Los sustos que nos da el ministro
José Blanco tiene a bien darnos periódicamente sustos para comprobar si continúa sano nuestro cansado corazón. No utiliza este Gobierno la técnica de otros duros dirigentes europeos de dar un zarpazo y ya pasó todo, no; aquí nos tantean, nos quitan la tarta, nos devuelven un trozo y cuando menos lo esperamos la tarta desaparece, pero ¿quién se la comió?, nunca se sabe, porque en este punto comienza el turno de acusaciones electorales y nos quedamos sin saber de quién fue la idea, incluso habrá quien diga que estas ideas son importadas desde Europa o Estados Unidos.
Ahora parece que andamos con los mentidos y desmentidos sobre el aumento de impuestos porque con la menor recaudación nuestra carga impositiva ha bajado al 30%, muy por debajo de los países europeos que disfrutan de prestaciones que aquí no podríamos ni soñar, aunque no nos aclaran que la baja recaudación no proviene de nuestras tablas del IRPF u otras, sino que vienen directamente del fraude y de la cultura social, algo en lo que los Gobiernos tienen una gran parte de responsabilidad.
No parece muy lógico que tengamos que subir nuestras tablas de impuestos para que paguen aún más los que ya pagan, me parece mucho mejor que paguen los que ahora no pagan, los que defraudan, los que se ríen de toda la sociedad con la venia de nuestros políticos.
¿Acaso no saben que estamos a la cabeza de economía sumergida, del llamado dinero negro o dinero B? Pues que aflore porque esa es su responsabilidad, es lo que diferencia a los países corruptos de los desarrollados.