuse limitar la deducción sobre los gastos financieros, las compañías no se pusieron muy contentas, pero mire cómo están ahora, después de un año, en Bolsa. Hemos facilitado el desapalancamiento y mire cómo están recuperando el valor de su capitalización en el mercado. El mercado lo está premiando.
P. ¿Bajarán impuestos en 2015?
R. Haremos la reforma tributaria y bajaremos impuestos selectivamente. Pero ya los estamos bajando para 2014.
“El margen para bajar los impuestos será mayor en 2015”
P. De forma simbólica.
R. No, está el IVA de caja, la bonificación del 10% de los beneficios para reinversión de pymes, los Bussines Angels. Eso son bajadas de impuestos. Se hace selectivamentepara que sea compatible con unos niveles de recaudación que tenemos que salvaguardar porque sino el déficit público aumentaría. Pero para 2015, como estaremos en un escenario de crecimiento económico superior, el margen para reducir impuestos será mayor. Esperamos que las bases imponibles en 2014 se incrementen un 1% anual. Esa sería la dinámica también para 2015. Bajar impuestos es compatible con ensanchar bases imponibles como ocurría en la etapa en que introdujimos en este país la moda política de bajar impuestos.
P. Pero en el primer semestre han caído con fuerza la bases imponibles.
R. Claro, la recesión. Esa es la recesión. Ni cuando estábamos en campaña se preveía. No lo pronosticaba ni el FMI, ni el BCE, ni la Comisión Europea ni por supuesto el Gobierno anterior, que seguía con el pronóstico de que en 2012 creceríamos un 1,7%. Esos eran los datos que manejamos en campaña.Ustedes pueden decir que fuimos unos incrédulos. Pero era lo que había entonces.
P. El recargo temporal del IRPF era "temporal". ¿No hay riesgo de que su retirada quede diluida en la reforma fiscal?
R. Vamos a redefinir el IRPF. No es una cuestión del recargo. Es una cuestión de que vamos a cambiar la estructura del IRPF en total. Esa modificación supondrá una reducción respecto de 2014, pero en términos equitativos.
P. Es decir, ¿no será la desaparición del recargo como tal?
R. No. Si hacemos la desaparición del recargo, estaríamos en la estructura anterior del IRPF. La cuestión no es que vaya a desaparecer el recargo es que va a nacer un nuevo IRPF, con nuevas definiciones de su base imponible, con nuevos tramos, nuevos tipos, y en relación con eso los contribuyentes podrán comparar dónde estaban y dónde están.
P. ¿Todos los contribuyentes saldrán ganando con la nueva reforma?
R. Ese es el ánimo. Pero todavía es muy pronto. Estamos esperando el trabajo de los expertos.
P. Bruselas le recomendó que subiera las bases de IVA.
R. Ya hemos subido lo que teníamos que subir. Lo otro perjudicaría mucho. Tenemos que recuperar el consumo.
“El Estado no le roba a Cataluña”
Pregunta. ¿Hay margen para mejorar la financiación a Cataluña?
Respuesta. El margen de verdad nos lo va a dar el crecimiento económico. A partir de ahí, tenemos que hacer un cambio de financiación autonómica en la que todos se sientan cómodos. Debemos cambiar el sistema para garantizar que los ciudadanos, con independencia del lugar donde residen, tengan acceso a un nivel de servicios públicos equiparable.
P. ¿Está de acuerdo en limitar la solidaridad con la ordinalidad?
R. A mí el principio que me gusta es el de lealtad institucional. En España no hay un sistema de solidaridad interterritorial. Pagamos impuestos en función de nuestra capacidad económica. No existen unos mecanismos de solidaridad, como en otros países. En España existe un sistema de financiación que se completa con unos fondos para que en aquellos territorios en que la gente tiene menos capacidad económica puedan tener suficiencia en el acceso a esos servicios públicos. La solidaridad es cuando el Parlamento decide aportar una cantidad a un país que ha sufrido una catástrofe. Lo otro no es solidaridad. Es un mal concepto. ¿Qué es eso de voy a seguir siendo solidario, pero menos? De lo que se trata es de que en un país, en una sociedad moderna, haya una cohesión social, una garantía de servicios públicos. Y a partir de ahí entender que el bienestar viene del crecimiento conjunto. Otro concepto erróneo del que se habla, por ejemplo, es la financiación de Cataluña. Pero no es la financiación de Cataluña. Se identifica la parte de la Administración catalana con el todo catalán.
P. Pero Cataluña saca su hoja de agravios.
R. Eso también. La contestaremos. Pero la contestación está hecha en buena parte en que se refiere a la disposición adicional del Estatut, donde está la sentencia del Constitucional de por medio. A mí me gustaría que hubiera más inversión pública en Cataluña, pero no hay dinero. Hay que evitar los agravios y las comparaciones. Hemos pasado del España me roba al Estado me roba. Lo prefiero. Porque así me puedo explicar. El Estado no le roba.
P. Hasta Madrid dice eso.
R. Yo lo que pido es moderación. Creen que tengo una caja especial. No existe dicha caja. Tenemos una caja única que repartimos entre todos y entre todas las Administraciones. Yo no tengo una caja especial. Hay quien dice: el Estado que me dé 1.000 millones. ¿Dónde los tengo? Pero no ve que no me llega, que tengo déficit. Y dicen: a mí, su déficit como Estado no me importa. El que me importa es el mío. Como si el Estado no estuviera pagando las pensiones de Madrid y Barcelona y a los parados de Madrid y Barcelona. Solo pido sensatez. No hay que confundir. Lo que hay que hacer es crecer y a partir de ese crecimiento ver cómo repartimos las capacidades tributarias.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.