El Tribunal Superior obliga a repetir el juicio por el crimen de Sober

El vecino del municipio lucense de Sober J.C.F., conocido en su aldea como O Chucán, volverá a sentarse en el banquillo de los acusados por el crimen del que ha sido absuelto. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, atendiendo los recursos de la fiscalía y las acusaciones particulares, ha anulado la sentencia absolutoria, dictada en febrero pasado a raíz del veredicto de un jurado popular, y determinó que se repita el juicio en la Audiencia Provincial de Lugo.

O Chucán, de 55 años, deberá ahora convencer de nuevo a un tribunal de que no tuvo que ver en la muerte violenta de Pilar Palacios, cuyo cadáver apareció en la cuadra de su casa de Sober en septiembre de 2007. Y el hombre deberá decidir si insistirá en el argumento de que, como alegó en la vista de apelación celebrada hace 10 días, no recuerda nada de un crimen del que se autoinculpó en múltiples entrevistas con periódicos y televisiones concedidas a la semana siguiente de haber sido absuelto.

La autoinculpación del acusado en los medios no se tendrá en cuenta

El fallo anulado se basó en el veredicto exculpatorio de un jurado popular

Esas confesiones ante los medios de comunicación, al haber sido posteriores a la primera vista judicial, no fueron aceptadas, ni tomadas en cuenta por el alto tribunal para tomar su decisión sobre si debía o no repetirse el juicio. Los magistrados aceptaron, por el contrario, los argumentos del fiscal y de las abogadas de la familia de la víctima contra la falta de motivación suficiente en el veredicto del primer juicio para justificar que se dejase libre de culpa a este vecino de Sober.

En la primera vista, el jurado consideró probado que O Chucán fue, aquella tarde del 14 de septiembre, a buscar en su coche a la víctima hasta un club de alterne de Ourense en el que trabajaba y que se la llevó hasta su casa de Sober para mantener relaciones sexuales. Los miembros del jurado también dieron por probado que la joven murió a la noche siguiente en la cuadra de O Chucán a consecuencia de los fuertes golpes que le propinaron con un objeto contundente en la cara y en diversas partes del cuerpo. El cuerpo de Pilar Palacios, muy mutilado, fue encontrado dos días después de su fallecimiento por un cuñado y un vecino de O Chucán que se adentraron en su cuadra en busca de pienso para alimentar las gallinas. Pese a estos hechos probados, el hombre fue finalmente absuelto por considerar el jurado que no "hay pruebas que demuestren irrefutablemente" que fue el autor del crimen.

Para el alto tribunal gallego, no están suficientemente explicadas las razones por las que se llegó a un veredicto de no culpabilidad. "No entendemos, sin más explicaciones que la que dan los jurados, el porqué del veredicto exculpatorio porque no expresan ni mínimamente los elementos de convicción que les lleva a tal conclusión". Los magistrados recuerdan que existen "pruebas indiciarias o simples indicios en abundancia, y hasta hechos concluyentes" y que, sin embargo, los jurados no explicaron el porqué o la duda que les llevó a no tomarlos en cuenta cuando decidieron exculpar a O Chucán.

El Tribunal Superior, en su fallo que obliga repetir el juicio, recuerda que las sentencias "tienen siempre que estar motivadas y explicar las razones por las que se entienden probados o no determinados hechos".

Pero en esa nueva vista tampoco se tomarán en cuenta las reiteradas confesiones ante las cámaras de O Chucán, quien aseguró, una vez absuelto, que mató a Pilar Palacios golpeándola con un hierro. El tribunal ordenó que no quede testimonio alguno de esas entrevistas que la abogada de la madre de la víctima había intentado, en vano, aportar como prueba para un nuevo juicio. En la vista de apelación que ahora perdió, el vecino de Sober evitó corroborar la confesión pública que hizo en febrero y se refugió en la perdida de memoria y hasta en un estado de locura para referirse al crimen ocurrido en su casa.