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Entrevista:FRANCISCO ÁLVAREZ DE LA CHICA | Consejero de Educación

"No se puede separar a los niños por su capacidad"

Manuel Planelles

Si la Consejería de Educación hubiera congelado hace cuatro años la plantilla de docentes de la enseñanza pública se hubiera liado una bronca de las buenas. La Junta lo ha hecho ahora y, sin embargo, los sindicatos mayoritarios han valorado la decisión. Pese a esta congelación, los líderes socialistas (Rubalcaba, Griñán o Blanco) sacaron pecho esta semana y pusieron como ejemplo a Andalucía de lo que hay que hacer. La economía se ha venido abajo en estos últimos cuatro años y en la mayoría de comunidades los recortes protagonizan el inicio curso, que arranca mañana en los colegios. El objetivo ahora "es mantener todo lo que hay y no dar un paso atrás", reconoce el consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica (Granada, 1960).

"Los portátiles no son un lujo (...) No podemos perder esa oportunidad"
"El año que viene volveremos a tener oposiciones en educación"

Pregunta. ¿El sistema educativo andaluz se ha salvado realmente de los recortes?

Respuesta. Es evidente. No solo se ha salvado de los recortes, sino que destina muchos más recursos de lo que inicialmente teníamos previsto. Baste señalar los incrementos que hay en el apoyo a las familias. Por ejemplo, los programas de comedores, aula matinal, actividades extraescolares y escuelas infantiles, donde hemos tenido una desviación cercana al 20% de más este curso.

P. Pero, ¿por algún lado se tendrá que contener el gasto?

R. Me siento muy identificado con lo que ha dicho el portavoz del Gobierno de España, José Blanco: hay que recortar en todo, menos en educación. Cada euro que se quita en educación se paga el resto de nuestras vidas a razón de 10 o 20. Tenemos que ser mucho más eficientes en políticas de familia, para que verdaderamente tengan un carácter de progresividad positiva. Tenemos que intensificar el control sobre los abusos de los que no tienen derecho a recibir una prestación y la reciben. Pero, fundamentalmente, no estimo que haya un ámbito significativo como para poder recortar, más allá de aquel que tiene que ver con la población. Es decir, se está estabilizando la población escolar. Los crecimientos ya son pequeños y en unos tres o cuatro años habrá descenso de alumnos.

P. ¿La reducción del alumnado significa que ya no crecerá al mismo ritmo la plantilla docente?

R. Ya nos hemos dotado de recursos estructurales muy poderosos. El sistema educativo cuenta con herramientas interesantes como son los profesores de apoyo. Hacia lo que debe tender el crecimiento es a una educación mucho más cercana a la realidad de cada alumno y a dotarnos de los recursos que permitan atender a los estudiantes con especiales cualidades, que pueden progresar a más velocidad, y muy especialmente a los que van peor. Prácticamente, quitando algunas excepciones, el sistema está estabilizado ya en términos de oferta. Tenemos una red de centros en una situación bastante aceptable, aunque habrá que seguir modernizando. Tenemos una ratio por aula que está en los estándares internacionales. Solo hay ocho centros en Andalucía que tienen todas las plazas cubiertas, en el resto hay vacantes. Todo lo que podamos generar de recursos habrá que destinarlo a cuestiones como el bilingüismo, a programas de personalización de la educación, a la recuperación de chicos que se van quedando atrás y, especialmente, a lo que tiene que ver con la segunda oportunidad. Tenemos que desarrollar ofertas educativas que incentiven a reengancharse y que se puedan hacer de una manera mucho más amable que la enseñanza reglada.

