El sueño de un novato
Keegan Bradley asombra en su primera participación en un torneo del Grand Slam
Al igual que nadie conocía a Ben Curtis en 2003, cuando ganó el Open Británico, muy pocos sabían quién es Keegan Bradley, vencedor del Campeonato de la PGA norteamericana tras un desempate con Jason Dufner. Ni siquiera los niños que estos días le pedían autógrafos y después le preguntaban su nombre o muchos aficionados que lo buscaban en su bolsa de palos.
Este joven estadounidense de 25 años nació el 7 de junio de 1986 en Woodstock (Vermont), cerca de Boston. La proximidad a la ciudad de los Celtics, los Red Sox y los New England Patriots, sus tres grandes pasiones, creó en Bradley una afición por el deporte que le hizo destacar en todo aquel que practicaba. Al principio, siguiendo la tradición de su hogar, fue más propenso a los deportes de invierno que a otros como el propio golf y llegó a formar parte del equipo estatal de esquí cuando era niño.
Pero ese no era su destino. Su sangre le tiraba hacia el golf. Mark, su padre, es profesional y su tía, Pat Bradley, forma parte del prestigioso y selecto Salón de la Fama tras ganar seis majors. De esta forma, con 15 años, colgó los esquís y se dedicó a entrenarse de sol a sol en el campo en el que su padre ejercía: "Puedo decir que todo lo que soy se lo debo a él. Me hizo un adicto al golf", comentó Bradley el viernes. Su formación le llevó a jugar cuatro años en la universidad católica St. John's, en Nueva York, donde además cursó una licenciatura en gestión deportiva. Con 22 años acabó la carrera y se hizo profesional. "Es lo más difícil que he hecho en mi vida", dijo tras ganar en junio pasado su primer torneo en el circuito norteamericano.
En su primera temporada en el gran tour, tras dos años en otros menores, Bradley se anotó el Byron Nelson y anoche la victoria en su primera aparición en un grande. "Increíble. Hace poco tiempo veía a estos jugadores por televisión. Eran mis ídolos. Ahora estoy saliendo de un hoyo y Tiger [Woods] está haciendo lo mismo en el de al lado. Nunca creí que podría estar jugando a su nivel", comentó esta semana. Lo cierto es que esta vez ha jugado mejor que muchos de ellos. No parecía estar peleando por un major. De hecho, él mismo lo reconoció y contó su secreto: "Que mi familia esté aquí me quita presión. Me hace sentir que esto es un torneo normal y eso es maravilloso".
Incluso su amigo Brendan Steele, uno de los líderes ante la vuelta final, advirtió: "Le pega tan bien a la bola que...". No le faltaba razón. Bradley se repuso de un triple bogey en el hoyo 15 con dos birdies en el 16 y el 17 para ganar luego el desempate.
Clasificación final: 1. K. Bradley (ganador en el desempate) (EE UU), 272 golpes. 2. J. Dufner (EE UU), 272. 3. A. Hansen (Din.), 273. 12. S. García, 285.
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