"Me gusta hacer un buen 'strip-tease' de pies"

"Me gusta jugar con los zapatos, balancearlos, hacer un strip-tease de pies. Es un fetiche estupendo. Muchos hombres no necesitan mucho más para excitarse". Dita von Teese sabe de lo que habla. Por algo es la reina del burlesque, una suerte de espectáculo inspirado en la estética de las pin-ups de los años cincuenta y en el que la exmujer de Marilyn Manson se va desnudando sensualmente. Aunque nunca termina de desprenderse de sus amados zapatos. "Cuando me quito las sandalias en el escenario, siempre me dejo puestos los tacones invisibles. Es decir, me quedo de puntillas, porque plantar todo el pie en el suelo cuando no llevas ropa no es buena idea".

Von Teese revela, junto a otras mujeres famosas, los secretos de su adicción al calzado en ¡Dios salve a mis zapatos!, un documental que Canal + emitirá el 2 de febrero y en el que sociólogos, historiadores y diseñadores, como Manolo Blahnik, Christian Louboutin o Robert Cleirgerie, tratan de desentrañar la relación entre las mujeres y este complemento.

Kelly Rowland, ex cantante de Destiny's Child, es un buen ejemplo de la obsesión que pueden llegar a provocar. No solo pone nombre a cada uno de sus cientos de zapatos, sino que, en su deseo de conservarlos el mayor tiempo posible, adquiere una talla más de la que necesita. "Uso un 42, pero me compro un 43 porque alguien me dijo que cuando tienes niños tus pies se ensanchan. Yo todavía no he sido madre, pero quiero asegurarme de que podré ponérmelos siempre".

Fergie, vocalista de Black Eyed Peas, es esclava de los tacones de 12 centímetros por razones más mundanas: "Me encanta ser alta porque cuando salgo con mi marido

[el actor Josh Duhamel] me gusta llegar a darle un beso en la boca".