El microcrédito llega a casa
En 2010 se concedieron en España 46 millones de euros en pequeños préstamos para fomentar el autoempleo y ayudar a personas en peligro de exclusión
Los microcréditos han dejado de ser una obra de caridad puntual impartida en países lejanos para convertirse, en ocasiones, en la única posibilidad de que los ciudadanos más desfavorecidos del llamado primer mundo puedan resolver sus problemas financieros más acuciantes. Así lo ha puesto de manifiesto la Cumbre Mundial de Microfinanzas celebrada esta semana en Valladolid, a la que han asistido más de 1.700 delegados, entre ellos el fundador de los microcréditos y premio Nobel de la Paz, Muhammad Yunus.
En España se repartieron durante el año pasado 46 millones de euros en forma de microcréditos, que han servido para remediar situaciones tan variadas como la de reparar la dentadura a una mujer víctima de la violencia machista, evitar la entrada en la cárcel de un hombre con cuatro hijos menores o permitir que una enferma de VIH pudiera montar su propio negocio. Aunque fuera de España han llegado a crearse entidades financieras específicas como el Banco Grameen, fundado por el propio Yunus, en nuestro país participan en este proyecto algunas cajas de ahorros como La Caixa, BBK o Caja Granada, y bancos como el
El importe medio en territorio nacional no supera los 25.000 euros
España es ya el segundo donante mundial, con 713 millones de euros
BBVA, que a través de su propia fundación ha concedido 2.500 millones de euros en América Latina. Esta última entidad afirma tener una cartera vigente de un millón de clientes atendidos por más de 4.700 empleados. Según explican responsables del banco, su modelo de negocio se basa en las "finanzas productivas: el otorgamiento de productos y servicios financieros vinculados a actividades o emprendimientos, que buscan el desarrollo económico y social sostenible del cliente".
Por su parte, La Caixa, por medio de MicroBank, ha concedido más de 128.000 préstamos por importe de 782 millones de euros en los últimos cuatro años. Su presidente, José Francisco de Conrado, acudió a Valladolid para remarcar la necesidad de que el sistema microfinanciero español se adapte a las necesidades de emprendedores, microempresarios, autónomos y familias que puedan requerir financiación. De Conrado señaló que "la sostenibilidad del sistema microfinanciero es, en momentos como los actuales, un requisito básico para crecer y cubrir la demanda que existe en España".
Entidades como el Banco Popular, en colaboración con la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale), presentaron su "fondo de inversión socialmente responsable", pensado para desarrollar acciones de responsabilidad social corporativa. El director de Inversiones no Convencionales del Popular, Carlos Muñoz, destacó el "valor social" de las microfinanzas, que "ofrecen oportunidades a personas desfavorecidas que jamás hubieran pensado tener un crédito, lo que les genera confianza, les ayuda a levantar su autoestima, les otorga dignidad y les da autonomía".
Una de las intervenciones más esperadas de la cumbre de Valladolid fue la de Muhammad Yunus, que en un encuentro con estudiantes señaló que "los microcréditos representan una oportunidad social y económica para las personas que sobreviven entre la pobreza". En otra comparecencia, el llamado banquero de los pobres animó a construir una nueva civilización para combatir la crisis. Casi coincidiendo con la última encuesta de población activa, que revela que en España el número de parados se aproxima a los cinco millones, Muhammad mostró su confianza en alcanzar una sociedad "donde la palabra desempleo no exista y la pobreza sea tan desconocida que se necesiten museos para recordarla".
Por su parte, la reina Sofía, que permaneció en Valladolid durante todos los días de la cumbre y que es una firme defensora de este sistema financiero, se vanaglorió de que España se haya convertido en el segundo donante a nivel mundial, con una aportación de 713 millones de euros. Doña Sofía calificó como un acto "de justicia" el apoyo de numerosos países secundando la labor de Yunus, a quien calificó de "admirable idealista en la causa mundial de la lucha contra la pobreza". Opinión que no comparten algunos colectivos sociales, como la Federación de Vecinos, Izquierda Unida o la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que sostienen que el microcrédito no soluciona la pobreza, porque un pobre endeudado jamás conseguirá salir de su situación. En un foro organizado por estos colectivos con motivo de la cumbre, Endika Alabort, del Instituto de Ciencias Económicas y Autogestión, llegó a decir que "porque te den dinero no dejas de ser pobre, sino que tendrás deudas que te pueden llevar a la absoluta miseria".
En España el microcrédito nació como un préstamo para facilitar la inclusión social y laboral. Su importe suele ser variable y no supera los 25.000 euros. Se concede para el autoempleo o para realizar actividades económicas a personas que se encuentran en situación de riesgo de exclusión o con dificultades para acceder al sistema financiero tradicional. Estas operaciones están libres de comisiones. "Las microfinanzas representan la puerta hacia las oportunidades sociales, laborales y económicas de la población que vive en situación de pobreza y exclusión social", manifestó Soraya Rodríguez, secretaria de Estado de Cooperación Internacional.
Durante 2010, 11 cajas de ahorros españolas mantenían su actividad con programas de microcréditos. Concediendo más de 7 millones de euros, de los cuales casi la mitad se destinaron al autoempleo y la creación de empresas. Del total de las operaciones concedidas, el 67,1% se destinó al autoempleo o a los emprendedores, el 27% a la cobertura de necesidades familiares y el resto a la ayuda a estudios.
Respecto a la creación de autoempleo, las principales actividades que se concentran responden a pequeños comercios (locutorios, tiendas de ultramarinos...), hostelería y actividades de servicios personales. El perfil social de las personas que acceden a un microcrédito apenas ha variado con el paso de los años. En 2010, el 46% de los beneficiarios fueron los hombres, mientras que el 54% se concedieron a mujeres. Los nuevos residentes son el colectivo que muestra una mayor demanda, ya que más del 45% de los clientes del año pasado son inmigrantes. -
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