Familiares y amigas de Laura Alonso reclaman una acusación de asesinato

Cesáreo Alonso aún se derrumba y arranca en llanto. Casi un año y medio después de que el cuerpo sin vida de su hija de 19 años apareciera tirado en un cortafuegos de los montes de Toén (Ourense), donde la echó su ex novio, Javier Cruz, tras estrangularla una madrugada según su propia confesión, el padre de la joven se tapa los ojos con las manos y pide justicia. "Que le pongan una sentencia justa", consigue apenas balbucear.

Las amigas de Laura Alonso ni la han olvidado ni se cruzan de brazos ante el juicio previsto para esta primavera. Han recogido 26.850 firmas por toda Galicia -distribuyeron los papeles a través de las redes sociales de Internet- y ayer las presentaron en la subdelegación del Gobierno. No piden un cambio de la legislación ni una pena ejemplar. Sólo quieren "una sentencia justa adaptada a la legislación vigente" y que el ex novio y asesino confeso de la joven "pague por lo que hizo y no se vaya de rositas". "Queremos que cumpla íntegramente una sentencia por violencia de género y que estas firmas sirvan también para apoyar a quienes sufren esta situación", explicó Vanesa Alberte, una de las amigas íntimas de Laura.

La familia prefiere que el caso no recaiga en un jurado popular

Amigos y familiares temen que la pena sea escasa. "Estamos muy decepcionados con la Fiscalía, que representa al pueblo, y lo imputa por homicidio cuando está claro que fue un asesinato realizado con premeditación y alevosía porque volvió de la playa, la citó, la estranguló, la tiró a la cuneta y después se fue a la cama", precisa el portavoz familiar, Manuel Olleros. Después destaca la desproporción del peso de la joven y del de Cruz, un hombre corpulento que en el momento del crimen tenía 32 años.

Olleros compareció ayer ante los periodistas acompañando al padre de la joven y de una representación de las amigas. Junto a ellos, el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Toén, Julio Álvarez. "El alcalde, Amancio Cid, del PP", grupo de gobierno en el que es concejal el padre del homicida confeso, "no está porque nunca nos ha apoyado", explica Alonso la ausencia del máximo representante político del municipio.

Javier Cruz confesó el crimen seis días después de que, el 22 de agosto de 2009, la joven no regresara a su casa. Vecinos, amigos y familiares de Laura Alonso siempre tuvieron claro el motivo: "La quería sólo para él y ella tenía otro novio". Un año antes, la joven había presentado una denuncia contra Cruz por malos tratos que posteriormente retiró presionada "precisamente por la familia" del ex novio.

Fue encarcelado en una prisión asturiana, para evitar un linchamiento por los internos de Pereiro de Aguiar, dada la repercusión mediática del caso, pero regresó pronto para prestar declaración y aquí se quedó.

Las cerca de 27.000 firmas no son más que un simbolismo. "Sería lo mismo si presentáramos un millón", explica Olleros el intento de llamar la atención y reclamar que "no haya reducción de las penas" en estos casos. La sospecha de que será un jurado popular quien decida sobre la culpabilidad de Cruz alarma también a la familia. "No tenemos muy claro que sepan distinguir entre homicidio

[matar a alguien de forma accidental] o asesinato , y su defensa va a argumentar que estaba drogado pero nosotros estamos destrozados", lamentan los familiares de Laura Alonso.