Valencia negocia liberar a La Ceramo de edificios privados en su entorno
El Ayuntamiento de Valencia negocia con los dueños de La Ceramo -antigua fábrica de azulejos, única en su género, y al borde de la ruina- trasladar la edificabilidad reconocida por el PGOU de 1988 a otra parcela de la ciudad y evitar así que se construyan edificios residenciales junto a este inmueble protegido que algunos quieren convertir en museo.
De los hornos de La Ceramo salieron en los dos pasados siglos cerámicas que hoy decoran emblemáticos edificios de la capital como la Estació del Nord, el modernista Mercado Central o el propio Consistorio. De esta propiedad -la parcela pertenece a la mercantil Nuevas Promociones de Valencia- se encuentran protegidos como Bien de Relevancia Local los hornos y unas instalaciones anexas, pero para el resto del terreno se prevé un uso residencial privado y también un uso público.
El concejal socialista Vicent Sarrià defendió ayer de nuevo ante la Comisión de Urbanismo municipal que se proteja toda la parcela y no se deje construir. Ya se ha hecho con el solar de Jesuitas, donde se proyectaba un rascacielos al lado del Jardí Botànic, y con el antiguo pabellón de Marcol. Sarrià presentó una moción que llevará al pleno del viernes y el concejal de Urbanismo, Jorge Bellver, se mostró favorable. Se está negociando con la propiedad, dijo Bellver a los socialistas.
La última propuesta para La Ceramo la dio el director del Museo de Cerámica, que sugirió que esta antigua fábrica fuera subsede del González Martí.
La Comisión discutió sobre el futuro de las columnas helicoidales -parecidas a las que existen en la Lonja- encontradas durante las obras de remodelación de la plaza Redonda. El concejal de EU Amadeu Sanchis ha pedido a la Generalitat que compruebe su valor patrimonial porque el Consistorio ha resuelto que no tienen el valor que presumían y, probablemente, acabe tapándolas.
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