"Soy quien soy por cabeza dura"
David Ferrer (Xàbia, Alicante; 1982), el número seis mundial, habla con un gigantesco reloj de oro colgado de la muñeca. En una persona de natural sencillo como él, ese es el único símbolo externo que delata que es el hombre del día, el que ha conseguido el punto que clasifica a España (1-3) para las semifinales de la Copa Davis, que disputará contra Francia en septiembre tras vencer por primera vez como visitante a los Estados Unidos -la otra semifinal es Serbia contra Argentina-. Ferrer tumbó en la madrugada del domingo a Mardy Fish, el número ocho, por 7-5, 7-6, 5-7 y 7-6. Luego, se fue a celebrarlo en la noche de Austin con sus compañeros, coautores de un éxito "histórico", como dijo Albert Costa, su técnico.
"En este grupo, todos se alegran por el otro. Nadie putea con bromas"
"Costa hace unión. No es un capitán, es un amigo. Me conoce muchísimo"
Pregunta. ¿Cómo recuerda el partido decisivo contra Fish?
Respuesta. Fue dramático, mentalmente muy duro, porque tuvo subidones y bajones. Hubo muchos momentos difíciles. Los dos primeros sets, que gané, se me pudieron haber escapado. Los saqué adelante. Intenté estar fuerte de cabeza.
P. ¿Por qué tanto dramatismo?
R. Porque sabía que era una oportunidad única, que no podía perder la concentración en ningún momento. Al ganar, me he acordado de mi familia, de mi gente, y, por supuesto, de Piles [Javier, su entrenador], además de todos los que han estado ahí trabajando. Sobre todo, de Albert Costa. Es una persona con la que he coincidido mucho y que ha confiado mucho en mí. Esta victoria se la dedico a él por todo lo que hace para que estemos bien.
P. ¿Y qué hace?
R. Todo. Hace unión. Hace equipo. No es un capitán. Es un amigo. A mí me conoce muchísimo, sabe lo que tiene que decirme. Le aprecio mucho.
P. ¿Qué palabras definen a esta selección?
R. Humildad, trabajo, pasión y felicidad.
P. La pasión es usted.
R. Todos. Es la Copa Davis. La disfrutamos mucho. Estamos orgullosos de formar parte de este equipo.
P. ¿Por qué?
R. Coincidí con Feliciano López y con Fernando Verdasco desde los 12 años. Feli tiene un año más que yo, Fernando uno menos. Desde que éramos unos niños jugamos los mismos torneos. Hemos compartido muchas experiencias. Con solo una mirada ya sabemos qué piensa cada uno. Además, eso ha hecho que estemos muy unidos. Cuando uno está mal, el otro le intenta apoyar. Cuando uno juega y otro no, sabe que su compañero se alegra. Eso es muy bonito. Hace que el equipo esté unido. Nos lleva a venir con alegría pese a que el calendario esté apretado; a jugar con ganas. Nadie putea con bromas en el vestuario. Hay muy buen ambiente. Con Marcel Granollers coincidí en Barcelona, aunque fuera más pequeñito. Es un bromista que aporta mucho.
P. ¿Y Nadal?
R. Hablamos con él. Me mandó un mensaje antes del partido. Es alguien fundamental para nosotros.
P. Contra Fish, superó muchas dificultades y se creó otras. ¿Es usted duro o blando de cabeza?
R. Por supuesto que soy un tenista fuerte de cabeza. Al no tener un saque tan potente, tengo que jugar muchos puntos desde el fondo de la pista. Si no hubiera sido fuerte mentalmente, si no hubiera sido alguien duro de cabeza, no habría llegado a ser lo que he sido. Uno de los 10 mejores tenistas del mundo, vaya.
P. La final ganada a Argentina en Mar del Plata 2008 ha inspirado a sus compañeros. Usted, sin embargo, perdió el partido que disputó en ese cruce, y fue luego durísimo consigo mismo. ¿Qué ha cambiado?
R. En 2008, por aspectos personales, pasé un año difícil. Llegué a final de año muy cansado y no llegué bien mentalmente. Por eso fue tan duro para mí. De eso me queda un mal recuerdo porque no estuve bien mentalmente. Al año siguiente, tuve la oportunidad de ganar un punto decisivo, en casa, en Barcelona [final de 2010 contra la República Checa: remontó dos sets de desventaja ante Stepanek].
P. En Austin, bajo techo y en pista rápida, ha ganado a Roddick y a Fish, dos especialistas.
R. Mis mejores resultados son en rápida, no en tierra. Yo he ganado en todas las superficies. Vinimos a Austin sabiendo que era difícil, que era una pista más rápida de lo normal, pero nos adaptamos. Desde el principio, confiamos.
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