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Siete artistas inundan de arte las calles de Lalín

Plazas y calles de Lalín se convirtieron durante el fin de semana en un improvisado museo, en el que siete jóvenes artistas tuvieron la oportunidad de construir sus obras ante la mirada de muchos vecinos y dejarlas expuestas durante 48 horas. El proyecto Un disparo de advertencia, dirigido por el comisario Ángel Calvo, ha hecho posible convertir a esta localidad pontevedresa en un lugar de encuentro y debate sobre el arte contemporáneo durante dos intensas jornadas.

La alfombra roja colocada por Amaya González Reyes en un callejón, el vídeo realizado por Álvaro Negro y situado en el bajo abandonado de una galería comercial o una casa semiarruinada pintada con tonos dorados por Carlos Maciá, fueron algunas de las sorpresas con las que los viandantes se encontraron durante el fin de semana. Los artistas ejecutaron sus obras desde la noche del viernes y estas permanecieron expuestas hasta ayer por la tarde, cuando se procedió al desmontaje.

La única pieza que permanecerá instalada es una obra en papel de arroz enviada por el artista vasco Alain Urrutia, que cubrirá la entrada del antiguo Cine Lalín. Ángel Calvo explicaba que el artista ha pedido que le vayan enviando fotografías de cómo la pieza va desapareciendo bajo los carteles publicitarios que se acostumbra a situar en este lugar. Los otros artistas que han participado en esta iniciativa son el orensano Jorge Perianes, la vasca Miren Doiz y el lalinense Misha Bies Golas, quien aportó un toque humorístico al firmar y dar nombre a una obra, un mojón de piedra instalado en la plaza principal de Lalín, del que nadie ha sabido su utilidad durante décadas.

La crisis económica

Además de la presentación de las obras, durante la jornada del sábado se celebró un debate entre los artistas participantes y una conferencia a cargo del crítico y comisario David Barro. Este apuntó que la crisis económica tiene aspectos positivos para el arte, como haber terminado con una etapa de derroche que ha contribuido a dar una mala imagen del arte contemporáneo.

Durante el debate, los artistas plantearon cuestiones como las dificultades que tienen para poder vivir dignamente de su profesión, el papel que juegan los comisarios y los críticos o las dificultades que encuentran en su relación con las galerías. Las conclusiones no fueron muy optimistas.

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