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El alcalde de Mondariz certifica una construcción deportiva inexistente

Para justificar la obra y el gasto remozó unas pistas análogas ya existentes

¿Para qué gastar en obra nueva si la cosa se apaña con una manita de pintura y poco más? En tiempos de crisis, el alcalde de Mondariz, Julio Alén (PP), pudo tener ese buen juicio como motivación de su actuación, pero ahora tendrá que explicar qué se hizo o dónde han ido a parar los casi 50.000 euros destinados a la construcción de unas pistas deportivas, que trata de identificar con el remozamiento de otras ya existentes desde hace lustros en el mismo ámbito de la playa fluvial del río Tea, en los límites con Mondariz-Balneario.

El proyecto de construcción, presupuestado en 49.766 euros y que no firmó ningún técnico municipal, fue remitido a la Secretaría Xeral para o Deporte en mayo del año pasado para acogerse a una convocatoria de subvenciones, "en régimen de concurrencia competitiva", para la realización de obras de construcción, mejora, acondicionamiento y reforma de instalaciones y espacios deportivos. La memoria del proyecto que mereció la subvención incluía la foto de la "parcela vacía e infrautilizada en una localidad deficitaria de infraestructuras de este tipo".

El BNG insta a la Fiscalía a investigar el paradero de los 49.766 euros

Se trataba de construir dos pistas: una de tenis y la otra, de multideporte, en una área aproximada de 2.050 metros. Había que preparar el terreno (3.016 euros), realizar el firme de las pistas (9.960), montar los cierres (4.133), pintar (2.033), aplicar el microaglomerado en caliente tipo M-10 con betún convencional y, sobre él, la pintura acrílica (14.150), más redes, porterías y otros complementos, hasta llegar a los citados 49.766 euros, de los que Deportes finalmente aportó el 80% y el resto, el Ayuntamiento.

Todo ello se redujo, al cabo, en un remozamiento de las pistas que ya existían en otro enclave próximo. En la fiscalización de la obra, sin embargo, el 12 de noviembre pasado, la interventora municipal se limitó a constatar dos irregularidades: que ningún técnico municipal firmase el proyecto y, por otra parte, que no se había solicitado, con carácter previo a la contratación, la oferta de tres proveedores para la realización de la obra, requisito imprescindible para acceder a la subvención, según la propia convocatoria de la Secretaría Xeral para o Deporte. Ninguna de las dos cosas se corrigió.

La obra fue realizada por Construcciones Vale, de Salvaterra de Miño, que presentó la factura en el Ayuntamiento el 9 de noviembre. Ante los reparos de la interventora, tres días después, el alcalde puso la burocracia municipal a toda máquina.

Un día agitado, ese 12 de noviembre. Con esa fecha, Julio Alén recepcionó la obra, aunque no firmó el acta de recepción (pese a estar encabezada con su nombre y ser él mismo el responsable del deparmento municipal de Obras); sí firmó, en cambio, la orden de pago a Construcciones Vale por el trabajo realizado e incorporó al expediente -para remedar la concurrencia de otras dos empresas a la adjudicación, como señalaba la interventora- las respuestas de Movexvial e Indepo Construcciones Deportivas, remitidas cuando la jornada funcionarial ya había vencido (a las 15.19 horas) desde el mismo número de fax, con el mismo texto y tipografía y que difícilmente podían compensar los reparos señalados por la interventora, ya que ambas empresas indicaban textualmente "no estar en disposición de realizar las obras mencionadas por la brevedad del plazo".

Los concejales del BNG han confirmado in situ "que no se llevó a cabo la construcción de ninguna pista deportiva nueva", sino que meramente se pintaron las existentes, se instaló una red nueva en la pista de tenis y se repararon dos puertas de acceso. Con lo cual instan a la Fiscalía a investigar el paradero de los 49.766 euros que no se utilizaron para la construcción de las dos pistas, objeto único de la subvención concedida por la Secretaría Xeral para o Deporte.

Un gasto de 24.000 euros en champú

Mucho se lava en Mondariz. El Ayuntamiento gastó en el último año más de 36.000 euros, según las facturas remitidas por un conglomerado de empresas que, en números redondos, suman 24.000 euros en champú de vehículos y detergentes; 6.000 euros en jabón y toallitas para secar las manos, y otros 6.000 en ambientadores de vainilla a pilas y bolsas de basura. Todo ello, supuestamente consumido en la nave-almacén del Ayuntamiento para la limpieza de su parque de vehículos.

Ese gasto supera los 35.000 euros del contrato por la limpieza de todos los edificios municipales (ayuntamiento, pabellón de deportes, centro de salud, escuelas infantiles, plaza de abastos, campo de fútbol y centro social), que incluye los gastos de personal y de los productos de limpieza.

El BNG ha comprobado que el precio del champú, toallitas y ambientadores está inflado entre el 250% y el 650% sobre los comunes del mercado. Las facturas, con una cadencia casi quincenal y por importes de unos 1.000 euros, son emitidas por un conjunto de siete empresas domiciliadas no en Mondariz, ni en O Condado, sino en Madrid, Barcelona, Cantabria y Vitoria. En algunas aparece el propio alcalde, Julio Alén, como "ordenante", aunque en la mayoría figura el capataz municipal, José Codeceda González, quien demanda el suministro. Y todas las facturas, con idéntica estructura formal, con independencia de logotipos y de las empresas que las remitan, señalan como "canal de cobro" tres cuentas domiciliadas en la sucursal del Banco Popular en la calle Tuset de Barcelona.

El regidor, Julio Alén, está emplazado por el BNG a explicar todas estas circunstancias para limpiar su gestión antes de mayo.

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