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Los astronautas virtuales pisan el suelo de Marte simulado

Tras un viaje de más de ocho meses desde que abandonaron la Tierra el pasado junio, tres astronautas virtuales (un ruso, un italiano y un chino), han llegado al suelo de Marte... simulado. Otros tres hombres (dos rusos y un francés) que completan la tripulación se han quedado supuestamente en órbita del planeta rojo. En realidad, ninguno de los seis se ha movido del Instituto de Problemas Biomédicos (Moscú), donde se realiza este experimento de simulación de un viaje tripulado a Marte para investigar, sobre todo, los factores psicológicos en una misión así. La excursión marciana sin salir Moscú durará 520 días y va por la mitad.

La llegada al suelo del planeta vecino se escenificó el pasado lunes y dos de los viajeros virtuales, con trajes de astronauta auténticos, salieron a un pequeño recinto recreado a propósito junto al conjunto de módulos de aislamiento que imitan la nave interplanetaria. Salieron Diego Urbina y Alexandr Smoleevskiy, mientras Wang Yue esperaba en el módulo de descenso. El lugar elegido para la llegada es el cráter Gusev, donde hace seis años descendió de verdad el robot Spirit, de la NASA.

Los seis tripulantes de Marte500, experimento de la Agencia Europea del Espacio (ESA) y de Roscosmos, están aislados en la supuesta nave e incluso las comunicaciones con el exterior se hacen con los retrasos correspondientes de varios minutos, como sucedería en una nave que se dirige a Marte. Está previsto que los tres astronautas que están en el suelo marciano realicen dos salidas más (18 y 22 de febrero) antes de volver a la nave, reunirse con sus compañeros y reemprender el largo regreso a la Tierra.

Embarazos peligrosos

Mientras tanto, y a la espera de que se decida enviar astronautas a Marte, algo muy poco probable antes de un par de décadas, se hacen estudios relacionados con el tema. Tres investigadores han presentado en la revista Journal of Cosmology un trabajo sobre los riesgos de la fuerte radiación para las personas en el espacio y concluyen que se desaconsejaría a las mujeres quedarse embarazadas durante el viaje interplanetario.

La radiación sería muy peligrosa para el feto (dañando su ADN) y, si fuera una niña, resultaría casi con seguridad estéril, explica Space.com. La nave podría protegerse de la radiación solar con escudos de varios centímetros de grosor. Pero la defensa frente a los rayos cósmicos superenergéticos sería técnicamente mucho más complicada.

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