Flamenco desbordado
El I Congreso Internacional revela las carencias empresariales del sector
"El flamenco ha crecido más deprisa que su capacidad de organizarse". Esta reflexión del guitarrista Juan Carlos Romero ha sido una de las más secundadas en el I Congreso Internacional de Flamenco, que ha reunido en el antiguo convento de Santa Clara de Sevilla a 300 personas entre artistas, gestores culturales, periodistas, críticos e investigadores. El congreso, que se ha celebrado desde el jueves hasta ayer sábado, es un intento de sentar las bases del que será el Libro Blanco del Flamenco, un documento que la Consejería de Cultura -organizadora del encuentro- se ha comprometido a publicar en 2012, tras su inclusión en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco .
"Las subvenciones públicas no están dadas a dedo", dice Eva Yerbabuena
Los participantes en el congreso han sabido hacer autocrítica, como ocurrió en la mesa La mirada del arte en la que intervinieron seis artistas, entre ellos la bailaora Eva Yerbabuena, el guitarrista Gerardo Núñez y el cantaor Arcángel. Entre sus conclusiones destacan: "En algún momento ha habido sobre protección pública, con la complicidad de los profesionales; estos deben también asumir iniciativas privadas y ser más responsables de sus carreras artísticas. El flamenco es hoy un negocio y hay que estar preparados para ser competitivos". "Las Administraciones deben cuidar de no hacer competencia desleal a las iniciativas privadas programando gratis".
La inclusión de la enseñanza del flamenco en todos los ámbitos educativos, especialmente en los conservatorios y las universidades, es, según los artistas, una asignatura pendiente. En referencia a las protestas protagonizadas por algunos artistas que han acusado al Instituto Andaluz del Flamenco de favoritismo en la concesión de ayudas a las producciones, Eva Yerbabuena puntualizó: "Las subvenciones públicas no están dadas a dedo. La queja fácil no conduce a nada".
La profesionalización del flamenco, con una estructura empresarial similar a la de cualquier otra empresa, es algo imprescindible para su consolidación definitiva que le permitirá competir con otras músicas a nivel internacional. "Hay que crear una infraestructura profesional entre el producto y el comprador, que también tiene que estar formada por profesionales", dice otra de las conclusiones.
En el encuentro titulado La estructura del flamenco se dieron cita el viernes agentes del sector como la directora del Instituto Andaluz del Flamenco, María de los Ángeles Carrasco; el presidente de la Confederación Andaluza de Peñas, Diego Pérez; la secretaria de la Asociación Andaluza de Empresarios del Flamenco, Pepa Caballero; el fundador de Dezza Producciones, Carlos Sánchez, y el director de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México y miembro de la Unesco, Francisco Javier López. Según estos agentes, "el flamenco tiene una estructura muy compleja que se inició con su profesionalización". Entre los grandes cambios que ha experimentado este arte, los participantes destacaron: "Vivimos en una sociedad urbana, cuando el flamenco proviene de una sociedad rural y, desde hace 30 o 40 años, en el mundo del flamenco hay un ingrediente que nunca estuvo presente de forma notoria y ahora sí: lo público". El encuentro de ocho críticos de flamenco, entre ellos los de EL PAÍS Roger Salas y Fermín Lobatón, y la cita de otros tantos programadores nacionales e internacionales cerraron ayer este primer encuentro del mundo del flamenco que ha servido de revulsivo para el sector y del que todos esperan aprender mucho para el futuro.
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