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Columna
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La Nulidad

Una afamada periodista, contertulia de Antón Losada en televisión, afirmaba poco ha, en algún rincón digital de EL PAÍS, poseer el secreto de estas elecciones: "La clave está en los indecisos". Es una verdad como un templo porque, efectivamente, los indecisos se escapan a las encuestas como anguilas enjabonadas. También es cierto que la sentencia tiene ecos de la recurrente salida de los futbolistas antes del Partido del Siglo de la semana: "Si marcamos un gol más que el contrario, ganamos". Si Pero Grullo levantara la cabeza, sería candidato. Es lo que tienen la indecisión, las encuestas y el gol-average.

No puede ser casualidad -las casualidades no existen- que la campaña electoral de 2011, que tan cara nos cuesta, incluya en su ajetreada agenda tres acontecimientos singulares: el viernes 13 de esta semana, el Día das Letras Galegas de la que viene y el Festival de Cans (O Porriño). El primero es el día de mala suerte para los anglosajones y un icono del cine gore para nuestra subcultura subcinematográfica, no tan subterránea desde que Halloween tiene origen gallego. El segundo es un acontecimiento cultural nacional de envergadura, dedicado este año a la figura de Lois Pereiro, probablemente el escritor más cercano a nuestros tiempos y sensibilidades que haya protagonizado el evento (en cuanto a modernidad, Manuel Antonio sigue estando ahí) y un poeta con muchas referencias del celuloide en sus textos. Y el tercero, como no podía ser menos, es todo un festival de cine de prestigio internacional, consolidado desde la base y que ha convertido Cans en lugar de peregrinación obligatoria para aficionados al séptimo arte. Desde este punto de vista, las elecciones municipales participan también de la película, pero en calidad de la casi extinta figura del acomodador. Por acomodaticias, se entiende, porque los vuelcos espectaculares son cosa de ficción y fantasía. Tócala de nuevo, Sam.

Hay que liberar a Voto Nulo de estigmas porque ya no es fruto del error o la ignorancia sino del arte

Los indecisos son, pues, los protagonistas de esta película en 3D. Tom y Jerry (un gato y un ratón) contra Pluto (un perro) son las tres dimensiones generales de las elecciones, pero aquí tienen también su oportunidad los actores secundarios, las bisagras y la viagra que proporciona la cercanía municipal y espesa a los extras, que difícilmente se distinguen en el montaje final de las superproducciones. A todo el elenco y el equipo de producción amenaza el fantasma del batacazo en taquilla, más conocido por el sobrecogedor sobrenombre de Abstención. Para luchar contra él, guionistas de aquí y de allá introducen en la trama al superhéroe redentor por excelencia: Voto Útil, un abnegado luchador por la causa de Tom, de Jerry y de Pluto, cuya identidad en la vida real se desconoce. Tiene un partenaire un poco decolorado, Voto en Blanco, al que ni él hace caso. Eso sí, cuando todo parece perdido, Voto Útil sobrevuela las urnas y se salva la patria.

Pero Voto Útil tiene una némesis: Voto Nulo, un villano de poca monta, hijo bastardo del Joker y con poca pegada en taquilla. Quizá por ello empieza a caer simpático al público más alejado de los cines en centros comerciales. Ahítos de palomitas, los fans de Voto Nulo llevan camisetas con su logotipo; y artistas conceptuales, como la gallega Marcela Do Campo, proponen una campaña en su favor: creatividad contra decrepitud. Parafraseando al Partido del Karma Democrático vasco ("el voto inútil como tú"), tienen ya el eslogan: "Por correo o en la urna, Voto Nulo, nulo como tú". Pretenden que los ciudadanos se conciencien de sí mismos y su potencial desaprovechado y que las juntas electorales publiquen fotocopias de los votos nulos para otorgar una concejalía bisagra al más imaginativo. No todo voto nulo es el que está mal rellenado: también lo es el que lleva alguna inscripción extra. Hay que liberar a Voto Nulo de sus estigmas porque ya no es fruto del error o la ignorancia, sino una obra de arte, una micropoesía, un haiku, una nueva forma de mail-art en tiempos digitales. La clave está en los indecisos, sí, pero ahora todos ellos tienen una oportunidad artística bajo la capa de Voto Nulo. ¿Participación, Abstención, Nulidad? En su mano está, artista.

julian@discosdefreno.com

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