"Quiero llegar al nivel de los Coen"

Entre las cámaras y focos para las entrevistas de televisión, Duncan Jones (Beckenham, 1971), con el pelo revuelto, barba desaliñada y sonrisa permanente, admite que tiene una estrategia "a muy largo plazo" para su carrera como cineasta. Lo dice con modestia e ilusión, pero apunta alto: "Quiero llegar adonde lo han hecho los hermanos Coen o Quentin Tarantino". Una estrategia que cuenta con no ser siempre conocido como el hijo de David Bowie, y que comenzó hace 10 años, cuando tenía 29 y terminó sus estudios universitarios. Tras su aclamado debut cinematográfico en 2009 con Moon, Jones ha dado el salto a Hollywood con otra película de ciencia-ficción, Código fuente, un thriller sobre la posibilidad de revivir un momento del pasado para evitar una catástrofe. Y como en Moon, con un personaje que se ve envuelto en una realidad que no entiende: "La cuestión de la identidad es algo que me interesa, esa idea de cómo tú te ves de una manera y los demás de otra, y cuál de esas dos es la correcta".

"Mi padre [Bowie] tiene que ver con con mi interés por la ciencia-ficción

"Rodé una pequeña película para demostrar que sé cómo se hace esto. Y he hecho una película más grande para mostrar que puedo moverme con grandes presupuestos, en el sistema de Hollywood y con grandes estrellas", comenta Jones mientras señala el cartel de Código fuente con la foto de su protagonista, Jake Gyllenhaal. Cuando dice que quiere llegar a ser como Tarantino, aclara: "Quiero poder escribir mis proyectos y llevarlos a cabo sin injerencias", y con un presupuesto y reparto a su gusto.

Ahora ha podido meter baza y mezclar elementos de ciencia ficción con thriller: "Pensamos en maneras de hacer que se notara un pequeño toque de Hitchcock, con la apariencia de Jake, el diseño de producción, y la banda sonora, que tiene influencias de Bernard Hermann". De la ciencia ficción a Jones le gusta "el hecho de que básicamente plantea preguntas tipo ¿Y si...? Tomas el mundo, le cambias una sola cosa y planteas la pregunta ¿Y si el mundo fuese así? Abre una nueva manera de mirar las cosas".

La mirada traviesa de Jones y sus ojos claros recuerdan a su padre, el músico David Bowie. No reniega de él, pero le gustaría ser conocido solo por su trabajo. "Mi padre definitivamente tiene que ver con mi interés por la ciencia-ficción, pero solo porque era mi padre y me enseñó las películas que a él le gustaban y me dio libros para leer cuando yo era pequeño. Su música no tanto". J. G. Ballard o Phillip K. Dick son algunas de sus referencias literarias.

En el cine, Jones admite ser "un gran seguidor de aquellos directores que han hecho películas visualmente interesantes, pero que también han comprendido la importancia de conseguir buenas actuaciones y personajes". Gente como David Fincher, Luc Besson, Ridley Scott o Akira Kurosawa. "De Kurosawa quiero imitar la humanidad que hay en su trabajo. Incluso con lo dramáticas y desoladoras que pueden llegar a ser sus películas, tienen un equilibrio entre humor y desgarro".

La estrategia de Jones incluye una tercera película de ciencia-ficción, escrita por él, pero no quiere avanzar detalles. "Después me tomaré un descanso tratando otros géneros [risas]. Quiero hacer una película de tipos en una misión en la II Guerra Mundial. Me puse tan celoso cuando vi Malditos bastardos". Días después de esta entrevista, Jones admitió estar en negociaciones para dirigir la segunda parte de Lobezno. ¿Un cambio en su estrategia a largo plazo o solo un paso más?

La ciencia ficción de Jake Gyllenhaal y Duncan Jones