"Vivimos en una época que espolea el cinismo"
En el último segundo, cuando Denis Villeneuve (Trois-Rivières, Quebec, Canadá, 1967) iba a salir catapultado de su asiento hacia el escenario del teatro Kodak, llegó la danesa En un mundo mejor y le birló la estatuilla al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Incendies se quedó sin premio. "Hace falta encontrar cierto equilibrio para no perderse. Por un lado, está la imposible comparación entre películas; en otro, el niño de seis años que vive en mi interior y que desea esa estatuilla", decía Villeneuve días antes de la ceremonia en Madrid.
Incendies, drama desgarrador que se desarrolla entre Oriente Próximo y Canadá, se basa en una famosísima obra de teatro. ¿Tuvo que luchar mucho por los derechos? "Fui el primero que le pidió a Wajdi Mouawad los derechos. Probablemente porque vi el drama nada más estrenarse. La fama mundial le llegó después. A él el proceso le ha resultado farragoso. Para ser fiel hay que traicionar el original, y por eso Moua-wad me dio carta blanca, y se alejó del proyecto". Villeneuve ha borrado las trazas teatrales en su filme, e incluso ha cambiado la mitad de la trama. "He estado años con la obra, releyendo... Y cuanto más trabajaba más admiraba a Mouawad".
El cineasta, con su cuarta película, hace de paso una visión muy de refilón de la realidad social en Canadá. "Tenemos ciudades, como Toronto, que son un poco United Colors of Benetton. Solemos decir que nuestros taxistas son los ingenieros y arquitectos de otros países; hemos acogido bien a los emigrantes".
El tono desesperanzado, triste, del filme, muy en paralelo con la situación que se vive en Oriente Próximo, cambia al final. "Creo que debemos abrirnos de corazón para dejar atrás ciertos odios", pero dicho eso, Villeneuve comenta que en realidad solo ha transcrito el espíritu de la obra. "Mouawad es muy humanista, no entiende de cinismos. Vivimos en una época que espolea el cinismo, y me reconforta ver que aún hay alguien que tiene otro punto de vista. En la película no hay cínicos: hay personajes enfadados, dolidos, confusos... nunca cínicos. Insistí en no perder eso".
En Incendies nunca se menciona a Líbano. "Igual que en la obra: la cronología está alterada; los nombres, cambiados, y nunca se oye Líbano. Mouawad hizo eso para pensar libremente y ser apolítico; para hablar sobre la rabia pero sin generarla". La historia habla de los partidos políticos, no de las personas. "Y por eso yo no podría haber escrito ese guion. Solo pudo hacerlo alguien de allí".
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