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El Banco Central Europeo estudia medidas de alivio para España e Italia

Fráncfort abre la puerta a dar ficha bancaria al fondo de rescate si así se lo pide Baraja opciones como la flexibilización de las garantías que exige a la banca

Claudi Pérez
Ewald Nowotny, consejero del BCE, con el vicepresidente, Vítor Constâncio.
Ewald Nowotny, consejero del BCE, con el vicepresidente, Vítor Constâncio.EFE

El Banco Central Europeo es independiente, pero no insensible a las peticiones de los grandes países del euro. El BCE estudia, según fuentes europeas y del sector financiero, medidas de alivio destinadas a los países con más problemas, en especial a España e Italia. Ambos países, además de Francia, han solicitado insistentemente un mayor activismo a la institución que preside Mario Draghi. No habrá nada parecido al botón nuclear que supondría la compra de bonos: eso, en todo caso, se haría a través del fondo de rescate europeo, según fuentes comunitarias, siempre que los países con problemas lo soliciten y acepten la condicionalidad asociada. Pero el BCE baraja poner en marcha medidas paliativas que permitan relajar la insoportable tensión actual en los mercados y ganar algo de tiempo.

Parafraseando a Draghi, fuentes europeas destacaron ayer que la próxima reunión en Fráncfort es clave: “No hay tabúes; el BCE puede tomar decisiones si hace falta, sobre todo ahora que no hay riesgos de inflación”. “Al mismo tiempo, el BCE no puede sustituir las decisiones que deben tomar los Estados, ni suplantar las medidas aprobadas por los socios europeos en la última cumbre”, según las mismas fuentes. En el caso español, eso supone atar en corto a las comunidades y presentar un presupuesto bianual muy detallado que satisfaga al directorio del BCE, muy receloso con España.

El gobernador del Banco de Austria, Ewald Nowotny, se mostró ayer receptivo a la idea de reforzar el mecanismo europeo de rescate otorgándole una ficha bancaria—la solicitud debe partir del propio fondo—, una idea que en el futuro puede cambiar las reglas del juego. El salvavidas europeo tiene ahora una potencia de fuego de 500.000 millones, insuficiente para lidiar con problemas graves en Italia y en España: con esa ficha bancaria, el fondo podría financiarse directamente en el BCE y convertirse en un auténtico bazuca. Eso bastó ayer para cambiar el viento en los mercados: la prima de riesgo bajó por primera vez en 10 días tras marcar un nuevo máximo. La Bolsa acabó el día con ligeras alzas.

El supervisor ha encargado estudios sobre las opciones que tiene con tipos tan bajos

Para apuntalar ese cambio de viento, el eurobanco baraja otras opciones: la flexibilización de las garantías que pide a la banca para financiarse —con objeto de dar incentivos para que los inversores vuelvan a la deuda de los periféricos—, combinada con un programa de compra de activos. Ambas medidas, junto con otras posibilidades, están en fase de estudio. Su puesta en marcha estaba prevista para el otoño, pero podrían adelantarse por el recrudecimiento de las tensiones.

El núcleo duro contrario a nuevas medidas excepcionales está capitaneado por el Bundesbank alemán, arropado por Holanda, Austria, Finlandia y Luxemburgo. Hace meses que ese club clama contra los riesgos excesivos que ha tomado el Eurobanco, pese a que en muchos aspectos ha sido más timorato que los bancos centrales de EE UU y Reino Unido. Pero en ese grupo hay más fisuras de las habituales. Los bancos centrales de Holanda y Austria han mostrado algo más de flexibilidad en sus últimas declaraciones; incluso Alemania podría aceptar medidas relativas a la flexibilización de garantías. Y el propio eurobanco ha solicitado informes técnicos con el objetivo de explorar su caja de herramientas para aumentar la tracción de la política monetaria en el caso de que los tipos de interés oficiales entren en territorio 0%, algo que sucedió el mes pasado.

Ante el exigente calendario de vencimientos de España e Italia, la Comisión apunta que la solución más probable puede ser que los fondos de rescate compren deuda. El uso del fondo temporal y del mecanismo permanente se flexibilizó en la última cumbre. Pero algunos países retrasan la aplicación de esas medidas, por lo que es difícil que alguna de esas soluciones esté lista en caso de un problema grave inminente.

La compra de activos empresariales es otra de las posibilidades que están sobre la mesa

Ante el estado de excepción económica en el que han entrado España e Italia, los socios europeos y el BCE necesitan tender un puente para aguantar los próximos meses. Ahí entrarían las medidas paliativas del BCE: tanto la flexibilización de las garantías como otras opciones. Las fuentes consultadas aseguran que se analiza incluso la posibilidad de la compra de una cesta de bonos de los países del euro, o de que el mecanismo de rescate avale al eurobanco en el eventual caso de que tenga que volver a comprar deuda, tal y como hace el Tesoro británico. Goldman Sachs descarta que el BCE reactive la compra de bonos, pero ve posibles nuevas subastas de liquidez, junto con los cambios en las garantías que pide a la banca, o la apertura de un programa de compra de activos empresariales. “La compra de activos ayudaría a encauzar la situación ante la constatación de que las empresas están sufriendo la tensión financiera”, explicó Guntram Wolff, de Bruegel.

 

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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