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Las protestas tibetanas por la represión de Pekín se propagan por el suroeste de China

El rosario de autoinmolaciones a lo bonzo de tibetanos -al menos 16 en el último año- ha dado paso a una ola de protestas de miembros de esta minoría étnica en zonas del suroeste de China, en protesta por lo que consideran la represión de su cultura y su religión por parte de las autoridades chinas. Un total de cinco tibetanos, según el Gobierno tibetano en el exilio -dos, según Pekín-, han muerto esta semana en enfrentamientos entre miembros de esta minoría y las fuerzas del orden.

Dos personas fallecieron y muchas otras resultaron heridas el martes en el condado de Sada (provincia suroccidental de Sichuan, vecina a la región autónoma de Tíbet) cuando la policía abrió fuego contra los manifestantes, según la organización Free Tibet, con sede en Londres. La agencia oficial Xinhua ha confirmado los choques, pero señala que las fuerzas de seguridad tuvieron que disparar y mataron a un "alborotador" e hirieron a otro cuando los manifestantes atacaron una comisaría con cócteles molotov, cuchillos, armas de fuego y piedras. "La policía se vio obligada a defenderse después de que los esfuerzos para persuadirles y el uso de armas de defensa no letales no lograran dispersar a la muchedumbre", afirma Xinhua. Añade que 14 agentes resultaron heridos y se detuvo a 13 personas.

El incidente se produjo un día después de que la policía abriera fuego contra una multitud de tibetanos que protestaba por los mismos motivos en la cercana ciudad de Luhuo (llamada Draggo por los tibetanos) y matara a dos e hiriera a más de 30, según vecinos y organizaciones de defensa de derechos de los tibetanos.

Algunos monjes del monasterio Draggo, en Luhuo, dijeron por teléfono el lunes y el martes que los agentes dispararon contra la gente a través de las ventanas de la comisaría, y que los heridos se habían refugiado en el templo mientras miles de policías montaban guardia en el exterior, informa France Presse. Xinhua asegura que murió una persona y cinco policías fueron heridos. El Ministerio de Exteriores dijo el martes que la protesta fue violenta, y su portavoz Hong Lei acusó a "grupos separatistas en el extranjero" de intentar desacreditar al Gobierno con su versión de lo ocurrido.

Free Tibet afirma que los manifestantes solo arrojaron piedras después de que las fuerzas del orden dispararan. Las líneas de teléfono en Luhuo y zonas cercanas han sido aparentemente desconectadas. La organización señala que el lunes se produjo otra protesta en el condado de Aba -o Ngaba-, también en Sichuan, pero que fue agostada rápidamente por los antidisturbios con gases lacrimógenos.

Las protestas son las más graves desde el estallido de violencia de 2008 en Lhasa (capital de Tíbet) y otras zonas con gran población de esta minoría étnica. Lobsang Sangay, jefe del Gobierno tibetano en el exilio, cuya sede está en India, ha pedido a la comunidad internacional que "no se quede quieta" e "intervenga para evitar más derramamiento de sangre". "¿Durante cuánto tiempo y cuántas muertes son necesarias antes de que el mundo adopte una postura moral firme?".

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