P. El PP sostiene que se han recortado 800 millones en educación en Andalucía.

R. Cuando el PP andaluz y su máximo responsable afirman esto lo hacen con una extraordinaria insolvencia. La política requiere también de buena educación y es de buena educación decir la verdad. El señor Javier Arenas no está diciendo la verdad. Anda todavía sacudiendo las hojas de un documento de hace dos años que se ha demostrado falso. El señor Arenas decía que íbamos a tener este año solo 1.000 plazas de 0 a 3 años y tenemos más de 10.000. Con la que está cayendo en las autonomías del PP, lo que puede demostrar el Gobierno de Andalucía es que ningún centro va a tener un profesor menos, que ni un profesor va a tener un minuto más de las obligaciones habituales y que ni una familia va a pagar un céntimo más por los servicios que tenía el curso anterior. Reto al señor Arenas a un debate sobre eso. En las autonomías del PP han quitado los desdobles y las tutorías, que son buenas para la educación. Lo que ha venido a decir el PP es: 'usted lleve el niño al colegio pero no se pregunte qué pasa allí, si ha empeorado o no, porque de lo que se trata es de que el niño esté ahí dentro el tiempo que los padres no lo puedan atender'. Si se le ponen más horas a los profesores lo que se evita es mandar más profesores a ese centro. Se puede hacer la cuenta de los profesores que se están perdiendo en Madrid, Castilla-La Mancha o Galicia. Por los mismos niños, menos maestros. La sociedad no entendería que cualquier dirigente político dijera que un médico que atiende a 50 pacientes de pronto atienda a 80. La gente reaccionaría porque pensaría que eso va contra la calidad de mi salud. Pues eso es lo que ha hecho el PP, ha atentado contra la salud del sistema educativo.

P. ¿Qué opina del debate abierto sobre separar a los alumnos brillantes para que no se vean entorpecidos por los que van peor?

R. Este debate tiene un origen mucho más peligroso, que es el de haber desequilibrado de una manera muy significativa el sistema a favor de la enseñanza concertada en detrimento de la pública. Tengo muy buena consideración de la concertada, pero dentro de sus términos. De los 771 municipios que hay en Andalucía, solo en 51 está presente la enseñanza concertada. La pregunta es: ¿donde no está la concertada, quién está? La enseñanza pública. Ese es el principal problema que el PP está generando desde hace una década en muchas comunidades, cuando los Ayuntamientos en vez de ofrecer suelos para construir colegios públicos se lo dan a los concertados. O se dan desgravaciones fiscales como en Madrid por la compra de uniforme y por el dinero que se gasta en clases particulares de idiomas. Dicho así parecería que es algo bueno para todos, ¿pero realmente esas desgravaciones son para todos? La diferencia está quedando clara. Consecuencia de esa manera de entender la educación, que en el fondo tiene una base segregadora, aparece algo que forma parte de la enseñanza que se recibía en este país cuando no había democracia, cuando a los niños que sacaban mejores notas los ponían en las primeras filas. Eso es muy dañino para el sistema y para la sociedad. Hay que personalizar la educación. Pero una sociedad saludable no puede separar a los niños en función de su capacidad. Esa es una opción claramente de derechas.

P. Dice que no hay recorte, pero sí hay un parón en el aumento de la plantilla docente. ¿Por qué?

R. El primer objetivo es mantener todo lo que hay y no dar un paso atrás. Pero estamos en un contexto del que no nos podemos separar. Se han tomado unas decisiones en el país porque necesitamos salir de una situación difícil. Y las comunidades deben ayudar. Aquella previsión [incorporar 15.000 docentes entre 2008 y 2012, y solo han entrado 6.078 más] se hizo en un momento en el que, por ejemplo, muchos ciudadanos pensaban cambiar de coche, de piso y hacer tres viajes al año. Pero cuando la realidad ha sido otra se debe cambiar. Ya solo se puede hacer un viaje al año y, en vez de 15 días, es de una semana. Las administraciones nos nutrimos de los impuestos, que salen de una actividad económica que se ha frenado. Lo que sería verdaderamente tenebroso es que, sabiendo que hay servicios que van directamente a las familias, bajara esa aportación cuando peor están las familias. Si no hubiera cambiado el escenario económico hubiéramos seguido desplegando políticas expansivas como las que teníamos.

