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Chévere recrea la Transición a partir de una tienda de ropa

La compañía teatral presenta 'Citizen', con Inditex como pretexto

Hace un lustro que Chévere, la compañía residente de la Sala Nasa, en Santiago, aparcó una idea: reflexionar sobre la clase empresarial gallega, y lo que deja aquí, a partir de un diálogo ficticio entre Isaac Díaz Pardo y Amancio Ortega. El momento, según el director de Citizen, Xesús Ron, llega ahora. "Del consenso de la Transición se habla mucho, pero aquí el que había lo rompió el PP en la última campaña electoral".

De la ruptura y cómo podrían dialogar esas "dos mitades" de la sociedad gallega, expuestas igualmente al limo global en el que convergen las identidades colectivas, trata el nuevo montaje de la compañía, hasta el 24 de octubre -de miércoles a domingo- en la Nasa. Se inspiraron en Citizen Kane, la película de Welles sobre el magnate de la prensa William Randolph Hearst, por su retrato de época. "Aquello era ficción y esto también, no es imitación ni parodia de un personaje [Arsenio Ortigueira], sino un relato inventado a partir de hechos reales". La comedia que se estrena ahora, en un espacio casi vacío -"el espacio vacío de Peter Brook, no es por abaratar"-, es una primera parte de la saga, con Manuel Cortés en el papel de empresario y Patricia de Lorenzo como la politizada Sara Caamaño. El Rosebud que conducía la película es aquí globalization, lo último que ponen en boca del dictador en 1975.

Ron: "Se habla mucho del consenso, pero aquí el PP lo rompió en las elecciones"

"Planteamos dos maneras de entender este período, desde el antifranquismo de la gente interesada en la transformación, como Sara, que cree que todo va a cambiar, y las personas que se dan cuenta de que el cambio podría beneficiarlos". La "ambigüedad divertida" empieza con el nombre de la primera tienda, Global Fashion, pero Ron descarta el "morbo telebasura". "No lo hay, aunque de Hearst tampoco se sabía nada hasta la película". Ortigueira habla abiertamente de todo porque es un personaje inventado, aunque podría ser real. "Negocio, plagio, democracia, reeducación de las sociedades para la empresa y revolución, entendida como consumo masivo".

Con un mes de descanso, la segunda parte de Citizen, con mayor elenco -Arantza Vilar, Mónica García, Miguel de Lira y Nekane Fernández- e inspirada en las cooperativas de costureras de los 80, cuenta estrenarse en diciembre. La globalización y el imperio textil los situarán, justo antes de la crisis, en Citizen III. Ya en marzo, si todo sale bien, llegará el momento de empaquetarlas todas en pases únicos.

"Es una manera de ensayar nuevas relaciones con el espectador", dice Ron, consciente de que en Chévere, con los apoyos del Ayuntamiento y Cultura, pueden apostar por el largo recorrido porque, además, tienen sala.

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