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"¿Tenéis derecho al pesimismo?"

Garrigues invita a los empresarios a "dar la nota" ante la "incompetencia" de la clase política - ECISA y Ros Casares comparten su apuesta internacional

"Los que estáis en esta sala, ¿tenéis derecho al pesimismo?". Antonio Garrigues, presidente del prestigioso bufete de abogados que lleva su apellido, provocó ayer al centenar largo de empresarios que participaron en una jornada organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección con un alegato a favor de la reinvención constante de cada negocio. "La resistencia al cambio no es menor, en todas las empresas hay una profunda resistencia al cambio. Y es más profunda en los países latinos que en los anglosajones", arrancó Garrigues.

Se descolgó con un par de comentarios sobre los cambios en Túnez- que ahora se contagian a Egipto- favorecidos por las filtraciones sobre corrupción de Wikileaks, por Facebook y por Twitter. Dio un rodeo por el discurso sobre el Estado de la Unión de Barack Obama en el que apostó por "la resistencia, la capacidad de las empresas de rebotar, de reaccionar". Y lamentó el languidecer de la Unión Europea frente a la potencia del Eje Pacífico.

Peláez: "Para trabajar fuera hace falta capacidad técnica y dinero"

Pero terminó transmitiendo ánimo. "El derecho al pesimismo hay que cuestionarlo. Los americanos ya no hablan de la crisis. Aquí no hacemos sino darle vueltas. Pero este año salimos. El turismo ya está cambiando. Y si bajamos los precios, que hay que bajarlos, el sector inmobiliario también saldrá".

Para cerrar con una conjunción de flema británica y sorna castiza: "El estamento político ha alcanzado un punto muy alto de incompetencia. Así que el mundo empresarial tiene que dar la nota".

Manuel Peláez, presidente de la constructora alicantina ECISA, y Francisco Ros Casares, consejero delegado del Grupo Ros Casares, compartieron previamente sus experiencias en el mercado internacional. "Una empresa que aspire a perdurar otros 25 años debe estar fuera", comentó Peláez, "la crisis del país lo aconseja, pero hace falta capacidad técnica y dinero".

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ECISA, una empresa fundada en 1963, posee ambas cualidades. Y ha logrado abrirse un atractivo hueco en Qatar: "Les sobra el dinero, son muy activos y las empresas locales se saturan. Además no tienen experiencia en la construcción de edificios en altura". ECISA ya ha construido varios edificios en Qatar y tiene en cartera dos torres de más de 40 plantas.

La constructora alicantina también trabaja en Argelia, donde el Estado acomete un ambicioso plan de infraestructuras que prevé la inversión de 300.000 millones de euros en los próximos cinco años. Y en Marruecos, donde hay "un fuerte impulso al turismo". ECISA opta a la construcción de un aeropuerto en la ciudad de Fez.

La experiencia de Ros Casares es otra. Especializado en acero, el grupo compra el material en Rusia, Brasil o China. Los acabados y perfiles se ejecutan en España y el producto se sirve en cualquier punto de España o Francia, por el momento. "Servimos desde la ferretería a la industria auxiliar del automóvil. La logística es clave. El producto tiene que ir desde Corea hasta la puerta del cliente en los plazos pactados". Ros Casares ilustró las dificultades del negocio con unos gráficos sobre la evolución del precio del acero, que se triplicó entre 2004 y 2008 y ha vuelto a caer a la mitad.

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