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Reportaje:

Tàpies y los sindicalistas

CC OO homenajea al pintor por donar una obra en 1974

"Este es un homenaje que le debíamos a usted por lo menos desde 1974", afirmó José Luis López Bulla, secretario general de Comisiones Obreras en Cataluña entre 1976 y 1995. Delante tenía a Antoni Tàpies, aún activo pese a sus problemas de oído y vista, y a un lado una pequeña obra sobre papel que el artista donó a CC OO en 1974 para una campaña de apoyo a Vietnam. Explicó López Bulla el origen de este encargo, que tenía como objetivo hacer copias de la obra para distribuirlas en los centros de trabajo y recaudar fondos para contribuir a la reconstrucción del país asiático. "Se pensó en usar los buenos oficios de Xavier Folch, ya que sabíamos de buena tinta que era el enviado de Tàpies en la tierra", comentó el sindicalista, que, sonriendo al aludido, también presente en la sala, aseguró que el resultado fue "óptimo". "Recaudamos 50.000 pesetas, una cantidad que hoy podría parecer irrisoria pero que para la época no era nada despreciable".

El caso es que el original de la obra se traspapeló. "La tenía un antiguo afiliado entre sus papeles y no la encontró hasta hace un año, cuando la devolvió al sindicato", indicó ayer Joan Carles Gallego, actual secretario general de CC OO. "Pensamos qué hacer para que pudiera ser disfrutada por el público y, hablando un día con Perejaume, nos comentó la posibilidad de que se integrara en la exposición sobre Tàpies que estaban montado en la Fundación Palau de Caldes de Estrac. Finalmente la hemos cedido en un depósito temporal a la fundación, de cuya colección permanente formará parte". Emprempta de mà es una pintura y lápiz sobre papel en la que el artista representó una reja, un corazón, una bandera roja y la huella de su mano untada de pintura negra. Ayer, en el salón de actos de la Fundación Tàpies, el sindicato le rindió un homenaje al artista que se convirtió también en una llamada al mundo intelectual para recuperar la colaboración de antaño. Durante el mismo, Pere Portabella glosó la fuerte implicación de Tàpies con el contexto social y político de su época. El político y cineasta recordó algunos momentos de los años cincuenta y sesenta, cuando un grupo de artistas e intelectuales sintieron "la necesidad de intervenir en el ambiente gris de la dictadura", y rememoró las reuniones que tenían en la casa de Tàpies y el impacto emocional que le provocaron sus materias. "Su obra", señaló, "está impregnada de una ética humanista".

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