P. ¿Cómo le habrá sentado al Ministerio de Economía que Andalucía no reduzca su plantilla?

R. Ya explicamos cuando presentamos las oposiciones que tenemos un sistema muy voluminoso. Casi uno de cada cuatro alumnos de España es andaluz. Y el presidente de la Junta tiene todo el derecho a decidir sus políticas, aunque respetando los acuerdos. Andalucía está siendo ejemplar en el comportamiento del déficit. He oído al portavoz del Gobierno y creo que le ha sentado muy bien que no se reduzca la plantilla. Porque, entre otras cosas, hasta el ministro de Educación ha puesto a Andalucía como ejemplo. Y también el candidato a la presidencia del PSOE. En este asunto, Andalucía ha tenido una actitud muy responsable. Hemos ampliado nuestra plantilla para garantizar la escolarización. Nos podrían haber llamado la atención si hubiéramos aplicado alguna otra política que razonablemente ahora pudiera esperar.

P. Critica los recortes de plantilla en comunidades del PP, ¿pero no son también consecuencia de las restricciones que impuso el Gobierno socialista en los Presupuestos para la reposición de las jubilaciones de docentes?

R. No, porque lo que se quiere es gastar menos dinero, sobre todo en la educación pública. La pregunta es si han variado algún céntimo los recursos que reciben los concertados en las comunidades del PP. Muchas comunidades no llegaron ni a plantear oposiciones, ni por el mínimo fijado. Es decir, ha habido una decisión alevosa contra la educación pública.

P. Los partidos de la oposición critican que Andalucía esté a la cola de España del gasto por alumno.

R. Lo que hay que mirar es la riqueza de Andalucía y qué se destina a educación. Somos la cuarta comunidad que más destina en relación con su PIB. Eso es como comparar a una familia rica y a una pobre y recriminarle que el gasto en sus hijos en libros es la mitad que la familia rica. Y luego hay otra cuestión: ¿las autonomías que gastan más es porque han invertido más o porque llevan una curva permanente de descenso de alumnos?

P. En este escenario de crisis, ¿no es un lujo repartir otros 115.000 portátiles?

R. Los ordenadores no pueden ser considerados algo superfluo. Ningún ciudadano se opondría a un equipo tecnológico que se incorporara al sistema sanitario. Todo el mundo lo aplaudiría. Hay quien dice que primero hay que arreglar, por ejemplo, el tejado de un centro escolar. ¿Eso quiere decir que un centro de salud que tenga goteras no puede tener aparatos de radiografía hasta que no se arregle la gotera? ¿Por qué somos tan intolerantes con la educación? Los portátiles no son un lujo. Vamos a un escenario en el que la tecnología es indisoluble de la vida cotidiana. No podemos perder esa oportunidad.

P. ¿No ha dudado alguna vez si es correcto realizar un reparto indiscriminado de ordenadores sin tener en cuenta la renta de cada familia?

R. Lo he pensado en muchas ocasiones e, incluso, me lo han preguntado ciudadanos y compañeros. ¿Por qué aceptamos que todos paguemos igual por una prótesis de rodilla o por otro tipo de tratamiento? Si ese debate se produce, que sea con todo. ¿Otra vez a la educación primero? Es decir, ¿se deben aplicar políticas de progresividad en derechos esenciales?

P. Pero en otros servicios que presta Educación existen bonificaciones en función de la renta.

R. Pero no son servicios obligatorios relacionados con el derecho a la escolarización. Es obligatoria la escolarización entre los 3 y los 16 años, por eso los libros no son gratuitos en Bachillerato. Entendemos que el ordenador es una herramienta indispensable por cómo está evolucionando la sociedad. Yo ya no distingo entre los libros y el ordenador. En Andalucía, nos perdimos todas las revoluciones como también perdimos los derechos y oportunidades a lo largo de los últimos cinco siglos.

P. ¿El año que viene habrá oposiciones para docentes?

R. Estoy absolutamente convencido de que sí.

P. ¿En los mismos términos que las de este año?

R. En los que necesite el sistema. Este año el número que presentamos fue absolutamente acorde con las necesidades del sistema. Y el año que viene será igual.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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