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Maria del Mar Bonet, Miquelet d'Honor, ve "raro" no poder cantar en Valencia

Maria del Mar Bonet entró ayer, cerca de las nueve de la noche, por la puerta del Teatre Micalet de Valencia, allí donde ofreció, en febrero de 1970, uno de sus primeros conciertos en la Comunidad Valenciana. Algo que cuatro décadas después se ha ido convirtiendo en un evento cultural cada vez más difícil. De hecho, la visita de Bonet (Palma de Mallorca, 1947), uno de los principales exponentes de la Nova Cançò, no era para ofrecer un concierto, ahora que está de exitosa gira para presentar su nuevo trabajo, el doble álbum Blaus de l'ànima, que presenta "casi al desnudo" con el pianista Manel Camp. Bonet llegó a Valencia para recoger el premio Miquelet d'Honor, que le ha otorgado -este año también al Centre d'Estudis Contestans- la centenaria Societat Coral El Micalet. Y ni siquiera así tiene garantizado un concierto de una gira que ya está terminando: "Yo estoy siempre dispuesta, estaría encantada",

"Es muy extraño que no se luche por que canten aquí los cantantes de aquí"

"He mirado y realmente no lo reconozco, está tan arreglado, tan moderno y tan nuevo", explicó anoche Bonet tras regresar cuatro décadas después al veterano escenario. Ha vuelto en estos años muchas veces -"la acogida en Valencia siempre ha sido maravillosa, es una cosa especial"-, pero menos en los últimos lustros. Una situación de la que se han quejado numerosos cantantes que usan la lengua propia, con Raimon a la cabeza. "Es curioso, no quiero entrar en este tema, porque me parece raro", se lamentó Bonet. "Los que cantamos en nuestra lengua venimos ahora más a la universidad, que es donde nos acogen", añadió, "es más difícil cantar en otros sitios, y me gustaría cantar en auditorios ¿por qué no? pero no ha habido manera". Y sentencia: "Es muy extraño que no se luche por que canten los cantantes de aquí en los escenarios de aquí".

A pesar de ello, en estos años ha colaborado con numerosos grupos y artistas valencianos: "Nuestra lengua es lo que nos une, el hecho de vivir en un Mediterráneo tan lleno de música, de sonidos, de poesía". Y habló de lo bonito que es que boleros o fandangos que se cantan en Valencia suenen tan parecidos a los de Mallorca: "Se cantan casi casi igual". Y aunque aseguró que está preparando alguna colaboración con artistas de este lado del mar, no quiso adelantar la sorpresa, quizá para que no se trunque.

En la gala de anoche en el Teatre Micalet, Pere Ferrer recogió el Miquelet d'Honor concedido al Centre d'Estudis Contestans, una asociación científica de Cocentaina que ha destacado por su labor en la investigación del arte rupestre. Una institución que potencia su labor divulgadora desde 1995, cuando abrió el Museu Arqueològic i Etnològic del Comtat. En otras categorías, Manuel Molins, con su obra, València, Hollywood, Iturbi, ganó el Micalet de Teatre 2011; y Elvira Asensi Silvestre, con Música a l'abast de tothom. El cas de les bandes valencianes en el tombant del segle XIX, consiguió el premio Joan Coromines de Investigación.

TANIA CASTRO
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