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Un homicida enajenado o drogado

La esposa y madre de dos de las víctimas del triple crimen de Castellar se debate entre la vida y la muerte mientras los vecinos, consternados, no salen del asombro

El hombre de 33 años que mató el viernes a tres vecinos de su domicilio en Castellar-Oliveral, una pedanía de Valencia, se ha declarado culpable de los hechos ante la Guardia Civil y fue reconocido por un testigo de la agresión, según confirmaron ayer fuentes de la Delegación de Gobierno en Valencia. Lo que sigue siendo un absoluto misterio son las razones que le llevaron a atacar con un cuchillo a los vecinos de su domicilio, que habitualmente cuidan a su hija de ocho meses, y a todos aquellos que le franquearon la puerta hacia las nueve de la noche.

Fuentes de la investigación solo barajan como causas de la agresión una enajenación mental transitoria -"un arrebato", en palabras de varios vecinos de Castellar-Oliveral- o la ingesta masiva de algún tipo de drogas o alcohol o una peligrosa combinación de ambas.

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José Planells mató a su vecino de planta, un hombre de mediana edad y a su hijo, de apenas 13 años, e hirió gravemente a la esposa y madre de los fallecidos, de 48 años. La mujer sigue ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital La Fe de Valencia, donde se debate entre la vida y la muerte. Otro hijo del matrimonio, de 19 años, escapó a la agresión porque no se encontraba en casa.

Planells también mató a puñaladas a otra vecina, de 80 años, cuando le abrió la puerta. Un quinto agredido, de 44 años, permanece ingresado en el Hospital General de Valencia en estado grave con heridas en la cabeza y la espalda. Al parecer, el agresor no pudo extraer el arma homicida de su última víctima y bajó a la calle, con las ropas y las manos ensangrentadas.

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Fue interceptado por un policía local, fuera de servicio, que fue alertado por los gritos de los vecinos del edificio de la calle Poetisa Leonor Perales. El agresor se miraba sorprendido por su propio estado, según algunos viandantes.

Otro vecino del mismo edificio, relató a la agencia Efe que llamó a la policía minutos después de las nueve alertando de que "estaban matando a alguien" porque "se oían fuertes golpes y gritos en la escalera". El mismo vecino explicó que no abrió la puerta de su vivienda porque estaba acompañado de su hija pequeña.

Efectivos de la Guardia Civil llegaron en unos minutos al lugar de los hechos, muy próximo al puesto de la vecina localidad de Alfafar, y detuvieron al agresor, quien no opuso resistencia.

Los tres cadáveres fueron trasladados cerca de la medianoche al Instituto de Medicina Legal para practicarles la autopsia.

José Planells es vecino de Castellar-Oliveral desde hace años, está casado y tiene una hija de apenas ocho meses. No tiene ningún antecedente. Poco antes de agredir a sus vecinos llegó a su casa, en un edificio de tres plantas, con su hija y las bolsas de la compra, según confirmaron varios vecinos.

En el bajo del edificio colindante hay un casal fallero donde cenaban un nutrido grupo de socios. Algunos de los presentes vieron pasar a José minutos antes de los hechos pero nadie detectó nada extraño.

La esposa del triple homicida, empleada de una gran superficie, llegó a casa hacia las diez de la noche y tropezó con la trágica situación. Su marido había sido detenido y trasladado a las dependencias de la Guardia Civil en Alfafar.

JORDI VICENT

"Ese chico no estaba loco"

"Ese chico no estaba loco". El comentario de una joven madre residente en Castellar-Oliveral, una pedanía de Valencia con 7.000 habitantes, ilustra la consternación y el asombro con que los vecinos de la localidad recibieron la noticia del triple crimen registrado la noche del viernes.

A media mañana, después de una fuerte lluvia, se formaron corrillos espontáneos en las esquinas próximas al edificio de la calle de la Poetisa Leonor Perales donde José Planells, de 33 años, mató a tres vecinos.

"Era un chico normal, trabajó durante una época como chófer en la funeraria del pueblo, aquí al lado", comentó un hombre de edad. "Sí, pero lo dejó hace unos años porque no le gustaba el horario, tenía que trabajar fines de semana o, a veces, de madrugada. Entonces se colocó en una fábrica y solía comentar que estaba muy contento, que debía haber cambiado antes de empleo", terció otro más joven.

Ninguno se explicaba los motivos de la agresión. Uno de ellos le vio con su hija el viernes por la tarde. "Habrá sido un arrebato, pero no sabemos nada, la policía aclarará lo que ha pasado".

Un vecino recuerda a la mujer de 80 años que fue víctima de la agresión, "sí, la llamaban La Pimentonera". Un joven apunta que su amigo, de 19 años, "se ha quedado solo". José Planells mató a su padre, a su hermano de 13 años y dejó muy mal herida a su madre.

Alberto Fabra, presidente de la Generalitat, expresó su "solidaridad y apoyo" a los familiares de las víctimas "que ayer perdieron a sus hijos o a sus maridos en el triste suceso".

Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, se desplazó a Castellar por la mañana para "compartir con los vecinos la conmoción que les embarga por las circunstancias de este terrible suceso que ha ocurrido en un lugar tranquilo de nuestra huerta, donde todo el mundo se conoce". Barberá calificó el crimen como "algo absolutamente inexplicable".

El Ayuntamiento de Valencia declaró la jornada de ayer día de luto y las banderas del edificio del Consistorio ondearon a media asta en señal de duelo.

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