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Reportaje:

El caracol manzana desata el pánico

Grandes ejemplares de la especie invasora vuelven a poblar los canales de la izquierda del delta del Ebro

El caracol manzana resurge con fuerza en los arrozales del delta del Ebro pese a las medidas tomadas para erradicarlo. Los payeses iniciaron la campaña del arroz hace tres semanas, y con la inundación de los campos y la llegada del buen tiempo este molusco invasor, que dormitaba bajo la tierra, se ha despertado. Ahora, los payeses observan con miedo cómo numerosos ejemplares de gran tamaño pueblan la parte izquierda del canal. Y no solo ellos, también sus huevos, ya que en los márgenes del delta son visibles y muy abundantes sus características puestas de un color rosa brillante.

Han sobrevivido a numerosas trampas: En complicidad con la Unión Europea y como medida extraordinaria, la Generalitat permitió secar 9.500 hectáreas en octubre pasado. Se vertió cal viva en los desagües y se instalaron trampas y barreras para evitar que el molusco viajase de canal en canal. El caracol manzana, que no es apto para el consumo, sale de noche al exterior del agua y pone sus huevos entre las hierbas, ya que necesitan oxígeno para nacer. Para evitarlo, se quemó y cortó la vegetación de los márgenes. Según los técnicos del Departamento de Agricultura, estas medidas deberían de haber matado el 80% de los ejemplares.

El molusco ha resistido todas las trampas y medidas para combatirlo
Doce voluntarios, con el agua por la cintura, luchan contra la plaga

Pero para los payeses estas medidas no han sido efectivas y la realidad es otra: "Son valientes. Pensábamos que se habrían muerto pero de cada día hay más y son muy grandes, creo que no saldremos de esta. Estamos asustados porque no hay veneno que los mate y cuando entran en los cultivos de arroz los arrasan", explica Ramón Bertomeu González, agricultor de la Aldea (Baix Ebre).

Todos los indicios apuntan a que el primer caracol manzana se escapó de una piscifactoría de la empresa Promotora Bama en 2009. El asunto está en los tribunales y la empresa ha destruido el complejo y se ha marchado del lugar. En el canal Mare, de agua natural, cercano a la antigua piscifactoría, hay una gran concentración por metro cuadrado de caracoles manzana. En ocasiones alcanzan los 10 centímetros de diámetro.

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Hasta 12 voluntarios de la ONG medioambiental SEO Birdlife están estos días capturando con sus manos los moluscos. Vienen de todo el mundo. "Quería trabajar por una buena causa. La encontré por Internet y llamé a la organización. Estamos sorprendidas de lo grandes que pueden llegar a ser estos caracoles", explica Yanka Bondareva, joven psicóloga de 26 años llegada de Rusia. La acompañan jóvenes de la República Checa, Polonia, Finlandia y Cádiz. También estudiantes de Reus y Amposta. El agua les llega a la cintura y se organizan en grupos de tres. Los dos primeros recogen caracoles bajo del agua, y el tercero destruye los huevos. Sujetan cubos repletos y deben repasar la zona porque hay demasiados para capturarlos de una sola vez. "Debemos recogerlos con las manos porque hay tres especies de náyades protegidas y no podemos verter productos químicos", afirma Ignasi Ripoll, biólogo y representante de SEO Birdlife. Utilizan la técnica a la paupa, que empleaban antiguamente los pescadores del delta, la misma que se usa para capturar marisco. Después, encierran los caracoles manzana en congeladores a 20 grados bajo cero. "Se mueren a los dos minutos. Los huevos los destrozamos y esparcimos en el mar, ya que en el agua la puesta no sobrevive", explica Ripoll. Los moluscos muertos se convierten en basura orgánica. "Podríamos aplastarlos, pero su caparazón es como una lija, si los pisas te cortas", precisa Ripoll. El año pasado, la ONG retiró del agua 30.000 ejemplares y los técnicos de la Generalitat, que trabajaron desde el 12 de julio a tiempo completo, otros 300.000. De momento, en esta campaña del arroz la Generalitat no ha destinado a nadie para este trabajo.

Los payeses están a la espera del plan que presentará el viernes el Departamento de Agricultura. "Dicen que es muy ambicioso y que invertirán muchos recursos", afirma Dani Forcadell, delegado de la Unió de Pagesos en el Ebro. Mientras tanto, en los arrozales la campaña prosigue y los payeses siguen mirando de reojo la proliferación de caracoles manzana que amenaza sus cosechas.

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