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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El soldado Manning, ¿traidor o leal?

El delito del soldado estadounidense Bradley Manning es, según fiscales y magistrados, haber entregado 700.000 documentos clasificados a Wikileaks, que los pasó al enemigo. Manning no podía revelar esos secretos oficiales y, haciéndolo, traicionaba a sus superiores, a su país y a la ley. Ya Hilary Clinton calificó su acción de "atentado contra la humanidad".

La actuación de Manning debe juzgarse por los principios de la ética, que es universal y salvaguarda la justicia y la verdad, y no por los principios de una política que sirve a los intereses de un Estado particular.

Intelectuales, líderes religiosos y comentaristas de fama internacional han reprobado en nombre de la ética muchas prácticas de la política estadounidense. Recientemente, Miguel d'Escoto, presidente de la Asamblea General de la ONU entre 2008 y 2009, ha escrito: "Desde el 21 diciembre de 2011 en adelante, cada vez que me toque referirme a los Estados Unidos de Norteamérica, diré el terrorista, asesino y genocida imperio estadounidense". Este y otros juicios manifiestan que la política estadounidense está manchada por graves conculcaciones del derecho internacional.

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No es extraño, por tanto, que Manning tuviera que enfrentarse al dilema de o "seguir su conciencia que le apremiaba a obrar con libertad y responsabilidad ética" u "obedecer a una ley que amparaba una política contraria a principios básicos del derecho internacional".

El imperio estadounidense no puede eximirse de las normas que regulan las relaciones y convivencia de los pueblos, según lo prescriben la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Carta Magna de la ONU. Y cuando lo hace, a cualquier ciudadano le asiste el derecho de denunciarlo y practicar la desobediencia con plena legitimidad ética.

Y la justicia -un tribunal internacional neutral y ecuánime- en lugar de acusar a Manning de alta traición, debiera examinar si los hechos denunciados son razones para acusar de esa traición al Estado que con su política viola derechos fundamentales.

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