El San Pío V inicia obras ocho años después para abrirse a Viveros
El ministerio espera la licencia municipal para licitar 4,5 millones
La esperada quinta fase de obras de ampliación y rehabilitación del Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia arrancará este año, con una nueva entrada por los jardines de Viveros y un almacén de pinturas apto para albergar sus tesoros, si los propósitos de las Administraciones y los resultados electorales no truncan una intervención que lleva en barbecho ocho años, desde que se terminaron las últimas obras que enlucieron la pinacoteca más importante de la Comunidad Valenciana y, para muchos expertos, la segunda de España, después del Prado, en lo tocante a los siglos XIV y XV. El Ministerio de Cultura presentó ayer por primera vez las intervenciones que dejarán por fin al museo de Valencia en una situación acorde con su historia y el esplendor de las obras que acoge. Unas obras que costarán 19,3 millones de euros pero que, para ajustarse a tiempos de penuria presupuestaria, se han dividido en cuatro intervenciones.
La nueva zona de recepción estará en subterráneo y habrá un patio inglés
En concreto, según explicó ayer la secretaria técnica de Gerencia e Infraestructuras del Ministerio de Cultura, María Dolores Izquierdo, el Gobierno pretende acometer antes de final de año dos de esas intervenciones, que supondrán una inversión de 4,5 millones de euros a consumir entre 2011 y 2012 dependiendo del ritmo de certificación de obras. Serán por tanto los dos primeros pasos del último acto de unas obras que arrancaron hace 24 años.
"Estos 4,5 millones de euros no se los quita ya nadie al San Pío V para la ejecución de estas dos obras", afirmó Izquierdo, que recordó que si bien en el proyecto de presupuestos de 2011 solo figuraban 140.000 euros para el museo, una enmienda del Grupo Socialista en el Congreso amplió la cantidad hasta 2,7 millones de euros y ahora se han vuelto aumentar para llevar a buen puerto las dos obras previstas.
La intervención más espectacular, por visible, de las previstas es la apertura de una nueva entrada al Museo de Bellas Artes por los jardines de Viveros, que debido al fuerte tráfico de la calle de San Pío V, junto al antiguo cauce del Turia, podría convertirse en el acceso principal de la pinacoteca de Valencia.
El nuevo acceso se sitúa en subterráneo respecto al nivel de los jardines, y allí se ubicarán los servicios generales para el público, como una tienda, la zona de información, el área de descanso y la zona didáctica. Y se llega a estos espacios mediante un patio inglés al que se accede de distintas formas: mediante una rampa para grupos de personas desde el norte, con una escalera desde el sur para el público que llegue de Viveros y con un ascensor para los que se encuentren en los jardines del museo o en el pabellón Benlliure.
Izquierdo calificó estos años de espera desde el final de la cuarta fase de una "ralentización" y negó que se hubiese paralizado el proyecto del San Pío V. Explicó los últimos pasos dados, que para ella han ofrecido una "secuencia muy fluida". Así, en mayo de 2009 se licitó el proyecto, se adjudicó en diciembre de 2009 y los adjudicatarios entregaron el proyecto básico en mayo de 2010. En este último año se ha dado traslado del mismo a todos los departamentados para introducir modificaciones. Y el pasado 9 de marzo se solicitaron los dos últimos trámites: el permiso de obras que se pidió al Ayuntamiento de Valencia; y el informe favorable de la dirección de Patrimonio de la Generalitat.
Ayer mismo, la directora de Patrimonio, Paz Olmos, que asistió a la rueda de prensa de presentación del proyecto invitada por la delegada del Gobierno, Ana Botella, explicó que su departamento emitió el "informe favorable sin ningún condicionante" con fecha de 21 de marzo, por lo que el proyecto arranca con el visto bueno del Consell. "Me encanta", aseguró sobre un proyecto que calificó de "muy ilusionante". Aunque lamentó que no haya un calendario para las dos últimas intervenciones previstas en la quinta fase.
Por su parte, el primer teniente alcalde de Valencia, Alfonso Grau, aseguró que el Ayuntamiento no pondría "ninguna pega" a la concesión de la licencia de obras. Aunque instó al ministerio a licitar las obras ya y no poner pretextos para hacerlo. "Que no nos utilicen de escudo", dijo el edil, porque en su opinión "no hace ninguna falta la licencia" para licitar la obra. Sin embargo, desde el ministerio se argumenta que Intervención del Estado no permite licitar obras sin licencia, que es una actuación ilegal que ya ha tenido consecuencias judiciales.
Por tanto, a falta de que el Ayuntamiento otorgue el permiso, queda en el aire la ejecución de las fases que ayer explicó el arquitecto Álvaro Gómez-Ferrer, que también detalló el futuro almacén subterráneo de 800 metros cuadrados que permitirá albergar los tesoros que ahora abarrotan otras dependencias del San Pío V. Una estructura que el arquitecto calificó de "búnker" con "una doble pared de hormigón", capaz de alejar el espacio de las humedades que podrían afectar al volumen dada la proximidad del nivel freático. Gómez-Ferrer explicó que este almacén también es necesario para acometer las últimas intervenciones del museo, puesto que será necesario trasladar muchas obras de arte desde otras salas.
Cuando se acometan las obras del almacén y del acceso a Viveros, que también contempla la construcción de un pequeño bloque acristalado con ascensores y escaleras que hará de bisagra entre el pabellón Benlliure y la Real Academia de San Carlos, quedarán pendientes dos importantes actuaciones: las obras de urbanización de la zona, que necesitan un cambio del planeamiento urbanístico de Valencia, y la restauración del edificio claustral.
Precisamente el deterioro de este convento, sede de la Academia, ha sido otra fuente de fricción entre el Gobierno, titular del Museo de Bellas Artes, y la Generalitat, que detenta la gestión de la pinacoteca. La obra prevista en este edificio también implicará la construcción en el cuerpo denominado Coloseo de una moderna biblioteca de dos pisos a la que se accederá desde el patio del embajador Vich.
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