Una cláusula contra el egoísmo

El Inter se marchó el martes por la noche del estadio del Lille con una victoria (0-1) que le vale el liderato en su grupo de la Champions. Mauro Zárate, además de eso, se marchó con 15.000 euros en el bolsillo. Es lo que vale cada uno de sus pases de gol. Así lo estipula su contrato.

"Quiero ser un nuevo Zárate y para eso tendré que pasar más el balón. Quiero cambiar. Voy a hacerlo y a demostrarlo, tanto que en el contrato hasta he puesto una cláusula para las asistencias", confesó a finales de agosto en La Pinetina, la ciudad deportiva interista, durante su presentación. Casi dos meses después ha firmado una parte de su promesa.

La suya es una cláusula antichupón. En el calcio siempre le han considerado así por su egoísmo. Zárate nunca se ha distinguido por levantar la cabeza y pasar la pelota. Es más, había quien decía que, de poder, el argentino se habría puesto a regatear hasta a los postes. "Creo que el curso pasado di nueve asistencias", se defiende el punta, de 24 años.

El Inter le fichó a finales de agosto. Llegó cedido del Lazio (el club de Massimo Moratti se reserva una opción de compra por 15 millones de euros) y con un sueldo anual de tres millones. Su representante fue quien le convenció para poner esa cláusula. Además de los 15.000 euros que cobra por cada pase de gol, se embolsará otro plus cuando sume 10. "Igual he abierto el camino para que la temporada que viene se vean más contratos como el mío", bromeó nada más llegar a Milán.

Nacido en Buenos Aires, Zárate llegó a Italia procedente del Vélez Sarsfield. Vistió la camiseta del Lazio entre 2008 y 2011 y marcó 30 goles en 114 partidos. Fue él quien pidió al técnico, Edoardo Reja, que le dejara irse cedido. En el Inter ya se ha estrenado como goleador en la Champions, ante el CSKA de Moscú, y ahora también como asistente.