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Zinebi muestra la producción audiovisual británica reciente

El comisario del ciclo recalca que no representa a un país

La nueva cara del cine y el vídeo que se realiza en Gran Bretaña se muestra en Zinebi a través de un ciclo de 17 cortometrajes, realizados en ambos soportes, que han sido seleccionados por el comisario Ian White (Londres, 1971), escritor, artista audiovisual y responsable de las actividades cinematográficas de la galería Whitechapel de Londres. White advierte de que el ciclo Guerra fría por amor no pretende representar a un país, sino mostrar con un criterio "subjetivo y parcial" una serie de trabajos de experimental que tienen en común el interés por reutilizar los géneros y apropiarse de imágenes ya existentes.

White rechaza que Gran Bretaña pueda considerarse como una categoría capaz de convertirse en un criterio de selección de obras de arte. "Es ilusorio", considera. Entre los realizadores de las obras seleccionadas hay artistas británicos y otros que nacieron en otros países y decidieron trabajar en el Reino Unido, pero también quienes prefirieron trasladarse a otros lugares.

Los 17 cortos seleccionados se encadenan en cuatro programas

"Representan un amplio rango de estrategias y posiciones artísticas en las que la ocupación, la apropiación, la desviación y las mentiras se convierten en elementos constructivos", explica el comisario. "Como también lo son la utilización del género, la teatralidad, la apropiación de material encontrado, el retratismo y las confesiones". En las obras seleccionadas White encuentra estrategias similares a las que se empleaban en la política en los años de la guerra fría: "Propaganda, amenazas y reflexión en lugar de la acción directa".

Los 17 cortos, agrupados en cuatro programas, se proyectan en un orden que busca el encadenamiento de las obras independientes. En la base del proyecto se encuentra la reflexión del comisario sobre el vídeo de Rachel Reupke (Londres, 1971) 10 Seconds or Greater. Reupke utilizó para construir su vídeo de 15 minutos de duración escenas anodinas en un espacio doméstico que replicaban el estilo de los bancos de imágenes. Para White la obra habla, precisamente de lo que no muestra. "El vídeo funciona como una forma radical de protesta", señala.

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