Detenido en su residencia el presidente saliente de Costa de Marfil
Las tropas de Ouattara capturan a Gbagbo con el apoyo del Ejército francés
Laurent Gbagbo, de 66 años, el presidente saliente de Costa de Marfil, el exdirigente que se ha negado a entregar el poder a pesar de haber perdido las elecciones celebradas en noviembre, fue arrestado ayer tras pasar los últimos 10 días oculto en el búnker de su residencia, defendida por un millar de hombres armados. A las cuatro de la tarde aparecía en la televisión de su enemigo, el presidente electo Alassane Ouattara, en una habitación del Hotel du Golf, donde había sido trasladado desde su residencia junto a su mujer, Simone, y uno de sus hijos.
Cansado, derrotado, sudoroso, Gbagbo se quitaba la camisa estampada frente a las cámaras, y, en camiseta, se secaba el sudor sentado en la cama de la habitación del hotel. Su seguridad quedará en manos de la ONU. Ouattara anunció después en televisión, en un discurso a la nación de diez minutos, que Gbagbo será juzgado y garantizó que tendrá "un trato digno". También lanzó un mensaje conciliador: "Una nueva página en blanco se abre hoy en nuestro país y nos corresponde escribir juntos nuestra historia de reconciliación y paz", dijo.
El arresto de Gbagbo se llevó a cabo con el apoyo del Ejército francés
La detención se llevó a cabo sobre las tres de la tarde y, en un primer momento, se aseguró que se había producido por las fuerzas especiales francesas.
Tanto el embajador francés en Costa de Marfil, Jean-Marc Simon, como el Estado Mayor de Francia desmintieron esta información, e insistían en que el asalto final había sido llevado a cabo por las fuerzas leales al presidente electo, Alassane Ouattara. El matiz es importante, ya que en todo momento Francia ha insistido en que su papel militar en el conflicto -bajo autorización de la ONU- se limitaba al de proteger a los civiles liquidando, para eso, el armamento pesado de Gbagbo.
Con matiz o sin matiz, la intervención francesa, que cuenta en Abiyán con 1.600 soldados, fue decisiva: una treintena de blindados franceses se dirigió poco antes del asalto final a la residencia de Gbagbo a fin de facilitar el camino a las tropas de Ouattara. "Gbagbo fue arrestado por las tropas de Ouattara y no por las tropas especiales francesas, que se quedaron fuera del recinto de la residencia de Gbagbo", explicó a France Presse una fuente diplomática.
Helicópteros franceses y de la ONU bombardearon durante horas las defensas antiaéreas, los morteros y los blindados de las fuerzas de Gbagbo. Algunos de sus consejeros establecidos en Francia denunciaron en medios parisienses que el papel francés fue mayor: "Las fuerzas especiales francesas han sido las que han entrado, han apresado a Gbagbo y se lo han entregado a Ouattara. Ahora, a ver con qué legitimidad gobierna", dijo Bernard Oudin, consejero de Gbagbo en París.
Tras el asalto, el embajador de Costa de Marfil en la ONU, Ali Coulibaly, anunció que Gbagbo sería llevado a la justicia de su país para "responder de los crímenes que ha cometido". Mientras, Nicolas Sarkozy tuvo una "larga entrevista telefónica con Ouattara".
Terminaban así dos semanas que han sumido a Abiyán en el caos. Al principio, parecía que la rendición de Gbagbo era cuestión de horas. Pero no fue así. Hubo negociaciones fracasadas para la rendición, intentos fallidos de asalto de las tropas de Ouattara e, incluso, contraataques de las fuerzas de Gbagbo.
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