Los locales de conciertos, a examen
Los más grandes suspenden; los medianos, según el día; los pequeños, notable
Es ya una información sabida: Madrid tiene un déficit grave de locales para organizar conciertos de música pop. A nadie parece preocuparle esta circunstancia porque el problema se ha hecho crónico. Y como no existen estos espacios, hay que improvisar otros que no están preparados para ofrecer las mejores condiciones acústicas y de visibilidad. Los examinamos.
PALACIO DE LOS DEPORTES
- Visibilidad. Bastante buena, sobre todo desde las gradas. En la pista ya es otro cantar. Esta es la opinión de Ana Fernández, 29 años, una asidua a conciertos: "Para los que medimos menos de 1,70 es un problema que permitan que la pista se llene de forma asfixiante. Necesitas al menos medio metro entre una persona y otra. Si estás muy pegado y el de delante es más alto, que suele ser habitual, no ves nada".
- Sonido. En un lugar tan grande (con capacidad para 15.000 personas), la acústica varía. El resumen podría ser el siguiente: en la pista, el sonido es óptimo; en las gradas del primer piso, excelente; y en las gradas altas, horroroso. "Vi el concierto de Arcade Fire en la parte de arriba del Palacio y era como escucharlo debajo del agua. La gente se quejó muchísimo, y con razón", reflexiona Jorge Arenillas, crítico de rollingstone.es. "Cuando el Palacio está lleno suena mejor, porque no hay reverberación. Pero es indignante que los promotores realicen conciertos en lugares que no están preparados para ello. Es como si vas a un restaurante y te dan una carne en mal estado. Te la cambian inmediatamente. En los conciertos no", señala un músico que ha tocado en casi todos los locales de Madrid y que prefiere no decir su nombre.
- Curiosidades. Resulta descorazonador cómo la gente se empeña en realizar una extensa cola en la puerta de Felipe II cuando hay varias puertas de acceso más en otros puntos del recinto. También ayudaría que alguien de la organización informase de esta posibilidad a los pacientes espectadores que hacen la cola.
PALACIO DE VISTALEGRE
- Visibilidad. Buena, aunque es bastante frecuente que los grupos que actúan en este recinto no lleven pantallas de vídeo. Conclusión: si estás lejos se ve a los músicos a tamaño miniatura. Ocurrió en el concierto de Interpol, el pasado noviembre.
- Sonido. Unanimidad: infame. "Es un escándalo, horroroso, una vergüenza. Pagas un dineral por una entrada y no se distingue ni un instrumento", analiza José Bruno, músico de Fito&Fitipaldis, Andrés Calamaro, Def Con Dos, La Cabra Mecánica... El problema de este recinto es su arquitectura, nefasta para la acústica. El sonido rebota por todos los rincones. Ya puedes ser el técnico de sonido de U2, es imposible de domar.
- Curiosidades. La costumbre es que solo se habilite una puerta de entrada, con el consiguiente caos. Que 10.000 personas tengan que acceder por una sola puerta y por dos personas que les cacheen solo tiene un resultado: incómodas, larguísimas e innecesarias colas.
LA RIVIERA
- Visibilidad. Ya es célebre la famosa palmera en el centro de la sala. ¿Por qué no se elimina? Responde la sala: "Tiene su sentido: es para que no se acumule gente detrás de ella, en las escaleras, porque es una de las salidas principales". Además, existe un desnivel en la pista por el que cientos de personas solo verán un mar de espaldas. Un engorro.
- Sonido. Habla Ricardo del Castillo, técnico de sonido de bandas como Deluxe, Amaral o Russian Red: "Las condiciones acústicas no son las mejores porque las vidrieras no permiten una buena acústica, pero se puede salvar. El equipo es de garantías. Yo he tenido buenas experiencias allí". En general, hay que cruzar los dedos. Circula un consejo: si pruebas sonido durante horas puedes lograr buenos resultados. El problema es que la mayoría de los grupos internacionales llegan a la sala con la prueba de sonido en una especie de pendrive.
SALA HEINEKEN
- Visibilidad. Entramos en las salas de pequeño formato. Y pasa que cuando se llenan es complicado ver todo lo que ocurre en el escenario.
- Sonido. "Es un local con una reverberación muy rara", diagnostica el músico José Bruno. "Se están realizando muchos esfuerzos por parte de la sala, pero sigue habiendo unos rebotes de sonido muy incómodos", analiza el técnico de sonido Ricardo del Castillo.
JOY ESLAVA
- Visibilidad. Buena, sobre todo si no se llena. Y, últimamente, tiene su aforo limitado a 900 personas.
- Sonido. También bueno, sobre todo en la parte de abajo. Todos los consultados destacan a Joy Eslava como la mejor sala de conciertos de formato pequeño.
- Curiosidades. Solo una pega: que conserven los precios de las bebidas como si fuese una discoteca. Son altos.
EL SOL
- Visibilidad. A veces no ves al grupo porque el escenario está apenas unos centímetros levantado. Se compensa por la encantadora estética retro del local.
- Sonido. Espléndido. Habla el músico José Bruno: "Este tipo de recintos pequeños suenan muy bien: El Sol, Clamores, Galileo Galilei, Siroco, Costello... Aquí el sonido depende más de la calidad del músico. En los grandes recintos estás condenado por la tecnología", concluye categórico.
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